Y un día Los Pumas doblegaron a los hombres de negro

El baúl de los recuerdos. El Seleccionado argentino de rugby consiguió en 2020 un histórico triunfo por 25-15 sobre Nueva Zelanda. La gran figura de la victoria sobre All Blacks fue Nicolás Sánchez, autor de todos los puntos albicelestes.

Ese intimidante grupo de hombres vestidos de negro parecía invencible. Sus expresiones viajaban de la confianza a la soberbia. Se sabían los mejores. Lo eran a pesar del detalle que el campeón reinante era Sudáfrica. Al margen de los resultados recientes, Nueva Zelanda se abría paso como una fantástica potencia del rugby. Los Pumas, el Seleccionado argentino, habían sido víctimas recurrentes de esa supremacía. Pero nada es para siempre y, después de 29 intentos fallidos, consiguieron doblegar a los temibles All Blacks. El 14 de noviembre de 2020 se instaló como una fecha inolvidable gracias a ese 25-15 en Sídney.

Campeones del mundo en 1987, 2011 y 2015, los neozelandeses habían vencido 28 veces a Los Pumas. Varios de esos triunfos habían sido apabullantes como el 93-8 de 1997 en Wellington o el 60-9 de 1989 en Dunedin. Los argentinos habían hecho historia con un formidable 21-21 en Buenos Aires consumado con una fabulosa jornada del capitán Hugo Porta, autor de todos los tantos albicelestes. Pero no había caso. No podían superarlos. Varias de las caídas habían sido honrosas y ajustadas, pero la posibilidad de derrotar a ese seleccionado parecía un sueño imposible.

Claro que si algo caracterizó siempre a Los Pumas fue el tesón que los llevó a pensar que no existían los imposibles. Es cierto que en el proceso tuvieron muchos tropiezos, pero mantuvieron los brazos en alto aun en las circunstancias más adversas. Y por eso, después de haber acumulados tantos traspiés, se dieron el gusto de festejar su primer éxito contra Nueva Zelanda.

Ni el intimidante haka pudo quebrantar la voluntad de Los Pumas ese día en Sídney.

TIEMPOS DE INCERTIDUMBRE

El coronavirus había alterado la normalidad a lo largo y a lo ancho del planeta. La incertidumbre se había apoderado de un mundo que cubría sus bocas, cerraba sus puertas, vallaba sus fronteras y esperaba con ansía la cura para un mal que había cobrado un impresionante número de víctimas fatales. En ese contexto, el rugby procuraba retornar a un esquema de competencia con algún punto de contacto con el que existía antes de la aparición del virus chino.

Desde 2012 se disputaba The Rugby Championship (El Campeonato de Rugby), continuador del antiguo Tri Nations (Tres Naciones) que entre 1996 y 2011 enfrentó a Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica. El trío de tradicionales potencias del hemisferio sur le abrió los brazos a la Argentina para conformar un cuadrangular que no hacía más que confirmar la evolución de Los Pumas. Sin embargo, en 2020 el covid-19 obligó a tomar medidas excepcionales. No participaron por decisión propia los sudafricanos y se estableció que el torneo se jugara íntegramente en suelo australiano para garantizar la hermeticidad de las burbujas sanitarias.

El Seleccionado argentino llevaba más de un año sin actividad formal. Su último compromiso había sido el 9 de octubre de 2019. En esa oportunidad había vencido 47-17 a Estados Unidos en un partido correspondiente al Mundial de ese año. Los Pumas se habían despedido de ese torneo en la fase inicial y el entrenador Mario Ledesma, integrante del plantel que había obtenido el tercer puesto en 2007, tenía que diseñar la reconstrucción del equipo.

El ímpetu del capitán Pablo Matera demostrado en una lucha contra tres neozelandeses. 

Esa particular edición del Tres Naciones -terminó transformado en eso por la ausencia sudafricana- había comenzado el 31 de octubre con la aplastante victoria de Nueva Zelanda por 43-5 sobre Australia. Los Wallabies se repusieron el 7 de noviembre al imponerse 24-22 a los All Blacks. La tercera fecha, prevista para la semana siguiente, puso cara a cara a Los Pumas con los famosos hombres de negro.

UN TRIUNFO HISTÓRICO

El Bankwest Stadium, de Sídney, acogió el duelo entre argentinos y neozelandeses. Ledesma volvió a recurrir al wing Juan Imhoff, que llevaba cinco años sin vestir la camiseta celeste y blanca, y decidió que era momento de que Santiago Chocobares debutara como centro. Pero más allá de los cambios y de los nombres que salieron a la cancha, la principal fortaleza de Los Pumas fue la determinación con la que afrontó el partido.

No bien el árbitro australiano Angus Gardner dio la orden para jugar, Argentina no tardó en demostrar cuál iba a ser su plan de acción. Puso en evidencia su decisión de entregarse a la tradicional garra para defender, a mostrar una voluntad para tratar de atacar cuando se le presentara la oportunidad y, especialmente, a no cometer errores que podían resultar fatales contra un rival como Nueva Zelanda.

Le pega Nicolás Sánchez, la gran figura argentina. El apertura marcó los 25 puntos de Los Pumas.

Alcanzó con un par de minutos para apreciar la primera manifestación de la férrea convicción de Los Pumas. Una escamaruza entre jugadores de uno y otro equipo encontró a Pablo Matera intercambiando empujones con Shannon Frizell. El árbitro les llamó la atención, especialmente al argentino por su condición de capitán. Le demandaba el liderazgo que debía esperarse de alguien con su rol. “No puedo no ver que él le pegó a uno de mi equipo. Eso no es respeto. Yo juego por mi país y eso no es respeto”, respondió, seguro, el ala.

La actitud de Los Pumas se vio reforzada por una notable actuación de Nicolás Sánchez. El apertura se erigió muy rápidamente en la figura del partido. Empezó acertando un penal, pero empataron los neozelandeses por la misma vía a través de Richie Mo'unga. El tucumano volvió a aparecer en escena con dos penales más y un try que él mismo se encargó de convertir. Antes de apoyar la pelota en el ingoal, se había lucido con un sombrero que sirvió para certificar que tenía una confianza plena en sí mismo.

Cuando volvieron del descanso Nico Sánchez estiró la ventaja con otro penal. Los All Blacks se acercaron con un try de Sam Cane convertido por el apertura Mo'unga. Esa conquista neozelandesa pudo haber sido el punto de partida para la reacción del seleccionado dirigido por Ian Foster. Sin embargo, Los Pumas dejaron la piel en cada jugada y contuvieron los ataques de sus oponentes.

La tradicional garra del equipo argentina se hizo presente para contener los ataques de los hombres de negro.

Sánchez sumó dos penales más para hacer realidad un aporte de 25 puntos como manifestación numérica de su memorable labor. Por más que cerca del final Caleb Clark redujo a diez la ventaja con otro try, la victoria argentina estaba sellada. Y no era una victoria más, sino una que permanecerá para siempre en la historia del rugby nacional. Porque ese día Los Pumas se dieron el gusto de doblegar a los temibles hombres de negro.

LA SÍNTESIS

Nueva Zelanda 15 – Argentina 25

All Blacks: Beauden Barrett; Jordie Barrett, Anton Lienert-Brown, Jack Goodhue, Caleb Clarke; Richie Mo'unga, Aaron Smith; Ardie Savea, Sam Cane, Shannon Frizell; Samuel Whitelock, Patrick Tuipulotu; Tyrel Lomax, Dane Coles, Joe Moody. Ingresaron: Rieko Ioane, Codie Taylor, Nepo Laulala, Brad Weber, Tupou Vaa’i, Damian Mckenzie, Hoskins Sotutu, Alex Hodgman. E: Ian Foster.

Los Pumas: Santiago Carreras; Bautista Delguy, Matías Orlando, Santiago Chocobares, Juan Imhoff; Nicolás Sánchez, Tomás Cubelli; Rodrigo Bruni, Marcos Kremer, Pablo Matera; Matías Alemanno, Guido Petti; Francisco Gómez Kodela, Julián Montoya, Nahuel Tetaz Chaparro. Ingresaron: Santiago Cordero, Santiago Grondona, Mayco Vivas, Santiago Medrano, Tomás Lezana, Facundo Bosch y Gonzalo Bertranou. E: Mario Ledesma.

Incidencias

Primer tiempo: 5m penal de N. Sánchez (LP); 11m penal de Mo'unga (AB); 26m penal de N. Sánchez (LP); 32m penal de N. Sánchez (LP); 19m gol de N. Sánchez por try de él mismo (LP). Segundo tiempo: 8m penal de N. Sánchez (LP); 12m gol de Mo'unga por try de Cane (AB); 17m penal de N. Sánchez (LP); 37m penal de N. Sánchez (LP); 40m try de Clarke (AB).

Estadio: Bankwest Stadium (Sídney). Árbitro: Angus Gardner, de Australia. Fecha: 14 de noviembre de 2020.