Los Pumas estuvieron a un minuto de hacer historia

El baúl de los recuerdos. En 1976, el seleccionado argentino de rugby tuvo contra las cuerdas a Gales, la gran potencia de ese tiempo. Se imponía 19-17, pero un agónico penal mantuvo a salvo a los británicos.

Estaba jugando un partido increíble el seleccionado argentino de rugby. Se notaba la garra puma. En realidad, ese 16 de octubre de 1976 el equipo había exhibido un repertorio lujoso que asombraba al mundo. Tenía contra las cuerdas a Gales, la gran potencia de esos días. Las huestes de Carlos El Veco Villegas y Emilio Perasso se imponían 19-17. Faltaban solo 60 segundos. Los Dragones rojos ardían de furia. Un polémico penal de Alejandro Travaglini y la puntería de Phil Bennett sellaron el triunfo británico por 20-19. Los Pumas quedaron a un minuto de hacer historia.

“Sigo convencido de que, si le hubiéramos ganado a Gales, el futuro del rugby argentino hubiese sido distinto, el impulso de una victoria como esa nos hubiera adelantado 20 años en todo”. José Javier Fernández, Tito para el mundo del rugby, les hizo esta confesión a los periodistas Jorge Búsico, Alejandro Cloppet -histórico especialista de rugby de La Prensa- y Pablo Mamone en Ser Puma, un libro que cuenta con lujo de detalles la historia del seleccionado nacional de rugby.

Hacía poco más de una década que Los Pumas habían tenido su heroico bautismo con el triunfo sobre los Junior Springboks en 1965.  Ese antecedente, sin embargo, se antojaba demasiado lejano en el tiempo como para avalar las posibilidades de los argentinos de hacer un buen papel frente a Gales. De hecho, los Dragones rojos ni siquiera le adjudicaban la condición de test match -partido internacional entre selecciones- a ese partido de octubre del ´76.

JPR Williams, uno de los pilares del fabuloso seleccionado galés.

Generaba tan poco respeto ese equipo de camiseta celeste y blanca a rayas horizontales que Gales optó por no contemplar en el recuento oficial de sus actuaciones las alternativas del enfrentamiento en el estadio Arms Park, de Cardiff. Pero eso no significaba que los 15 hombres que vistieron la camiseta roja ese día no fueran los mismos que habían dominado las competiciones internacionales casi a voluntad a lo largo de esa década.

El conjunto británico se había quedado con el Cinco Naciones -el principal certamen del hemisferio norte- en 1964 (compartido con Escocia), 1965, 1966, 1969, 1970 (junto con Francia), 1971, 1973 (hubo quíntuple empate), 1975 y 1976. Hasta había obtenido el honorífico Grand Slam al vencer a los otros cuatro participantes de ese torneo en 1971 y 1976. Esa colección de títulos era la confirmación estadística de la supremacía de una forma de entender el rugby como una expresión de habilidad y belleza más que de velocidad y potencia. No ganaba arrollando adversarios; los doblegaba con un juego pleno de imaginación y exquisitez.

El fantástico fullback John Peter Rhys Williams -más conocido como JPR Williams- era el emblema del equipo. Patillas largas al estilo Beatle, medias bajas y creatividad para iniciar los ataques definían un estilo de rugby. Lo acompañaban Bennett, un talentoso apertura; Gareth Edwards, un medio scrum que combinaba habilidad y visión de juego y el imparable wing Gerald Davies dentro de una constelación de estrellas que le brindaron a Gales un protagonismo estelar en el rugby de los años ´70.

Con su buena puntería, Phil Bennett hizo posible el agónico triunfo de Gales.

UN CONTEXTO MUY ESPECIAL

El Veco Villegas y El Gringo Perasso sabían perfectamente que medir fuerzas con Gales era un desafío enorme para Los Pumas. El cierre de esa gira por territorio británico exponía al equipo al riesgo de una contundente caída contra el mejor seleccionado del mundo. Esa sensación se hacía aún más intensa porque la excursión internacional de 1975 -con Eduardo Poggi y Eduardo Scharenberg como entrenadores- había concluido con dos duras derrotas a manos de Francia.

Los malos resultados frente a los galos provocaron cimbronazos en la Unión Argentina de Rugby (UAR), por lo que el paso por Inglaterra y Gales que se cerraba con el duelo con los campeones reinantes del Cinco Naciones adquiría una importancia decisiva para el futuro de Los Pumas. Villegas y Perasso tuvieron que reconstruir el equipo y apostaron por la experiencia del capitán Arturo Rodríguez Jurado, Alejandro Chiquito Travaglini, Hugo Porta, Tito Fernández y Adolfo Palomo Etchegaray.

Ese grupo -según se cuenta en Ser Puma- apuntalaba a la nueva guardia conformada por Martín Sansot, Gonzalo y Daniel Beccar Varela, Jorge Gauweloose, Ricardo Mastai y Carlos Neyra. También surgieron imprevistos, como la lesión de Carlos Bottarini que le abrió un lugar en el plantel a Eliseo Branca. Al Chapa, que tenía apenas 19 años, le cambiaron la edad en la información de la delegación -se lo anotó con 23- para que los rivales no intentaran aprovecharse de su juventud para hacerle pagar un derecho de piso en los partidos.

Hugo Porta y Adolfo "Palomo" Etchegaray, dos de los puntales de Los Pumas.

La gira se inició con victorias por 25-22 sobre East Wales -que contaba con algunos miembros de la selección galesa-, por 29-25 contra Cardiff RFC -que tenía en sus filas a Edwards y Davies- y por 18-6 frente a Aberavon RC. Los triunfos llamaron la atención y la prensa local empezaba a destacar el buen juego de los argentinos. El equipo de Villegas y Perasso perdió el invicto al sucumbir 24-9 contra los ingleses de North & Middlands y 14-12 con West Wales.

INOLVIDABLE

En el primer partido se desgarró Rodríguez Jurado y Argentina perdió a su líder. Palomo Etchegaray asumió la capitanía. Sin embargo, el grupo adquirió una indestructible fortaleza interna. “Estábamos a punto de jugar el gran partido de una gira maravillosa y yo tenía una confianza feroz porque habíamos conseguido formar un equipo de tipos hechos, que amábamos la camiseta y nos sentíamos orgullosos de ser Pumas”, les contó Tito Fernández a Búsico, Cloppet y Mamone.

El periodismo galés avizoraba una cómoda victoria del seleccionado dirigido por John Dawes, un notable centro en sus días de jugador que había asumido la conducción del equipo nacional británico en 1974. Los dueños de casa dominaban las acciones, pero no sacaban ventajas por la fiereza de los tackles de Los Pumas. A los televisores argentinos llegaban por primera vez las imágenes de un equipo dispuesto a hacer historia.

Un penal de Porta y otro de Gonzalo Beccar Varela instalaron la sorpresa en el marcador. Tres penales de Bennett y dos tries de Edwards y Davies les otorgaron una cómoda ventaja a los dueños de casa. El 17-6 no permitía presagiar un cierre agónico, más allá de que los albicelestes dejaban la vida en cada acción. Por eso, el tramo final del segundo período adquirió características épicas.

El histórico try de Jorge Gauweloose.

Argentina se atrevía a armar juego desde el fondo. Y no lo hacía contra cualquier oponente, sino frente al que mejor desarrollaba esa forma de interpretar el rugby. Así llegó la espectacular conquista de Gauweloose. Palomo Etchegaray salteó a Gonzalo Beccar Varela y le alcanzó la pelota a Sansot, quien corrió hacia adelante y se la pasó a Yoyo. El wing de CUBA soltó amarras y se lanzó en busca del ingoal galés. Su confianza lo llevó hasta a dejar desairado con un artístico movimiento al fenomenal JPR Williams antes de marcar un try para el aplauso.

Porta acertó su tiro a los palos y el marcador se redujo: 17-12. Cuando todavía no se había borrado la sorpresa por el trabajo de Los Pumas, Jorge Carracedo les arrebató la pelota a los galeses, se la entregó a Porta, quien se mantuvo de pie a pesar de la embestida de Davies y le abrió camino a Gonzalo Beccar Varela, que recorrió casi media cancha hasta apoyar el try. Cansado, al Oveja le faltó puntería para sumar dos puntos más con la conversión.

Los galeses habían perdido el control. Y, por si fuera poco, Beccar Varela sepultó en el olvido su error anterior y clavó el 17-19 con un oportuno penal. No faltaba nada. La histórica victoria se intuía al alcance de la mano. Nadie lo habría imaginado jamás. Pero el amor propio y la disposición para atreverse a jugar del equipo argentino habían instalado un escenario impensado.

De puño y letra. El capitán Etchegaray dejó un contundente testimonio de lo que fue el partido.

“Gales estaba listo porque sabía que tenía el partido perdido”, confió el Palomo Etchegaray. Apenas faltaban 60 segundos. Un minuto. Nada. Casi nada. El tiempo suficiente para un milagro. O para un guiño del destino. Chiquito Travaglini quedó desairado por una maniobra de JPR Williams y lo frenó con un manotazo. Tackle alto, según la óptica del juez escocés Norman Sanson. Bennett se hizo cargo del penal y estableció el 20-19 final.

“Para Gales la victoria, para Los Pumas la gloria”, tituló el diario Sunday Express. “El honor de Los Pumas intacto; Gales nunca tuvo tanta suerte”, consideró The Observer. Los Pumas habían estado apenas a un minuto de hacer historia. Bueno, tal vez sí habían hecho historia: no cualquiera podía tener contra las cuerdas al mejor equipo del mundo.

LA SÍNTESIS

Gales 20 – Argentina 19

Gales: John Peter Rhys Williams; Gerald Davies, Ray Gravell, Roy Bergiers, John James Williams; Phil Bennett, Gareth Edwards; Derek Quinnell, Terry Cobner, Trevor Evans; Geoff Wheel, Barry Clegg; Charlie Faulkner, Bobby Windsor, Graham Price. E: John Dawes.

Argentina: Martin Sansot; Daniel Beccar Varela, Alejandro Travaglini, Gonzalo Beccar Varela, Jorge Gauweloose; Hugo Porta, Adolfo Etchegaray; Jorge Carracedo, Ricardo Mastai, Carlos Neyra; José Javier Fernández, Eliseo Branca; Rito Irañeta, José Costante, Fernando Insúa. E: Carlos Villegas - Emilio Perasso.

Incidencias

Tantos de Gales: tries de Davies y Edwards y cuatro penales de Bennett. Tantos de Argentina: tries de G. Beccar Varela y Gauweloose; una conversión de Porta; dos penales de G. Beccar Varela y uno de Porta.

Cambio en Gales: segundo tiempo: 16m Jeff Squire por Clegg. Cambio en Argentina: primer tiempo: 23m Jorge Braceras por Constante.

Estadio: Arms Park (Cardiff). Árbitro: Norman Sanson, de Escocia. Fecha: 16 de octubre de 1976.