YouTube y la democracia más grande del mundo

En este preciso instante más de 900 millones de votantes registrados en la India están decidiendo su futuro, en lo que muchos observadores han llamado el “mayor ejercicio democrático de la historia”. Se trata de las elecciones generales de la India para este año, un proceso electoral tan grande que abrió el 19 de abril y cerrará oficialmente el 1° de junio.

Las redes sociales han desempeñado un papel clave en esta elección, tanto como vehículo de información sobre la votación, como amplificadores de plataformas políticas. Como sucede a diario en todos los órdenes de la vida, los usuarios deben enfrentarse al desafío de discernir qué información electoral es real y cuál sólo busca desinformar.

La ONG Global Witness, en colaboración con Access Now, publicó recientemente un trabajo que viene a clarificar la manera en que YouTube está convirtiéndose en un motor de la desinformación electoral en la India. Para probar esto, subieron 48 anuncios en inglés, hindi y telugu con contenido prohibido por las políticas de publicidad y desinformación electoral de la plataforma. De manera sorprendente, ninguno de estos anuncios fue desaprobado, a pesar de contener información falsa que señalaba cambios en la edad de votación, instrucciones sobre cómo votar por mensaje de texto e incluso la incitación a evitar que ciertos grupos voten.

Este experimento planteó serias preocupaciones acerca de la capacidad de YouTube para detectar y restringir contenidos creados para dañar la integridad de un proceso electoral, incluso en los casos en los que claramente violan sus propias políticas. 

Esto resulta alarmante por dos razones. En primer lugar, porque los partidos políticos de la India han concentrado esfuerzos y recursos para hacer crecer el número de seguidores en sus canales de YouTube. Es que la India hoy es el mercado más grande de la plataforma, con 462 millones de usuarios. En segundo lugar, porque a fin de año tendrá lugar la elección presidencial estadounidense. Con el peligroso antecedente de lo sucedido en 2020, es necesario que para noviembre la detección de contenido falaz por parte de YouTube esté funcionando con normalidad. Es que la capacidad de la plataforma para detectar estos contenidos ha mostrado ser deficiente hasta ahora y ello pone en cuestión su preparación para la importante temporada electoral que tenemos este año.

A ello se agrega que existe una disparidad en la aplicación de políticas de acuerdo a distintos contextos: pruebas similares en Brasil y Estados Unidos levantaron interrogantes sobre la consistencia y sobre todo la imparcialidad de YouTube en la moderación de contenido. La clave está en un verdadero cambio de paradigma: pasar a priorizar a las personas sobre las ganancias. Esto implica asignar recursos suficientes y adecuados para moderar el contenido de manera efectiva y aplicar las políticas de manera consistente en todos los países e idiomas.

Las plataformas de comunicación masivas como YouTube tienen que empezar a tomar en serio su impacto sobre los derechos humanos y la democracia a la hora de diseñar sistemas que regulen el contenido. Sus principios teóricos deben transformarse en acciones concretas que beneficien a la sociedad, independientemente del contexto local en el que se desarrollan y operan. 

Las redes sociales ya han dejado de ser un simple entretenimiento. La India atraviesa un momento crucial y la integridad del proceso electoral en la democracia más grande del mundo está en juego. Es necesario que YouTube y otras plataformas de redes sociales cumplan con la responsabilidad de garantizar elecciones libres y justas que protejan la democracia y los derechos de sus ciudadanos.