A punto de finalizar la exitosa temporada de ‘Exit’ y de reponer ‘Maestra normal’, Juan Pablo Geretto se confiesa

“Yo no tengo una vocación de actor”

Regresó a la Argentina después de vivir un tiempo en España e hilvanó dos proyectos laborales. Esta semana vuelve con el unipersonal sobre la educación que le dio popularidad.

Juan Pablo Geretto es muy honesto al asegurar: “La actuación no es mi pasión”. Sin embargo, a juzgar por el éxito que tuvo luego de estar instalado varios años en España dedicándose a otra cosa, pareciera que es más una percepción propia que una verdad absoluta.

El actor no sólo se luce junto a Nancy Dupláa y Fernanda Metilli en una de las mejores comedias de la calle Corrientes, ‘Exit’ -que hoy baja el telón en el Multiteatro- sino que prepara el regreso de uno de sus más entrañables espectáculos. Se trata de ‘Maestra normal’, unipersonal con el que el actor desembarcará en el Astros para realizar dos únicas funciones, el martes y miércoles a las 20.

Teniendo en cuenta que la obra la escribió veinte años atrás, el guion podía estar propenso a cambios. Sin embargo, Geretto le explicó a La Prensa: “Llegué a la conclusión de que no tenía que cambiarle nada porque, lamentablemente, los problemas en la educación siguen siendo los mismos, o peores”.

Con la excusa de un acto escolar dirigido por una peculiar docente con mucho para decir, la pieza apela a la memoria emotiva de todos aquellos que alguna vez pasaron por la enseñanza pública. “El espectáculo ha tomado la voz del sistema educativo”, reflexionó el actor, ya que en clave de humor la puesta también esconde una filosa crítica.

“Mi motivación para ‘Maestra normal’ fue básicamente mi inconveniente de siempre de integrarme a la educación formal y fue en respuesta un poco a eso”, relata Geretto, quien nació en Junín y a muy temprana edad se radicó en un pueblo cercano, Gálvez, donde pasó toda su infancia,y del que a los 17 años decidió huir. Paradójicamente, Juan Pablo siempre vuelve ese lugar a través de personajes como el de ‘Maestra…’, inspirados por las mujeres que marcaron su historia.

VUELTA A CLASE

-Cuando ‘La Prensa’ lo entrevistó antes de estrenar ‘Exit’ aseguró que era una suerte no tener que ‘montarse’ para alguno de sus personajes. Sin embargo, desempolvó a la ‘Maestra normal’...

-La verdad es que ‘Exit’ estuvo muy divertida. Pero todos teníamos otros trabajos para hacer así que decidimos bajar. Entonces retomé el texto de ‘Maestra normal’, que me pareció que estaba bueno para este momento. Lo retomé desde otro lugar en mi vida, digamos, y me entusiasmé bastante.

-¿Cree que el público lo extrañaba?

-Pienso que sí; eso espero. El personaje en sí es muy querido. Tengo otros espectáculos escritos por mí, pero ‘Maestra normal’ está más a mano que otros que quizás necesitan otra producción y otra forma de puesta. ‘Maestra…’ siempre es mi caballito de batalla.

-Sus personajes son su historia. ¿Qué tan movilizante es para usted retomarlos?

-La verdad que fue bastante movilizante esta vuelta, primero, porque ya tengo cincuenta años y el personaje tiene como veinte, así que de alguna manera fuimos creciendo juntos. Y es muy interesante ver lo que escribí hace tantos años, me resulta sorprendente. Me río mucho en los ensayos, la estoy pasando bomba, me encuentro con cosas nuevas que si bien sabía que existían las miro como nuevas.

-Al haberlo escrito hace tanto, ¿tuvo que hacerle algún cambio?

-Al principio nos sentamos para ver qué quedaba antiguo y qué había que renovar, y llegué a la conclusión de que nada porque, lamentablemente, los problemas en la educación siguen siendo los mismos, o incluso peores. Así que el espectáculo a lo largo del tiempo y por la dedicación que le pongo a los textos en general, ha tomado más la voz del sistema educativo que de la problemática de una persona, digamos. No creo que la obra se ponga vieja porque el sistema educativo sigue siendo el mismo, más cuestionado o menos cuestionado, pero sigue siendo la misma cosa.

La ‘Maestra normal’, que tantas satisfacciones le dio, regresa a escena el martes 24 y miércoles 25 en el Astros.
 

INSPIRACION

-¿Recuerda cuál fue la inspiración para escribir ‘Maestra normal’?

-Fue básicamente mi inconveniente de siempre de no poder integrarme a la educación formal. Fue en respuesta a eso, aunque lo digo ahora, con el diario del lunes. Fue un personaje que me lo dio una directora para que hiciera lo que quisiera con él, y ese personaje comenzó a trasladarse a otros espectáculos como una especie de voz autorizada para decir ciertas cosas. Finalmente tuvo su propio unipersonal. Ahí empecé a explorar sobre esos temas, esos terrenos, entonces es como si alguien te dijera: ‘poné una lupa sobre determinada parte de tu vida’ y pareciera que uno no recuerda nada pero sólo tiene que sentarse y tratar de recordar y cada momento va abriendo otro; eso fue lo que pasó. Los demás personajes fueron como un recuerdo de la infancia, de las mujeres de mi infancia, una época en la que las mujeres no trabajaban entonces estaban cerca de uno todo el tiempo. Uno escuchaba esas voces y se construía a través de esas miradas.

-Pasó de estar instalado en España, alejado de la actuación, a volver a la Argentina con dos obras consecutivas. ¿Cómo vivió esa transición?

-Son vidas paralelas que uno tiene, todos las tenemos cuando estamos en un trabajo, con amigos, con la familia. Yo no tengo una vocación de actor, entonces no hay algo que me tire hacia la actuación que tenga que ver con el deseo. Mi deseo tiene que ver más con la exploración de situaciones, de posibilidades. La actuación es la profesión que más tiempo tuve en mi vida, pero en términos emocionales podría deshacerme de ella y no pasaría nada. 

-¿Volvería a España?

-Sí, claro, es algo que está en mis planes.

-¿Eso tiene que ver con la delicada situación que atraviesa nuestro país?

-Uno siente el enojo de la gente en cada lugar adonde va. Un enojo con motivos, con argumentos, y luego la tristeza que está detrás de ese enojo, pero a pesar de esa tristeza igual hay que salir a laburar, y estar, y vivir. De todos modos, no me resulta indiferente. Yo vivo en el centro de Buenos Aires y estoy siempre en el epicentro de algunas cosas. Acá todo se nota mucho y no me es indiferente la indigencia. Pero si me preguntás si ese es un motivo concreto para volverme a España, no lo sé porque yo no me instalo en ningún lado, entonces de ningún lado me voy. 

LUCES Y SOMBRAS

Consultado sobre lo peor de su profesión, luego de pensarlo bien, Juan Pablo señala que cuando la actuación se vuelve algo profesional “pierde la gracia” y que la aceleración de los tiempos en pos de no perder público “termina afectando la calidad del trabajo. En este momento también hay una gran carencia de ficción en la tele, y no nos olvidemos que las ficciones hablaban de muchas cosas que por ahí no se habla en el noticiero”, sumó Geretto a la lista. 

-¿Y lo bueno de ser actor?

-No sabría qué decirte (risas). Supongo que es el momento en que estamos arriba del escenario, por ejemplo, ahora en ‘Exit’. Lástimas que ya se termina. La parte más triste es esa: cuando uno ya empieza a jugar una obra, a transitarla y a no pensarla, a ser verdaderamente el personaje ahí arriba, y al rato ya la estás terminando.