Ya basta de girar el teléfono: lanzan la primera microficción rodada en vertical
‘Bon Vivant’ marca un hito en la producción audiovisual argentina, apuntando de manera directa a las audiencias digitales. La serie de 25 episodios de menos de tres minutos de duración estará disponible durante un mes, antes de ser vendida al exterior.
El ejercicio de girar el equipo para ver un contenido audiovisual en el celular tiene las horas contadas: acaba de debutar la primera microficción rodada en el país en formato vertical, pensada para ser consumida en dispositivos móviles.
Se trata de 'Bon Vivant' , una historia que combina romance y tensión psicológica, producida por The Eleven Hub , una nueva unidad de negocios de la realizadora de contenidos SDO Entertainment . El formato, concebido a la medida de las audiencias digitales, se caracteriza por episodios de entre un minuto y medio y tres minutos de duración, rodados en vertical, con estética cinematográfica y un relato sumamente ágil.
Creada por Loli Miraglia (coautora de 'La suerte de Loli', que llegó a estar nominada al Emmy) y con producción ejecutiva de Florencia Visconti , la serie de 25 capítulos cortos cuenta con las actuaciones de Nacho Di Marco, Mercedes Lambre, Coraje Abalos, Abril Di Yorio, Lionel Ferro, Dany Martins y Juan Colucho.
Estará disponible por treinta días a través del canal de YouTube de The Eleven Hub (también en Instagram y Tik Tok), antes de ser vendido a plataformas del exterior. El lunes, durante el evento de presentación de 'Bon Vivant', ya se anunció que la ficción tendrá una segunda temporada que se rodará en Córdoba de la mano de una asociación con productores de esa provincia.
HACER Y APRENDER
Jorge Bechara es el director a quien le fue confiada esta primera experiencia de ficción vertical en la Argentina. Su hoja de ruta incluye exitosos trabajos para Polka (‘Son de fierro’, ‘Campeones’), Disney (‘Bia’) y Paraumont (‘El primero de nosotros’), entre otras grandes productoras. Conversó con La Prensa.
-¿Qué particularidad plantea el nuevo formato desde la dirección?
-Es algo que fuimos descubriendo sobre la marcha. Por un lado, advertimos que influye mucho la arquitectura de las locaciones. Esta primera temporada la rodamos a lo largo de cinco jornadas en cinco sitios diferentes. A la vez, la pantalla vertical nos permite hacer una gran cantidad de encuadres que en la pantalla panorámica clásica no son posibles. En cuanto a la puesta en escena, hay ciertas limitaciones en los movimientos de los actores. Debemos tener muy ensayadas las secuencias por lo limitado que es el espacio dentro del cuadro. Los que salen muy favorecidos son los vestuaristas porque en este tipo de plano vertical se luce todo el diseño.
Jorge Bechara, experimentado director de televisión, se prueba en un nuevo formato.
-¿Dudó en aceptar el proyecto?
-Había visto cosas de este estilo pero hechas afuera, y mucho no me habían convencido por el tipo de contenido. De algún modo, con esta ficción estamos intentando una vuelta a la telenovela que todos conocemos. Pero no a la telenovela rosa de la tarde sino a la telenovela de la noche, la que hacía Polka en su mejor momento. Lo que llega de afuera se asemeja más a la telenovela centronamericana de las tres de la tarde, por el tipo de actuaciones, sobre todo. Nosotros, en cambio, intentamos, a partir del libro, la dirección y el elenco, hacer algo intermedio que nos represente localmente, aunque la proyección que se busca, claro, es internacional. Lo que tratamos es que la historia pueda ser comprendida, cuanto menos, en Latinoamérica.
-Y a nivel personal, ¿cuál fue el mayor reto?
-Creo que a mí, como a todo el equipo, el proyecto nos desafió porque está en una instancia muy experimental. A pesar de haber hecho muchas ficciones, ver los monitores verticales fue algo nuevo para todos. Las puestas en escena, los movimientos de cámaras, todo tiene otros códigos.
-¿Qué otro género de ficción podría funcionar con este formato?
-Pienso que todos, aunque si tomamos en cuenta que la gente lo ve de día, en el colectivo o con el sol pegándole en la pantalla, tal vez los géneros más oscuros, el suspenso, el terror, podrían no funcionar.
-¿Con qué aprendizaje se asoma a una eventual segunda temporada?
-En lo personal, me gustaría que fueran más episodios. Entiendo a las generaciones de ahora para las que todo es rápido y efímero, pero al producto no le permite asentar del todo determinadas ideas. De algún modo, estamos presos de un formato cuyo máximo es de tres minutos por episodio. Aun así, debo decir que estamos todos muy contentos con lo que logramos. Es un primer paso, nos falta aprender mucho del código.