Nuestra actual vicepresidenta, Cristina Fernández, acaba de viajar a Honduras, donde asistió, el 27 de enero pasado, a la asunción presidencial de
Xiomara Castro, afecta al nepotismo evidentemente, gobernará ahora a su país
En el Parlamento local, el ambiente es hoy muy tenso y ya se han producido allí algunas poco civilizadas escaramuzas. A puñetazo limpio. En los tiempos que vienen, es obvio, la calma en los diálogos no está asegurada, para nada.
Xiomara Castro ejercerá previsiblemente su difícil presidencia por un período presidencial completo, es decir por los próximos cuatro años. Por ahora, al menos ello luce probable.
El país, dijo Xiomara al asumir la presidencia,
Para ello, en el podio mismo del estadio nacional de fútbol hondureño, la nueva presidente del país prometió, entusiasmada,
Para así lanzarse a "reducir la pobreza" de su pueblo, que Xiomara estimó es del 74% de la población local, cuyos integrantes desgraciadamente aparecen, con enorme frecuencia, en la triste y larga fila de emigrantes centroamericanos que procuran entrar caminando a los EE.UU., convencidos de que allí les espera seguramente "una vida mejor". Para ellos y para sus hijos y descendientes. Y es probablemente así.
Lo primero que Xiomara Castro he hecho, una vez instalada en sus altas funciones, es haber
Conociendo al personaje en cuestión, a sus amigos y al ambiente local todo, lo antedicho
Los enfrentamientos políticos en el Congreso de Honduras parecen haberse acallado. Al menos por el momento.
Para Xiomara Castro, ésta es una rápida primera victoria política. Y, además, un momentáneo alivio para la economía toda de Honduras.
Xiomara, que es la primera mujer que, en la historia, asume la presidencia de su país, doscientos años después de proclamada su independencia política, fue ungida en las urnas con la que ha sido calificada de
Honduras tiene una oportunidad. No será nada fácil aprovecharla. Tiene problemas enormes, como el accionar ilegal de las pandillas. O la elevada tasa de homicidios derivada de un nivel de criminalidad que debe enfrentarse con decisión y sin demoras.
Pero la tarea es urgente,
Debo confesar, para cerrar este breve comentario, que realmente me cuesta enormemente poder confiar en Xiomara Castro como avezada "piloto de tormentas". Y mucho más, como dirigente con la idoneidad y la transparencia requeridas por el alto cargo y por la compleja y hasta peligrosa tarea de gobierno a desempeñar, sin demoras.