De qué se habla hoy

Walkirias en Moscú

Partamos de una base, Vladimir Putin no es tonto ni un improvisado. Un hombre que asciende de la forma que él lo ha hecho desde los más sórdidos rincones de la KGB, sorteando la crisis más colosal de la nación más grande del mundo, dentro de un esquema soviético donde la vida valía poco o nada, no puede ser un idiota. Podrá ser un autócrata alejado por la realidad según la célebre frase de Lord Acton (``el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente''), pero astuto y calculador.

Ya había sido exitoso invadiendo Crimea, una península habitada por rusos desde el tiempo de los zares, arrebato que el mundo vio con casi indiferencia.

Ucrania entonces estaba dividida entre aquellos que querían una integración con Rusia y otros que preferían unirse a la comunidad europea, cuando el presidente Yanukóvich suspendió abruptamente las negociaciones con la Unión Europea. Una serie de manifestaciones (llamadas Euromaidán) rechazando esta medida terminaron con el desplazamiento de Yanukóvich y un centenar de muertos. Los disturbios fueron aprovechados por la facción prorrusa de Crimea y Sebastopol para declararse república independiente con el apoyo de las fuerzas moscovitas. Si Putin hubiese querido avanzar sobre Ucrania, lo hubiese hecho entonces, pero no, lo hace ahora después de una pandemia que ocasionó una cantidad nunca bien determinada de muertes ``con números incomodos que se disimulan'' cómo dijo en su momento la BBC news (23 marzo 2021).

La amenaza de la integración de Ucrania a la OTAN y el peligro de tener misiles cada vez más cerca de Rusia, si bien es real, hoy día parecer semántica porque cualquier misil disparado desde lugares más lejanos podrá ocasionar daños semejantes. Antes de comenzar la guerra era un debate entre diplomáticos, ahora se ha convertido en un camino de no retorno.

¿Qué lo empujó a Putin a tomar este sendero bélico? ¿Acaso fue un error de cálculo? ¿Pensó Putin que, una vez más, el mundo vería con indiferencia el ataque a una nación soberana para apoyar las aspiraciones rusófilas de comarcas separatistas? Después de Euromaidán, Donetsk y Lugansk se declararon independientes en una elección celebrada sin censo ni observadores internacionales. Las Naciones Unidas invalidó la forzosa adhesión de Crimea (Resolución 68/262).

Desde 2016 hay un estado de belicosidad en la zona Donetsk, con frecuentes violaciones del alta al fuego. Allí trabajan mercenario prorusos con experiencia de combate en guerras como la de Craocia o Afganistán.

En este contexto, Rusia interviene en el conflicto interno de un país independiente, ante el inmenso rechazo internacional...

Putin realizó su movida, probablemente no haya esperado un rechazo tan contundente del resto del mundo ni una tan heroica resistencia del gobierno ucraniano, y menos aún de su presidente... Putin, como todos los rusos, juega al ajedrez y por tal razón piensa varias movidas para adelante. ¿Por qué expuso tan abiertamente a Rusia a sanciones de todo tipo? El rubro se derrumba, la economía retrocede, ¡hasta los están echando de la FIFA! Son los chicos malos del barrio y nadie les cree nada de lo que puedan argumentar.

EL COSTO ES MUY ALTO

¿Por qué tomó esta medida? Parece una de esas maniobras que intentan crear un enemigo común externo para sacarse de encima una difícil situación interna a cualquier costo... y ese costo es muy alto. El oro está a 2.000 dólares la onza, todos lo metales están más caros, los productos agrícolas subieron y seguirán subiendo a medida que Ucrania no produzca cereales en sus extensas planicies (¿podrá el trigo pasar los 500 dólares la tonelada?). Si eso se prolonga por meses habrá valores que podrán escalar más allá de lo imaginado. Y todo esto se reflejará en la economía de la vida diaria de los argentinos.

En estas circunstancias, ¿cómo ven los rusos esta invasión? Hubo 7.000 detenidos, la gente saca la plata de los bancos y se los lleva al exterior. El mercado ruso se paraliza, los barcos no entran a sus puertos y comienzan los rumores desestabilizantes. Putin tiene enemigos y sus mayores enemigos, como siempre, están cerca.

Cuando era evidente que Hitler perdía la guerra, después de Stalingrado, el coronel Claus von Stauffenberg puso en marcha la Operación Walkiria: era necesario deshacerse del Führer para lograr una paz honrosa con los aliados. Generales cómo Rommel participaron de la conspiración. Al fracasar el atentado, Hitler perseveró en su posición de pelear hasta el último aliento y la derrota destruyó a Alemania.

Hoy las guerras son multifactoriales, los equipos más sofisticados son vulnerables, la guerra cibernética está a la orden del día. Un solo dron puede matar a un jerarca. Un hacker a miles de kilómetros de distancia o a 200 metros de Kremlin puede colapsar el sistema de defensa. Cada día se hace más evidente que para una paz honrosa para Rusia es necesario una Valkiria en Moscú.

¿Quién será el responsable? ¿Acaso el entorno de Putin no se verá alterado por esta falla de cálculo que representa perdidas multi millonarias? ¿Quién será el von Stauffenberg ruso? ¿Acaso Sergei Shoigu, el ministro de defensa de aceitadas relaciones con el ejército? ¿Habrá generales y funcionarios susurrando palabras indecibles ante la sombra de una derrota? Cómo dijo Yuval Harari, Rusia ya perdió, aunque venza...

Todos saben cómo empiezan las guerras, pero nadie está seguro de como terminan. ¿Importan los muertos? ¿Importa el dinero y la economía? Soy de la opinión que la guerra es un intercambio económico violento.

¿Importa el buen nombre y el honor? ¿Los jóvenes rusos quieren ser sacrificados cómo verdugos de una nación vecina? Parece una pregunta decimonónica, pero estos factores están en juego cuando la situación se hace más compleja y las reacciones humanas son entonces más primitivas; huir o agredir.

Quién sabe, esto es solo una especulación, pero probablemente una poderosa dama esté esgrimiendo su lanza y un coronel tullido, moviendo los hilos del recelo en uno de esos interminables corredores de un palacio en Moscú.