Lo que vendrá

Vuelve el cepo versión Macri

Mauricio Macri cambia de estrategia de campaña todas las veces que lo considere, dando muestra que no tiene claro cómo encarar la posibilidad de revertir los resultados de las PASO en las presidenciales del 27 de octubre.

El Presidente decidió que a partir de mañana, sean Esteban Bullrich y otros dirigentes del PRO los encargados de lanzar la nueva campaña donde se mostrarán como súper moderados, culpando del desajuste del dólar a Alberto Fernández.

"Si nos tenemos que ir será en un país en paz", asegura el propio Bullrich. Una vez más la lucha interna en el frente Juntos por el Cambio, la termina ganando Marcos Peña.
El cuestionado jefe de Gabinete se impuso a los otros dos puntos de vista que presionaban al mandatario, que presentaban una batalla dura marcando las dudas que el kirchnerismo mostraba con un candidato que no termina de definirse. 

La intención es abrir el álbum del gobierno de CFK y remarcar sus formas y sobre todo recuperar el tema de la corrupción que el kirchnerismo con gran astucia sacó de la escena.
El otro grupo pretende convencer a Macri que "la batalla está perdida"

" y es mejor dejar el gobierno dando la imagen de que la mayor preocupación es "cuidar a los argentinos".
Esta facción tenía casi convencido a Macri, que repitió durante algunos días este concepto. Peña sigue convencido de que el resultado de las PASO se puede cambiar combinando los dos criterios.
A partir de mañana habrá una nueva comunicación entre los miembros de la coalición oficialista y la gente.

Sin embargo el de la comunicación parece ser uno de los principales problemas que tiene la gestión de Macri.
Ayer durante la mañana lanzaron el anuncio que a partir de hoy no habría ninguna dificultad en sacar los dólares de los bancos, o comprar toda la divisa que uno quisiera y girarla al exterior sin restricciones.
Incluso se dijo que algunos bancos extenderían su horario de atención al público, generando así una mayor confianza ante los movimientos que pudiera dar el Banco Central para evitar una corrida cambiaria.
Pero apenas comenzada la tarde se conoció el texto del DNU publicado en el Boletín Oficial donde se anuncian una serie de medidas restrictivas sobre la libertad cambiaria.

De hecho el Decreto impone un cepo para la compra de divisas y limita las transferencias al exterior, dos medidas que son parte del modelo que había instrumentado Cristina Kirchner al final de su mandato y que Macri desarmó al asumir. 

La nueva norma faculta al Banco Central a establecer los límites de la restricción que en el caso de las personas se limitará a 10.000 dólares para la compra mensual de divisas. Por encima de esa cantidad será necesario tener la autorización del BC con autorización del Central.
Según el Gobierno esto afectará a muy poca gente ya que aseguran que "el 90 por ciento de las personas compra menos de 10 mil dólares por mes".

Por su parte las empresas no tendrán restricciones para pagar importaciones o deuda en moneda extranjera, pero sí para comprar dólares para atesorar. Y también necesitarán autorización para girar dólares al exterior.
Lo mismo para las personas físicas que quieran girar al exterior más de 10 mil dólares por mes. Para muchos la medida es una combinación del cepo y el corralito.

Desde el Banco Central dejaron en claro que no hay corralito porque la gente y las empresas van a poder retirar los dólares que tengan en sus cuentas. Desde el Banco no pudieron negar lo mismo en relación al cepo. 
Al parecer el ministro de Economía, Hernán Lacunza, está tomando buena parte de las medidas impopulares que debería haber instrumentado Alberto Fernández, en caso de ganar las próximas elecciones. Pero para los expertos eran estas medidas o el default.

En el BC creen que con todo este paquete de medidas las reservas van a durar mucho más, para poder cumplir con el único objetivo que anunció el ministro Lacunza: "Tenemos que estabilizar el tipo de cambio para evitar que se espiralice la inflación".
El ala de Peña, que Macri ganará el ballotage, culpa sin disimulo a Alberto Fernández por la situación difícil de la economía.

Pablo Avelluto, el secretario de Cultura que es un hombre de Peña, se refirió a Fernández y Cristina como "Los pirómanos sedientos por apagar el incendio que ellos mismos generan con más nafta y más fuego".
Los "peñistas" -que se entienden como nunca con los sectores más duros como el de Elisa Carrió- ya cansaron al otro sector, que no esconde sus deseos de que Macri eche al jefe de Gabinete "de una vez por todas".

La otra herida en esta batalla mal encarada, la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, ha declarado su enemistad con Marcos Peña pero a su manera, sin gritos ni cruces verbales. De hecho, prefiere los gestos y por eso no asistió a la cena anual de la fundación de Margarita Barrientos, a quien aprecia, sólo para no cruzarse públicamente con él. La gobernadora no quiere fotos con quien considera el padre táctico de su fuerte derrota provincial en las PASO.

VOLVIO CRISTINA 
Cristina Fernández regresó de Cuba el viernes y al día siguiente reinició su campaña, que bajo el pretexto de presentar su libro "Sinceramente", recorre el país haciendo una dura crítica contra Macri a punto de llamarlo "mal ser humano", una descalificación de tono personal. Desde el Gobierno consideraron que la ex presidenta volvió a mostrar su habilidad para "parecer lo que no es".

La situación más delicada que atraviesa la viuda de Kirchner es la salud de su hija Florencia que al parecer no mejora como se esperaba. El tema tiene sensibilizada a CFK, que durante su presentación en La Plata del pasado sábado no pudo contener el llanto a la hora de mencionar el tema.
Desde el Instituto Patria algunos aseguran que Cristina seguirá hasta después de las elecciones, pero su continuidad en el Ejecutivo, en caso de ganar, dependería de los informes médicos de Cuba.
"Ella es mi prioridad" dice a sus más allegados y muchos no ponen en duda que Cristina renunciaría si Florencia no logra una recuperación. Mientras tanto la candidata a vicepresidente seguirá con lo previsto que es reforzar la campaña con su presencia en especial en la provincia de Buenos Aires. 

SE FUE ALBERTO
Alberto Fernández viajó a España con el propósito de tener un encuentro con ex primer ministro socialista José Luis Zapatero, como el evento de perfil más alto de su visita a Madrid, que tuvo como excusa ir a dar una clase en la Universidad Camilo José Cela.
También se reunirá con hombres de confianza del líder de Podemos, Pablo Iglesias, a quien conoce hace años. 

Zapatero es de la política española el dirigente que de manera más explícita aún hoy defiende el régimen de Nicolás Maduro. Podemos, el partido de Iglesias, es una fuerza con fuertes lazos con el régimen de Venezuela e incluso se ha escrito que en sus comienzos fue financiada por Hugo Chávez.
Alberto Fernández. Una vez más el fantasma de decir una cosa y ser otra, forma de actuar que genera dudas en los ciudadanos que lo votaron buscando una alternativa al cristinismo y al macrismo.