CARL MOSES, ECONOMISTA ALEMAN RADICADO EN LA ARGENTINA, ANALIZA LA GUERRA ENTRE RUSIA Y UCRANIA

"Volodymyr Zelensky es sin dudas un héroe admirable"

Las sanciones van a desplegar sus efectos a mediano y largo plazo. Es importante que se dirijan contra Putin y no en perjuicio del pueblo ruso. La crisis energética y el rol de las renovables.

­La eficacia de las sanciones económicas, como penalización comercial y financiera aplicada por uno o más países contra un Estado, tal como ocurre en el caso de las naciones de Occidente contra Rusia, ha suscitado entre los investigadores un arduo debate en cuanto a la capacidad de estas medidas coercitivas para lograr el objetivo deseado.

En ese marco surge a su vez, entre otras cuestiones, la inquietud acerca de si la mejora de los términos de intercambio (suba en el precio de las materias primas por el conflicto bélico) podría eventualmente redundar en un beneficio -entrada de divisas- para la República Argentina.

Para conocer aspectos de esta controversia -cuyo telón de fondo es la guerra entre Rusia y Ucrania- La Prensa requirió la opinión de Carl Moses, economista alemán radicado en la República Argentina, quien se desempeña como consultor y analista económico y político, independiente. Trabaja principalmente para la agencia alemana de promoción del comercio exterior Germany Trade & Invest (GTAI). Es egresado de la Universidad de Bonn y fue corresponsal en nuestro país, en materia de Economía y Finanzas, del Frankfurter Allgemeine Zeitung (F.A.Z.), uno de los diarios más importantes de Alemania.

HIDROGENO VERDE

-¿Qué incidencia y consecuencias tiene la invasión de Rusia a Ucrania (y las severas sanciones aplicadas por las naciones de Occidente), en las relaciones comerciales entre la Unión Europea, en especial la República Federal de Alemania, y los países de América del Sur?

-No debería haber mayores consecuencias para el comercio entre Alemania, la Unión Europea y Sudamérica, porque para Sudamérica las relaciones comerciales con Rusia son muy puntuales y no de mucha envergadura. Esto en el corto plazo. La situación cambiaría si realmente se cortara el suministro de gas natural de Rusia a Alemania y otros países europeos. Habría serios problemas de desabastecimiento en Europa y, como consecuencia, también en las exportaciones de Europa a América latina. Después podrá haber un cambio en las relaciones comerciales muy importante cuando Sudamérica, de alguna forma, reemplace a Rusia como proveedor de gas y -en particular- a largo plazo, con el posible abastecimiento de Alemania y la Unión Europea con hidrógeno verde desde Argentina y otros países sudamericanos.

-Alemania -situada en el corazón de Europa- importa de Rusia más del 40% del petróleo y del 55% del gas que consume. En ese contexto, los ministros alemanes de Relaciones Exteriores (Annalena Baerbock) y de Finanzas (Christian Lindner) se pronunciaron días pasados contra la prohibición de importar gas, petróleo y carbón de Rusia. ¿Cuál es el impacto que esta noticia ha generado en la población de Alemania?

-Esa es una gran discusión en Alemania, pues -por un lado- según las encuestas parece que la población estaría dispuesta de hacer sacrificios en pos de provocar un daño importante a la capacidad financiera de Rusia, pero en el gobierno alemán hay serias dudas de que realmente se entienda el alcance de los perjuicios que sufriría la economía germana en este caso. La posición del gobierno alemán es que solamente se pueden tomar medidas que después realmente se aguanten en la sociedad por el tiempo que sea necesario. El canciller Olaf Scholz dijo que Alemania está preparada para el corte del gas ruso, pero de ninguna manera piensa en cortar el abastecimiento unilateralmente por su lado.

-Desde esa perspectiva, ¿en qué grado se encuentra la transición de los Länder (Estados Federados) germanos hacia las energías renovables?

-Estamos avanzando bastante en esto, pero le cuesta mucho a Alemania porque el sol y el viento no son tan abundantes como, eventualmente, en la Patagonia y en Jujuy. Y nos falta la integración de la red, por ejemplo, entre la producción eólica en el norte de Alemania y el consumo de energía en el sur. Ahora, para la descarbonización total de Alemania -lo cual estamos buscando con este nuevo gobierno aún más decididamente-, y también para hacernos independientes del gas ruso, vamos a necesitar mucha importación de energía y de combustibles verdes producidos en otras regiones del mundo, y también en Sudamérica. En ese sentido veo un gran futuro para el hidrógeno verde que se podrá producir en Sudamérica, a costos muy competitivos en un futuro no tan lejano.

CUBA Y VENEZUELA

-Según cifras estimativas, Europa paga a Rusia 600 millones de euros al día por el abastecimiento del gas natural. Sin estas ventas, la administración de Vladimir Putin sin duda verá afectada seriamente su presupuesto. ¿Con qué reservas o recursos cuenta Rusia para continuar con una guerra que se prolonga más allá de lo previsto? Por otra parte, Putin sostuvo que Rusia se está "adaptando" a las sanciones, pese a que el rublo cayó a mínimos históricos y resulta preocupante la desconexión de bancos rusos del sistema Swift.

-Las sanciones van a desplegar sus efectos con mucha mayor fuerza a mediano y largo plazo. No tanto inmediatamente. Por otro lado, un sistema autoritario, como Rusia hoy en día, siempre tiene mayor facilidad para imponer restricciones de todo tipo a su población. Esto es mucho mas difícil en una sociedad abierta y democrática. También parece que la máquina de propaganda de (Vladimir) Putin funciona muy bien todavía. Por eso no creo que las sanciones económicas puedan producir un fin inmediato o pronto de la guerra. Vimos en muchos otros países, como en Cuba y Venezuela para no ir demasiado lejos, que las sanciones provocan mucho daño pero no resultan muy efectivas en cuanto a lograr sus fines políticos y económicos. Me temo que en el caso de Rusia no será muy diferente. En todo caso, es importante que las sanciones y otras medidas se dirijan contra Putin y a quienes lo rodean, y no en perjuicio del pueblo ruso, si es posible. Queremos y debemos vivir en paz junto con Rusia en Europa a largo plazo. De lo contrario no podremos vivir en paz.

-La mejora de los términos de intercambio (suba en el precio de las materias primas por el conflicto Rusia-Ucrania), o bien la mayor cotización de los commodities agrícolas (granos, harinas, aceites y otros subproductos) de los cuales nuestro país es exportador, ¿podría eventualmente redundar en un beneficio -entrada de divisas- para la Argentina?

-En el corto plazo veo un efecto ligeramente positivo para la balanza comercial y la entrada de divisas, aunque eso tampoco está del todo asegurado, porque crecen los precios de los alimentos pero también los precios de la energía. Dentro de poco, en el invierno austral, creo que mucho más pesará el serio problema que el alza de los precios de gas y petróleo provocará en la Argentina, así como los mayores costos de la energía importada, y por ende subsidios más altos y también precios más altos para las familias y para las empresas, hasta un posible desabastecimiento de energía. El mercado de GNL (gas natural licuado) se hace muy competitivo, pues de repente habrá mucho más necesidad de compra de GNL en Europa.

-En ese mismo contexto, ¿qué posibilidades visualiza para nuestro país a mediano y largo plazo?

-A mediano y, especialmente, a largo plazo, veo chances importantes para la Argentina si logra poner en valor su gran potencial de energías, tanto las renovables como el gas natural. La mayor apuesta sería el hidrógeno verde, ahí hay un enorme potencial de producción en Argentina y habrá una enorme demanda en Alemania y en otros países de Europa. Obviamente, para concretar las enormes inversiones que esto requiere hay que mejorar el marco macroeconómico y regulatorio. Todo tiene que ser lo más estable posible. Sin embargo, creo que si todo se arma bien y con un gran consenso político, las cosas pueden ir de la mano. Las inversiones en energía, que vendrían en gran parte del exterior, y las exportaciones que podrían crecer en forma muy importante, así como el impulso al desarrollo industrial que se daría, puede formar una base de despegue para la economía argentina. Y dar pie a una profunda integración con Alemania y toda Europa. Tenemos que apostar a eso. Es mi gran ilusión personal.

BRASIL

-La invasión de Rusia a Ucrania puso en riesgo las transacciones comerciales de otros países de América latina, como por ejemplo, las exportaciones de banana en Ecuador, las producciones de carne en Colombia y las importaciones de fertilizantes en Brasil. ¿Qué nos puede decir Usted sobre los efectos que la invasión impulsada desde Moscú ocasiona en estas economías?

-Sin duda, las disrupciones del comercio internacional y de las cadenas de abastecimiento tendrán un efecto negativo también en los países de Sudamérica, pero menos que en otras regiones del mundo. Creo que el problema más angustiante para la región es el posible desabastecimiento con fertilizantes y el alza de los precios en general, o sea, la inflación, lo cual a su vez obligará a aumentos de las tasas de interés, con el respectivo efecto recesivo.

-Los gobiernos de Jair Bolsonaro y Alberto Fernández intentaron mantenerse neutrales desde que Rusia invadió Ucrania. Por un lado, Brasil criticó la intervención militar rusa y pidió el cese de las hostilidades, pero no condenó expresamente la invasión a Ucrania. A su vez, en Argentina la oposición acusó en su momento a Fernández de no alinearse lo suficiente con las posiciones occidentales de rechazo a la invasión. ¿Cómo evalúa Usted la actitud de estos dos países?

-Yo diferenciaría mucho entre la actitud de estos dos países y lo que hayan dicho sus respectivos presidentes. Parecería que las palabras de ambos presidentes no valieran demasiado, aunque por diferentes razones en los dos casos. Obviamente las visitas a (Vladimir) Putin poco antes de la invasión resultaron muy inoportunas. Pero lo que importa es la posición que toman los gobiernos en los foros internacionales, en particular en las Naciones Unidas, y ahí tanto Brasil como Argentina estuvieron en el lado correcto. Esto es lo que más importa. (N. de la R .: El Gobierno argentino votó el jueves 7 de este mes a favor de suspender a Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU por la invasión militar a Ucrania, en el marco de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas).

-Mediante una "operación militar especial" y tras señalar que históricamente hubo complicidad de algunos ucranianos con el nacionalsocialismo, (Vladimir) Putin busca -según lo manifestó públicamente - desnazificar Ucrania. Alega que, en la actualidad, los ucranianos son neonazis y "odian" la cultura rusa. ¿Tiene fundamento esta afirmación? Paradojalmente, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, es de origen judío y sostuvo que Jerusalén (Israel), es el "lugar correcto" para las conversaciones de paz.

-Como ciudadano alemán, no me gusta -en general- opinar en el exterior sobre temas de nazis o de desnazificación. Pero tengo dos observaciones: por un lado, una derecha nacionalista existe en casi todos los países europeos hoy en día y seguramente también en Ucrania. Pero esto no justifica de ninguna manera el brutal ataque que Putin infligió a Ucrania. Y Volodymyr Zelensky es sin duda un héroe absolutamente admirable en este momento oscuro de su país y de toda Europa.