¡Victoria de Victoria!

No sólo Javier Milei sabe dominar el centro de la escena política e imponer agenda. Desde ya, antes de realizarlo, queda claro con el acto en homenaje a las víctimas del terrorismo y por la reacción histérica de la izquierda, que Victoria Villarruel también.

La única fórmula presidencial que funciona como binomio de carácter es la de La Libertad Avanza.

Tan oportuno es el acto promovido por Victoria Villarruel que toda la izquierda y las orgas de DDHH se movilizaron en su contra para dejar bien claro que creen en la violencia política y justifican el terrorismo castrista de Montoneros y ERP contra el gobierno constitucional, porque las víctimas recordadas en la Legislatura fueron asesinadas durante el gobierno peronista por organizaciones que pretendían tomar el poder por la vía del terror.

Así, las tan olvidadas víctimas del terrorismo castrista ya son tema de interés para todos los diarios.

La izquierda percibe que la mano política ya cambió y se les acaba el curro de los DDHH, por eso reacciona histéricamente y le otorga a Victoria Villarruel una resonancia monumental para un acto que pudo ser otro de los tantos que no trascienden más allá de los que participan.

Luego es un chiste de humor negro que tipos como Gabriel Solano, del Partido Obrero, para quien una bomba en un jardín de infantes es un acto terrorista o no según quien la ponga, repudie un acto de víctimas del terrorismo.

La izquierda es intolerante, inhumana y violenta. Esa izquierda, luctuosamente ridícula como siempre, llama a movilizarse contra el negacionismo negando el reconocimiento a las víctimas del terrorismo castrista. El negacionismo del negacionismo podríamos decir con toda la sorna del caso.

¿Quiénes son entonces los negacionistas?

Pocas cosas son tan miserables como querer silenciar el testimonio de víctimas del terrorismo. Está cada vez más claro que la izquierda miente la historia y que su humanismo es selectivo.