Vélez conquistó América

El baúl de los recuerdos. El equipo de Carlos Bianchi ganó la Copa Libertadores del ´94 al batir en la final al San Pablo de Telé Santana. El Fortín dio así su primer golpe internacional contra un rival de gran jerarquía.

Palinha se para delante de la pelota. Apunta a la izquierda, abajo, bien cerca del poste. Hacia allí vuela José Luis Chilavert. El paraguayo se queda con el remate. El estadio Morumbí se estremece. Se da una sucesión de disparos acertados. Le toca el turno a Roberto Pompei. Tito eligió el mismo rincón que Palinha. Pero, a diferencia del brasileño, apuntó arriba, al ángulo al que Zetti no llega. ¡Vélez campeón de América! Atrás quedaba una final durísima en la que el fantástico San Pablo de Telé Santana se despedía de la Copa Libertadores que había sido suya en los dos años anteriores. Era el momento del Fortín de Carlos Bianchi,  que con el acierto de Pompei, las seguras manos de Chila y el corazón de todos para luchar con uñas y dientes hizo historia en el estadio Morumbí.

Nadie habría imaginado ese momento apenas un año antes, cuando el Virrey regresó a Liniers no como el goleador despiadado de antaño, sino como el técnico elegido para darle al club de Liniers los títulos que se le negaban. Primero fue el Clausura ´93, poniéndole fin a 25 años sin festejos. Después llegó el tiempo de apostar por la Libertadores, una competición en la que pocos hinchas habrían puesto en juego sus fichas.

La primera ronda fue todo un desafío para las huestes de Bianchi. Muchos le avizoraban el último puesto en la zona que compartía con el Boca del Flaco César Luis Menotti y figuras como Alberto Márcico, Rubén Polillita Da Silva, Sergio Manteca Martínez, Alberto Acosta, el Mono Carlos Fernando Navarro Montoya y con dos equipos brasileños como el Cruzeiro en el que asomaba Ronaldo, un joven destinado a ser un fenómeno, y Palmeiras. Sin embargo, Vélez salió adelante, ganando hasta en la Bombonera con una actuación memorable y un gol agónico del Pepe José Horacio Basualdo a pesar de haber afrontado gran parte del partido con un hombre menos.

Fue superando instancias y, de a poco, forjando el carácter de futuro campeón. En los octavos de final se libró de Defensor Sporting, de Uruguay, en una definición por remates desde el punto penal en la que Chilavert les ganó el duelo a Guillermo Almada y a Rubén Dos Santos.

Con goles de Omar Asad y José Oscar Flores eliminó a Minervén, de Venezuela en la instancia siguiente. El Turquito y el Turu eran dos tanques incontenibles que aprovechaban a la perfección los largos y precisos pases del arquero paraguayo. Y en las semifinales otra vez surgió Chila para contener el disparo de Ronald Valderrama (el hermano de Carlos, el Pibe, titular esa noche) en otra definición desde los doce pasos contra Junior, de Colombia, para cerrar una apretada serie que incluyó victorias de los locales en Barranquilla y del conjunto argentino en Liniers.

La primera final, en el estadio José Amalfitani, le imponía a Vélez el desafío de sacar una buena diferencia contra San Pablo, el equipo que dominaba el contexto sudamericano. Por si fuera poco, los brasileños venían de quedarse con la Intercontinental de 1992 al doblegar al Barcelona que dirigía Johan Cruyff y contaba con estrellas como el danés Michael Laudrup, el búlgaro Hristo Stoitchkov, el holandés Ronald Koeman (actual DT de los catalanes) y un joven Pep Guardiola; y la de 1993, en la que derrotó al memorable Milan que comandaba Fabio Capello y que reunía entre otros a Franco Baresi, Paolo Maldini -un pibe en esos días-, los franceses Marcel Desailly y Jean-Pierre Papin, Roberto Donadoni, Demetrio Albertini, Daniele Massaro y el rumano Florin Raducioiu.

Era una maravilla el conjunto que orientaba Telé Santana. Pero en el duelo de ida se encontró con un Fortín que le planteó un partido durísimo y terminó imponiéndose 1-0 con gol de Asad. El triunfo se antojaba exiguo para afrontar la revancha en el Morumbí…

HAZAÑA EN SAN PABLO

El 31 de agosto de 1994, unas 95 mil personas se apiñaban en las tribunas del estadio Morumbí. San Pablo salió con todo al ataque. Ya no tenía como director de orquesta a Raí -el hermano del mítico Sócrates-, pero Palinha se las ingeniaba para disimular su ausencia. Contaba con dos peligrosos atacantes como Müller y Euller, por el lateral derecho -y a veces como volante- estaba Cafú, en la defensa aparecía el duro Junior Baiano, Zetti era un buen arquero… Esos jugadores, guiados por la sabia conducción de un notable entrenador como Telé Santana, acorralaron a los de Bianchi.

Consciente de que iba a sufrir los azotes paulistas, el Virrey había apelado a una formación muy compacta, con cinco defensores, el Pepe Basualdo, el Negro Marcelo Gómez y Christian Bassedas en el medio y la dupla Asad-Flores arriba.

Vélez aguantó todo lo que pudo. Y un poco más, también. Müller igualó la serie apenas pasada la media hora del primer tiempo. San Pablo fue una y otra vez al ataque. Flavio Zandoná, Roberto Trotta, Héctor Almandoz, Mauricio Pellegrino -hoy DT fortinero- y Raúl Cardozo se abroquelaban cerca de Chilavert para frenar el aluvión.

Bianchi mandó a la cancha a Pompei y a Claudio Husaín. Jugar cuando se presentara la oportunidad y no renunciar a la lucha eran las consignas. Los últimos 15 minutos se hicieron cuesta arriba por la expulsión del Pacha Cardozo en una final disputada con dientes apretados.

El resultado no se alteró y hubo que recurrir a los disparos desde el punto penal. Chilavert contuvo el primero de San Pablo, ejecutado por Palinha. Por el lado de Vélez, todos acertaban. Los brasileños encontraron la fórmula para no perder contra el arquero.

Y llegó el quinto remate para los de Liniers. Era el turno de Pompei. Tito tenía en sus pies la consagración del Fortín. Por su mente no pasaba el año en el que Bianchi lo había mandado a Talleres de Remedios de Escalda para acumular experiencia, ni el hecho de haber quedado fuera de la lista de buena al comienzo de la Copa. Quería la gloria. Le pegó fuerte y alto, al ángulo superior izquierdo. Zetti no llegó. Con el certero zurdazo de Pompei, las manos salvadoras de Chila y el corazón de un equipo tan ambicioso como valiente Vélez conquistó América.

LA SÍNTESIS

San Pablo 1 (3) - Vélez 0 (5)

San Pablo: Zetti; Vítor, Junior Baiano, Válber, Gilmar; Cafú, Axel, André Luiz, Palhinha; Euller, Müller. DT: Telé Santana.

Vélez: José Luis Chilavert; Flavio Zandoná, Héctor Almandoz, Roberto Trotta, Mauricio Pellegrino, Raúl Cardozo; José Horacio Basualdo, Marcelo Gómez, Christian Bassedas; Omar Asad, José Oscar Flores. DT: Carlos Bianchi.

Incidencias

Primer tiempo: 33m gol de Müller (SP). Segundo tiempo: 9m Roberto Pompei por Basualdo (V); 20m Claudio Husaín por Flores (V); 29m expulsado Cardozo (V); 31m Juninho Paulista por Vítor (SP).

Definición por penales: para San Pablo convirtieron: André Luiz, Müller y Euller. Chilavert atajó el remate de Palinha. Para Vélez convirtieron: Trotta, Chilavert, Zandoná, Almandoz y Pompei.

Estadio: Morumbí (San  Pablo). Árbitro: Ernesto Filippi, de Uruguay. Fecha: 31 de agosto de 1994.