Velada de alto vuelo en el Avenida

Dentro de las organizaciones privadas de ópera en nuestra ciudad (otrora llamadas off Colón), el Ofeba (Opera Festival Buenos Aires), que dirige Graciela de Gyndenfeldt presentó en el teatro Avenida la siempre exitosa ‘Turandot’ de Giacomo Puccini, su último aporte valioso al género que no llegó a terminar, falleciendo en una operación en Bruselas en 1924 (se cumplirá el centenario el año venidero),

Estrenada dos años mas tarde de su muerte con la dirección del gran Arturo Toscanini, trascendió como hecho histórico -en aquella velada memorable del Teatro alla Scala de Milán, que entonces dirigía-, que en el momento en la partitura, en el que llegaba su homenaje, terminaba el espectáculo. “Hasta aquí llegó el maestro!”, expresó ante el público entonces.

Porque estaba encargado y escrito el final de Franco Alfano con el extenso dúo de los protagonistas, que en sucesivas funciones del teatro milanés se realizó y quedaron permanentes. “Tiene que ser un gran duetto” -había indicado Puccini a sus libretistas- porque estos dos seres se transforman en humanos por medio del amor”(sic).

A LA ALTURA

Este hecho de alguna manera fue tomado como homenaje en la versión que comentamos, (suprimiendo el ‘duetto’ agregado por Alfano), que tuvo lugar con entusiasta público y fue de condición noble contando con el maestro alemán Helgue Dorsch con un orgánico de mas de cuarenta instrumentistas, un nutrido coro de otras tantas voces a cargo de Damian Roger, y una puesta escena planteada con sintéticos perfiles por parte de Emilio Urdapilleta, con un adecuado vestuario de Mariela Daga, dando al contexto de la China milenaria un manejo de personajes y momentos de la partitura adecuados.

En el plano de los solistas vocales, naturalmente la presencia de la experimentada soprano Graciela de Gyndenfeldt en el exigente personaje de la princesa china a partir de ‘In questa reggia’ y la conocida ‘Scena degli enigmi’ fue dando cuenta de su experiencia y solvencia de años de actividad, al tiempo que el tenor Javier Suárez (Calaf), con buena proyección vocal y alguna emisión despareja por momentos, pero efectiva, cumplía con las respuestas y mas adelante llegaría la célebre y popular ‘Nessun Dorma’, donde aportó una correcta línea cantable.

Pero en términos de valoraciones, la mas aplaudida fue la Liú de la juvenil soprano Natacha Nocetti, integrante del coro estable del Colon, cuyo ‘Signori ascolta’ del primer acto, y luego ‘Tu che di gel sei cinta’, la escena de la muerte, recibieron aplausos nutridos del público asistente.

PUESTA EN VALOR

El resto del elenco tuvo una participación encomiable, como el sonoro mandarín de Alejo Alvarez Castilllo, las tres máscaras en las voces y actuaciones de Jesús Villamizar. Naoki Higayoshima y Emilio Yapor, en tanto el Timur de Sebastián Barboza fue apenas efectivo.

La participación de la orquesta y el coro dio a este espectáculo la muestra de una preparación esmerada y demostrativa del entusiasmo juvenil por la ópera en esta época que podríamos llamar pos-pandémica, que ha hecho renacer los espectáculos en el mundo y que en nuestro medio ha encontrado también una respuesta positiva para un contexto siempre latente con el género.

Por estas razones también participativas el teatro Avenida ha vuelto a sumarse a las actividades, con su bella sala reciclada y puesta en valor, tras el incendio que la volvió a la actividad hace ya casi tres decenios, que se cumplirán el año próximo, cuando la vimos renacer con una velada histórica con la venida de Placido Domingo. Vale entonces el positivo esfuerzo de la entidad organizadora en el caso que comentamos, como también de otras que suelen aprovechar sus posibilidades.

Calificación: Bueno