Variaciones sobre la violencia y la historia

Todo lo que toca
Por Rogelio Lart
Paradiso. 184 páginas

Hay temas recurrentes en Todo lo que toca, el segundo libro de cuentos de Rogelio Lart: la violencia y los violentos, lo accidental, el pasado y sus tentadoras variaciones, la historia reformulada, examinada con la imposible precisión de la literatura.

Discípulo de Hemingway y Walsh, Lart (Buenos Aires, 1969) trabaja a partir del dato escondido y sus relatos son minuciosas estructuras levantadas en torno a la omisión. El método, clásico, le sirve para contar pequeños dramas personales, como en "Bajamar" o "Tanto resplandor", pero se presta especialmente para la revisión literaria de hechos o personajes históricos argentinos.

En algunos casos, como en "Cuatro pulgadas", lo elidido es el nombre del protagonista, un espantoso asesino múltiple en la Buenos Aires de comienzos del siglo XX. Esta ausencia no altera el valor del cuento, pero una vez identificada obliga a desandar lo leído en busca de las pistas que el narrador fue sembrando con astuta contención.

Lo mismo sucede en "Esa noche". Allí es el narrador en primera persona el que permanece anónimo, pero no cuesta identificarlo. Su nombre importa menos que el juego metaliterario (o metahistórico) que ensaya ese relato con otro mucho más célebre de la literatura nacional contemporánea, y al que ya se alude en el título.

Los dos o tres cuentos policiales que incluye el libro, historias de matones, asesinatos por encargo o emboscadas que salen mal, también participan de esa narración esquiva, oblicua, que acumula tensión y no desdeña el final sorpresivo.

Por último está la historia contrafáctica. Lart juega con ella de manera sutil y casi metafórica en "Molotov", cuya trama y escenario convoca a la anquilosada Rusia soviética, y con pretensión mucho más explícita en "¿Quién salvó a Rodolfo?". El Rodolfo del título es, desde luego, Rodolfo Walsh, y el cuento, presentado como la filmación de una película que imagina un desenlace alternativo a la captura y muerte del escritor y combatiente guerrillero, funciona además como un homenaje a una de las sombras literarias que recorre todo el volumen.