Urtizberea, un asunto de familia

Mex rodó junto a sus hermanos Alvaro (director) y Gonzalo (coprotagonista) la película ‘Radio Oriente’, que se estrena el jueves y de la que también participó su hija Violeta.

A pocos kilómetros de la ciudad de Buenos Aires hay pueblitos de poquísimos habitantes, con casonas que aún conservan sus antiguas fachadas. Las calles y comercios parecen haberse quedado detenidos en un tiempo al que el bombardeo tecnológico aún no llegó.

Es precisamente el pueblo Ernestina, ubicado en el partido de 25 de Mayo, el que el cineasta Alvaro Urtizberea (‘Hortensia’) eligió como locación de su nueva película, ‘Radio Oriente’, una comedia anacrónica que transcurre en un pueblo ficticio y que está protagonizada por su hermano Gonzalo y cuenta también con participaciones especiales de otros dos Urtizberea: Mex y su hija Violeta.

El ex ‘Magazine For Fai’ recibe a La Prensa en su PH de la calle Galicia, ese que oficia como búnker de ‘FA!’, el streaming musical que conduce y que resultó ser todo un éxito: de hecho, ayer mismo hubo una fiesta para celebrar la gran repercusión, con muchas bandas invitadas.

“Siempre hay un malo, siempre hay alguien que se aprovecha, que es un psicópata y tiene la facilidad de dominar al otro y someterlo”, remarca Mex charlando sobre el filme -que llega el jueves a las salas-, en el que encarna al traductor del grupo de orientales interesados en comprar la radio del pueblo.

Claro que el trato le conviene a su dueño, el déspota Rafael (Marcelo Chirinos), pero las cosas no saldrán como él quiere. Cuando su empleado Ramón (Nicolás Espinosa) descubre que él estuvo implicado en la muerte de su padre, se unirá a su compañero Félix (Gonzalo Urtizberea) para tomar la emisora.

EN FAMILIA

Multifacético como pocos y cultor de la filosofía ‘spinetteana’, Mex -que al momento de la nota luce una cabellera rubia platinada- fue actor fetiche de Sebastián Ortega en televisión, compartió escenario con Chirinos en ‘Mi amigo Mex’ y ahora, además de la película, está entusiasmadísimo con ‘FA!’ “La vida es un Jumanji”, asegura.

-¿Cómo fue trabajar en familia?

-Fue una idea de mi hermano Alvaro. Un día me mandó el libro para que lo lea y me preguntó qué personaje me gustaría hacer y yo le dije que me gustaba hacer del traductor. Me parecía divertido estar del lado de los malos. Después también la llamó a Violeta, mi hija. Yo no sabía que estaba alrededor toda mi familia, me enteré después. Por eso cuando vi la película me emocioné muchísimo porque había leído el libro y me encantaba la idea, me parecía buenísima, y todo le salió bárbaro.

-En la película vuelve a trabajar con Marcelo Chirinos, que fue su compañero en la obra de teatro, ‘Mi amigo Mex’. ¿Cómo fue ese reencuentro?

-Marcelo es un hermano, con él estuvimos en ‘Mi amigo Mex’ y lo veo asiduamente desde hace muchos años. Con él hacíamos ‘Magazine For Fai’, él era la voz; eso fue en el ‘95, así que imaginate cuánto hace que nos conocemos. Me divierte mucho, es un genio y siempre buscamos la vuelta para trabajar juntos. Si bien en la película no tengo tantas escenas con él, cualquier cosa que hagamos juntos es un éxito. El villano que hizo es un estúpido (risas).

-Pero a pesar de las pocas luces, los vecinos del pueblo se mantienen sumisos…

-Es así, pasa en todos lados, siempre hay un malo, siempre hay alguien que se aprovecha, que es un psicópata y tiene la facilidad de dominar al otro y someterlo. Cómo se va a perder de ese placer si es lo que más le gusta y sabe hacerlo. Siempre existen esas personas. Es un reflejo de nuestra vida. Siempre hay alguien al cual le tenés miedo y tiene dominio sobre vos. Siempre hay un sometedor y un sometido; se buscan, conviven y no hablan por miedo a meterse en problemas. Crean mediocres, gente anestesiada.

EL HUMOR 

-En el último tiempo el cine argentino parece haber virado a la comedia, ¿el humor quedó relegado a la pantalla grande?

-No lo sé, pienso que el humor está en todos lados, hasta en las redes sociales. Creo que cambió de lugar en todo caso, antes se ordenaba y estaba dentro de un programa, ahora está en todos lados. No es que ya no le interese más a la gente sino que está puesto en otro lugar. Lo de las películas me parece que son casualidades. Pero también puede ser que estemos viviendo una época en la que la gente quiere volar para otro lado. El cine argentino tuvo su gran época de drama, o depende el momento que se estuviera viviendo, hubo distintos tipo de cine. La comedia se haya elegido en la pospandemia, donde uno tiene que estar armándose de nuevos mundos y más comunidades, y encontrarse de otra manera. Prima lo humanitario, el estar bien ante toda la mierda que tenemos.

-En una entrevista anterior afirmó que la televisión como la conocíamos iba a desaparecer, y justamente ahora está teniendo mucho éxito con el streaming. ¿Cree que su profecía se cumplió?

-Sí, totalmente. Uno siente cosas que son de verdad. Te aburrís, querés que pase otra cosa, y eso me pasa a mí cuando entro a un canal de televisión o a una radio. El otro día fui a Urbana Play, al estudio mayor; pispeé un poco y encontré cosas rarísimas como un grabador de casete. Todas las conductas también me parecían raras y sí, está cambiando todo terriblemente. Pero creo que tiene que ver con esto que te digo, la humanidad. Necesitamos ser más humanos y buscamos lo humano.

EL FUTURO LLEGO

Entusiasmado con lo bien que le está yendo a ‘FA!’, Mex aseguró: “Ahora todos quieren participar. Todo se fue dando naturalmente, porque tal vez hacía falta algo así y tiene que ver con este presente”.

-Todos los proyectos en los que participó a lo largo de su carrera parecen tener un sello particular que tiene que ver mucho con su impronta, ¿es una casualidad o fue adrede?

-Uno busca eso, yo fui educado así. Uno busca siempre ser lo más libre posible. A mí me divierte armar comunidades, mundos. La vida es un Jumanji, uno abre puertas y tiene que tomar decisiones. Me parece que lo más hermoso de una persona es eso. A mí me gusta Spinetta, por ejemplo, y ese es mi norte. Desde luego que es un poco romántico, pero muchas cosas que me ofrecieron hacer dije que no porque no me veía en eso, o porque no tenía ganas. Más que nada le doy bola a la idea. Si algo me copa mucho, ni siquiera pregunto cuánto voy a ganar, aunque también por necesidad hice cualquier cosa.