Una tarde con Los Beatles por Buenos Aires

Como anticipo del concierto que brindará el próximo sábado en el Luna Park, Damián Mahler bastoneó una singular experiencia musical

¿Acaso es posible soñar con que un día Los Beatles se fascinaron con la austera imponencia del Obelisco y lo ancho de la 9 de Julio? ¿O que se encandilaron con las marquesinas de los teatros céntricos y suspiraron con el verde intenso de las plazas de Recoleta? Qué lindo hubiese sido, ¿verdad? Y si les dijera que atravesé el corredor norte de la ciudad en un colectivo inglés de color rojo furia y volante al revés, con las canciones de los cuatro de Liverpool sonando en vivo, como en loop, una tras otra, ¿me creerían?

De Penny Lane a Florida y de The Cavern al Luna Park, Damián Mahler lo hizo posible en la presentación para los medios del concierto que brindará el sábado 6 de abril en el estadio de Av. Corrientes y Bouchard, al frente de una orquesta con medio centenar de músicos y con los Fab Four (o su reencarnación argenta) revisitando un repertorio inoxidable.

“Pensar que estos muchachos cambiaron la historia de la música en apenas diez o doce años”, dice el experimentado pianista y director a modo de introducción del set rodante que el cuarteto ofrece desde lo alto de un Routemaster Leyland clásico, para apenas dos decenas de privilegiados espectadores.

 

RECORRIDO

La maltrecha Floralis Genérica es muda testigo de la singular presentación. El doble piso de los años ‘50 avanza lento por Figueroa Alcorta y es un imán para todas las miradas. Dobla por Ramón Castilla y las ramas de los árboles parecen acariciarlo. Impávido, se desentiende del apuro de los que avanzan hacia el centro por Libertador. La subida de la Avenida Alvear le cuesta un poco a este ícono londinense, pero el esfuerzo vale: la gente saluda su paso y le toma fotografías.

Adentro se hilvanan ‘Don't Let Me Down’, ‘Come Together’, ‘Lucy In The Sky With Diamonds’, canciones de distintas épocas del cuarteto. Mahler destaca la “permeabilidad hermosa” del cancionero beatle para su traducción sinfónica. “Me pelé el lomo escribiendo los arreglos para toda la orquesta”, dice entre risas, y no cuesta creerle.

Evoca la avidez musical de Lennon y McCartney, que eran capaces de cruzar todo Liverpool para dar con un músico que supiera tocar el Si7 (el acorde séptima dominante). Habla también de la dificultad a la que se enfrentó al tener que definir el repertorio de la presentación: “Cada disco valdría un concierto -dice-, pero elegimos 26 piezas entre temas completos y algunas suites”. El seudo John (Sebastián Spano) arremete con ‘Help!’ mientras agita su flequillo sesentoso y nadie en el ómnibus se queda callado.

Llegando a Callao alguien pide ‘Because’, del álbum ‘Abbey Road’, el undécimo del grupo, de 1969, y el deseo es complacido a pesar de la complejidad vocal del tema. Mahler aprovecha para destacar el fanatismo de los músicos, “que han estudiado cada acorde e inflexión de la voz” de los originales. Si hasta cantan en alemán en versiones que Los Beatles grabaron para ese mercado (‘She Loves You’, ‘I Wanna Hold Your Hand’). En el Luna habrá espacio también para dos piezas de la producción solista de Paul y John.

 

PARADA OBLIGADA

Entrando en la 9 de Julio con dirección al sur el entusiasmo de artistas y público se exacerba. Suenan ‘I Want To Hold Your Hand’, ‘Here Comes The Sun’ y ‘Hey Jude’ con el Obelisco inmaculado recortado sobre un cielo celeste postal. Alguien señala el Colón a la derecha y Mahler sentencia: “Ya vamos a llegar”.

La Plaza de la República es la única parada intermedia de este recorrido inesperado. Los músicos eligen ‘Ob-la-di, Ob-la-da’ para descender de la mole y sorprender a porteños y turistas. La fiesta es completa. Pero todavía faltan unas cuadras para llegar al Templo del Box, donde producido por Sira Música el sábado subirá a escena ‘The Beatles Symphonic Fantasy’ (localidades por Ticket Portal).

‘Here Comes The Sun’, ‘Do You Want To Know A Secret’, ‘And I Love Her’ y ‘All My Loving’ van apareciendo en el tramo final del viaje. El desembarco en Puerto Madero se produce al ritmo de ‘All You Need Is Love’, con las palmas de todos los presentes. Con el último acorde el sueño de ver y escuchar a Los Beatles en Buenos Aires se esfuma, pero no las ganas. Nos queda la chance del próximo sábado para cerrar los ojos y dejarnos llevar.