Una obra capaz de exorcizar fantasmas

En su séptima temporada, Marcelo Caballero reestrena el musical ‘Lo quiero ya’ en el Paseo La Plaza. En plena actividad como director de actores, esta semana regresa también con 'Matilda', y ya prepara ‘Legalmente rubia’ y ‘School of Rock’.

No es habitual que un autor y director de teatro tenga entre manos cuatro proyectos de gran envergadura para estrenar o reponer en apenas ¡cinco meses! Sin embargo, Marcelo Caballero pisa el acelerador esta semana con los regresos de ‘Lo quiero ya’ (el martes en el Paseo La Plaza) y ‘Matilda’ (desde el viernes en el Gran Rex). Y prepara el desembarco de dos “obrones” de Broadway, como los llama: ‘Legalmente rubia’ (en marzo en el Liceo) y ‘School of Rock’ (desde fines de mayo, también en el Rex).

Lejos de los paisajes serranos de su Córdoba natal y muy cerca del rumor de los foyers, la camaradería de los elencos y el calor del público, su verano transcurre entre ensayos y reuniones con equipos creativos. Lo de ‘Lo quiero ya’ reviste un carácter especial dado que la obra ganadora del Premio Hugo a Mejor musical off y Mejor dirección de musical off en 2018, inicia su séptima temporada (los martes a las 20.30, localidades por Plateanet).

“Volver a ella siempre es hermoso, y más en este momento porque es una propuesta que, si bien lo hace con mucho humor, pone sobre el escenario algunas cuestiones de salud mental que están muy en boga", explica.

-¿Escribirla fue hacer catarsis?

-Fue la manera que encontramos (con Martín Goldber, coautor del libro, y Juan Pablo Schapira, creador de la música) de sublimar muchas cosas personales que estábamos transitando. Eso, conjugado con la forma de vida de todo el equipo que estaba detrás del proyecto. ‘Lo quiero ya’ surgió de un proceso de investigación en el que nos encontrábamos para compartir lo que nos estaba pasando, y estrenamos con la certeza de que nadie la iba a entender; esa era la sensación. Sin embargo, nos sorprendió gratamente y hoy se sigue haciendo, acá y en otros países. Aquel mensaje se sigue replicando y hay otras voces dispuestas a hacerlo resonar.

-¿Qué era lo que les generaba duda?

-Por empezar, era la primera obra que yo escribía en tono de comedia. Venía de investigar por otros lugares, de escribir textos mucho más experimentales. Primero en Rosario, que es la ciudad donde crecí, y después en Buenos Aires, donde hice un trabajo sobre ‘Las relaciones peligrosas’, luego una versión de 'Bodas de sangre'. Y de pronto apareció esto, que no tenía nada que ver con esos universos porque es una obra conceptual donde el hilo narrativo no es lo que une las doce historias que ocurren en paralelo. Las unen, en realidad, las emocionalidades, que son sumamente complejas y a veces imposibles de contener y de abordar, y que terminan tomando el volante de nuestras vidas. Hablo de los que sentimos ansiedad o depresión, que sufrimos las angustias, los miedos, la presión de deber ser. Todo lo que implica vivir en un mundo tan globalizado y exitista como el que habitamos.

 

PAC-MAN

Desde el inicio de aquel ejercicio creativo y sanador que terminó dando como resultado 'Lo quiero ya' hasta la actualidad, el contexto social se ha ido modificando (de prepo, incluso, a raíz de la pandemia). Ese cambio de escenario ha hecho que la obra se reafirme, entiende Caballero. "El marco cambió y a la vez nosotros crecimos y se fueron potenciando en nuestro interior todos esos sentires; pero también fuimos aprendiendo a convivir con ellos. No hay manera de decir ‘esto ya no forma parte de mí’ sino que sigue latente, a veces se apaga un poco o está más despierto, pero forma parte de uno. Es un fantasma que cada tanto te visita y te dice ‘te acordás de mí, acá estoy, vamos por otra vuelta’."

"La puesta en escena -agrega- se construyó justamente sobre la idea de los fantasmas. Uno de los personajes dice: ‘Somos Pac-Mans encerrados en un laberinto, que todos los días tienen que salir a ganar la mayor cantidad de puntos, escapar de sus fantasmas y al otro día volver a empezar en un nivel aún más complicado’."

-¿Qué sensación le produce volver a enfrentarse con la obra? ¿Lo alivia?

-Me ratifica que somos eso que estamos mostrando. Y creo que tomar conciencia de eso hace que uno pueda salirse del laberinto por un rato y acordarse que estamos dentro de un juego. Me aliviana burlar por unos minutos ese sistema de puntos y fantasmas que nos persigue. Claro que es un momento apenas, porque en definitiva somos seres sociales inmersos en este gran juego que a la vez que nos contiene nos obliga a seguir participando.

-¿Qué los animó a volver ahora, en un contexto de país tan complicado?

-Es una obra a la que siempre queremos regresar. Aunque es difícil de montar: son doce protagonistas, cuatro músicos y requerimientos técnicos y de espacio que la puesta demanda porque fue pensada desde las ganas de hacer, sin medir los costos ni las dificultades para poder trasladarla. Por eso, cuando se reúnen las energías como para volver consideramos que ese es el momento. Por fortuna, es una obra que desde el estreno en 2017 siempre se está haciendo. Acá es donde más tiempo estuvo en cartel, pero hizo también tres temporadas en Uruguay y otras tantas en Perú. En México se dio dos veces, y el año pasado se estrenó en Costa Rica. Ahora está proyectada en Panamá y, para 2025, en España. Siempre hay algo que nos hace acordar que esta obra existe y sigue vigente.

 

MUCHOS ROSTROS

Cerca de sesenta actores y actrices encarnaron en las sucesivas temporadas porteñas los doce personajes de la obra. En la rentrée de 2023, que comenzó con un horizonte de ocho funciones y se extendió por varios meses, el rol que menos cambios tuvo pasó por tres actores diferentes.

El elenco actual está conformado por Lucien Gilabert, Julián Pucheta, Estefanía Alati, Fede Fedele, Marta Mediavilla, Julián Rubino, Michelle Wiernik, Camila Ballarini, Renzo Morelli, Julieta Rapetta, Joaquín Catarineu y Lala Rossi. "Esto es teatro independiente. Poner una obra a funcionar requiere de un esfuerzo importante; entonces siempre se vuelve por un ratito. Probamos dos o tres meses, y si el público acompaña vamos estirando. Y es ahí cuando el elenco, ya comprometido con otros trabajos, empieza a cambiar", justifica el coautor y director general.

Si ‘Lo quiero ya’ lo ayudó a aventar sus fantasmas de joven adulto, ‘Matilda’ -dice- es un pasaje de regreso a su infancia. “No por la obra en sí misma sino por el contacto con los tres elencos de niños, en los que me veo reflejado. Empecé a actuar en teatro desde muy chico y descubro en ellos la inconsciencia que yo mismo tenía cuando disfrutaba de la fiesta en que se convierte cada función”.

De esa propuesta y de ‘Legalmente rubia’, que protagonizará Laurita Fernández, valora “la libertad con la que trabajamos, porque si bien el libro y la música vienen de afuera, todo el equipo creativo es argentino y la forma en que se desarrollan los proyectos hace pie en nuestra idiosincrasia”.

Lo de ‘School of Rock’ será la concreción de un mega musical que transitaba su proceso de ensayos cuando se declaró la pandemia y que, al cancelarse, dejó en todos los involucrados un sabor amargo. Estrenarlo le dará a Marcelo Caballero la oportunidad de volver a salir del laberinto por un rato para confirmar que la vida es un juego que vale la pena seguir jugando.