Con Horacio Lavandera en el Coliseo

Una noche de arte y poesía

 

El sábado fuimos testigos de un acontecimiento excepcional. En medio del fin de la campaña política, intoxicados de episodios irregulares, de insultos, de faltas de respeto; se dio algo que casi terapéutico para el alma de los que concurrimos al concierto solidario que la Asociación Argentina de la Soberana Orden de Malta organizó en el teatro Coliseo en beneficio de las obras que sostiene, a cargo de Horacio Lavandera.

No es necesario hablar del virtuosismo de Lavandera, que interpretó en la primera parte, de Ludwig Van Beethoven, las Siete variaciones sobre ‘God Save the King’, Cinco variaciones sobre ‘Rule Britannia’ y las 33 Variaciones sobre un Vals de Diabelli, que merecieron el aplauso sostenido de la concurrencia y no pocos “bravos”. Pero lo realmente rescatable, además de lo virtuoso de nuestro compatriota, que se da por descontado, fueron las explicaciones antes de cada interpretación con sentido didáctico y a la vez espiritual.

DEL AMOR

La segunda parte del concierto ejecutó, primero, tres obras de Gustav Mahler, ‘Ich ging mit Lust (Lieder und Gesänge)’, ‘Ging heut Morgen übers Feld’ (del ciclo ‘Lieder eines fahrenden Gesellen’), ‘Das himmliche Leben’ (del cuarto movimiento de la Qunita Sinfonía). En cada una de ellas Alberto Roemmers leyó un poema de su autoría sobre el amor, recordando que sobre ese tema trató el primero que escribió cuando tenía catorce años, presentación que mereció el aplauso de los asistentes. Siguió Lavandera con la Marcha Fúnebre (del primer movimiento de la Quinta Sinfonía) y el ‘Adiagietto’ de la misma composición, con los comentarios del caso e interactuando con el público.

Después de un breve intervalo, Horacio Lavandera presentó su Suite sobre Los Beatles, donde hizo escuchar: I. Allegretto. ‘While My Guitar Gently Weps’ (de George Harrison); II. Andante, ‘Imagine’ (de John Lennon); III. Allegro. ‘Eleanor Rigby’ (de Paul McCartney); IV. Moderato. ‘Yesterday’ (de Paul McCartney); V. Presto. ‘I Saw Her Standing There’ (de McCartney). Continuó la presentación con su ‘Sonata Soda Stereo’; I. Moderato. ‘De música Ligera’; II. Andante. ‘Té para tres; III. Allegro. ‘En la ciudad de la furia’, que de algún modo despertó una sonrisa cuando se percibió que era a la que debíamos salir. El momento de los bises fue con una composición de Elvis Presley y la versión del Himno Nacional Argentino para piano pocas veces escuchada, que se conserva en el Museo Histórico Nacional, de Blas Parera; que mereció el aplauso sostenido de la concurrencia.

No hace falta decir lo que fue el aplauso final por parte del numeroso público, que encabezaba la embajadora de la Soberana Orden de Malta, María Podestá, y las autoridades de la Asociación. Por el arte de Horacio Lavandera, por la poesía de Alberto Roemmers; de amor, como lo dijo en esos verso. De amor cumpliendo el primer mandamiento y también de amor a la Patria con ese final del Himno Nacional.

Cuando salimos, la fresca noche nos recordó que la Asociación Argentina de la Soberana Orden de Malta, que el año próximo cumple el 80º aniversario en nuestro país, hace los jueves una acción solidaria dando de comer al hambriento siguiendo el precepto divino de “ama a tu prójimo como a ti mismo”.