Una celebración del camino compartido

“No es un hecho catártico”, avisa Cecilia Carrizo sobre la obra en la que homenajea a su hermano Martín con las canciones que escuchaban juntos y poemas que le escribió desde que conoció el diagnóstico de ELA que le costó la vida.

Estaba por cumplirse un año de la muerte de Martín Carrizo cuando Cecilia, su hermana, estaba en la cama con la luz apagada intentando dormirse y la melodía de ‘Confesiones de invierno’ le vino a la cabeza. La canción de Sui Géneris, una de las que escuchaban juntos siendo chicos, le hizo sentir que tenía que buscar los poemas que había escrito desde el momento que se enteró del diagnóstico de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) del ex baterista de A.N.I.M.A.L y el Indio Solari, hasta su muerte en enero de 2022. Ese impulso la llevó a levantarse y empezar a recopilar aquellos escritos.

“Reencontrarme con todo eso fue muy fuerte para mí porque realmente había quedado guardado. Fue como revivir esas emociones y reencontrarme con eso que había volcado, que ni siquiera había corregido, y ahí sentí que iba a ser una obra de teatro”, dice la conductora y actriz, apodada Caramelito, sentada en un bar de Avenida del Libertador.

Así es como después de varios meses de trabajo, que incluyeron una residencia en el Centro Cultural San Martín, este jueves a las 22 estrena ‘Solo te lo quería decir’ en el teatro Picadero, por dos únicas funciones. “Es muy movilizante esto. Es la primera vez que hago un unipersonal y, más allá de eso, que no es exactamente lo que más me moviliza, se trata de mi vida y especialmente del vínculo con Martín. Entonces, esos primeros momentos donde le puse el cuerpo a todo aquello que había escrito y que había quedado guardado fue muy fuerte”.

 

VINCULO INTENSO

-¿Con qué se va a encontrar la gente que vaya a ver ‘Sólo te lo quería decir’?

-Es una carta que yo le escribo a Martín para contarle todo lo que me pasó desde que nací al lado de él, ese 5 de octubre cuando él me viene a conocer a la clínica con unos pantaloncitos rojos y una cajita con mis primeros aritos, pasando por lo que fue toda nuestra infancia, muy juntos, después componiendo y grabando músicas los dos; su diagnóstico, el viaje a los Estados Unidos, hasta el último instante en que estuve con él en la clínica. Es una carta escrita para él, le cuento qué fue lo que pasó desde mi óptica, y aparecen ocho poemas que le escribí mientras iban pasando las cosas. También canciones que cantábamos cuando éramos chicos, de Sui Generis, de Los Abuelos de la Nada, de Charly García.

-¿Pudo compartir con Martín esos poemas?

-No, no los leyó nadie. Quedaron...Yo escribía y quedaba todo ahí guardado.

-¿Cómo fue ponerle el cuerpo ahora a estos textos y volver a transitar todos aquellos momentos?

-Al principio me resultó muy movilizante, pero a la vez fui redescubriendo el espíritu que él tenía, su fuerza, su ánimo, su personalidad, cómo se tomaba las cosas, cómo defendía su dignidad y la autoridad sobre sí mismo y sobre los demás. Hay que tener gracia y onda para vivir lo que esta enfermedad te plantea y llevarlo de esa manera. Entonces a mí me encanta poder contarlo.

-¿No le da miedo exponer algo tan íntimo?

-Miedo no, ¿por qué? Hemos expuesto toda la vida nuestro arte. Todo lo que hacemos sale de nuestra emocionalidad y a mí no me da miedo porque es lo más genuino. Es arte y no le tengo miedo a eso. Es lo que hice siempre. Todo lo que hicimos juntos fue expuesto siempre. Esta vez no lo hacemos juntos porque él no está, pero está más presente que en muchas otras ocasiones en donde por ahí era yo la que cantaba y bailaba, pero habíamos trabajado en esa música juntos.

-¿Cómo recuerda el apoyo que recibieron de la gente mientras él transitaba la enfermedad?

-Fue como una resignificación de nuestro vínculo inicial. Digo, ‘nuestro’ vínculo porque es el vínculo de Martín con el público y el mío con la gente. Como cuando nos tocó estar juntos frente a todas esas personas, se alinearon todas y se pusieron frente a nosotros para decirnos “los acompañamos, los ayudamos”. Y hablo en plural porque, si bien la ayuda era para él, yo salí a contarlo y a hablar en nombre de él y fue muy emocionante. De hecho, esto también aparece en la obra. Fue muy fuerte y muy lindo.

-¿Imaginaban que iban a recibir tanto apoyo?

-Fue todo tan espontáneo, y tan rápido como sucedió, que no había tiempo ni de esperar ni de suponer nada. Fue algo inmediato y muy fuerte.

 

MUSICA Y POESIA

Cuando llegamos al bar, Cecilia está sentada a una mesa. A cara lavada, con anteojos puestos y un sweater color celeste, la vemos escribir en un cuaderno. A medida que la charla avanza, su voz empieza a quebrarse y por momentos sus ojos no pueden esconder la emoción. Intenta justificar sus lágrimas, pero todo lo que está viviendo en estos días es muy movilizante para ella y así lo transmite.

-¿Se puso a pensar en algún momento que habría dicho Martín sobre este espectáculo?

-Sí, lo habría escrito a la par conmigo. Lo trabajé mucho, mucho. Trabajé los poemas de manera separada, durante un año los estuve viendo con Mariana Chami, que es una hermosa poetisa que me acompañó durante todo el proceso. Y lo que fue la dramaturgia la corregí mucho.

-¿Su madre pudo ver el espectáculo? ¿Qué le pareció?

-Le encanta. Todo lo que cuenta la crónica, obviamente, ya lo sabe.

-Debe ser muy fuerte para ella.

-Sí, es fuerte pero...¡está tan presente la voz de Martín! Gonzalo Córdoba, que es quien hizo la música incidental de la obra, era amigo de él y me dijo: “Cecilia, es impresionante, de principio a fin lo veo y lo escucho a Martín”. Porque para mí lo más lindo de esto es, justamente, que esté el espíritu de él y la bandera de Carrizo que yo levanto y la hago flamear, y lo voy a hacer siempre.

-¿Siente que hacer este espectáculo es sanador?

-Todo lo que me fue pasando, desde la bisagra del diagnóstico, lo lindo, lo feo, todo siento que es para sanar siempre. Esto es parte de mi vida, de mi camino artístico. No es un hecho catártico, de ninguna manera. Es una obra artística de principio a fin.

-¿Tiene otros planes laborales para este año?

-No, este es el gran plan de mi vida artística y laboral también. Desde diciembre del año pasado, cuando ya tenía toda la obra escrita, sentí que este año me quería abocar a esto y, de verdad, me lleva mucho trabajo porque también hago la producción general.