Una bebida no tan ligera

Por Solana Ini (*)

Las gaseosas light para algunos se han convertido en una especie de adicción, en un hábito difícil de dejar, incluso hay ocasiones en los cuales el mismo consumidor comienza a asociar el excesivo consumo con la aparición de dolencias físicas. Muchas gaseosas dietéticas contienen Aspartamo. Según las estadísticas de hace unos años ya las gaseosas light ocupaban el primer lugar en el ránking de ventas. Según informó la compañía líder de bebidas en España, 6 de cada 10 del total de ventas que registró en 2019 pertenecieron a productos sin azúcar o sin calorías.
 “El aspartamo es un edulcorante artificial (de origen químico) ampliamente utilizado en diferentes alimentos y bebidas desde la década de 1980, por ejemplo en bebidas dietéticas, chicles y caramelos, gelatina, helados, productos lácteos como el yogur, cereales de desayuno, dentífrico y medicamentos como pastillas para la tos y vitaminas masticables”, afirma la OMS. 
En julio de 2023, la OMS publicó lo que ya se comentaba hacía años: el Aspartamo podría ser cancerígeno: el anuncio decía:
“El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) y el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publican hoy sus evaluaciones de los efectos del aspartamo, un edulcorante que no contiene azúcar, en la salud. El CIIC ha clasificado el aspartamo como posiblemente carcinógeno para los seres humanos  (Grupo 2B del CIIC), tras establecer que hay «evidencia limitada» sobre su carcinogenicidad en los seres humanos, y el JECFA ha reafirmado que la ingesta diaria admisible de este producto es de 40 mg/kg de peso corporal.”
 “El JECFA concluyó que los datos evaluados indicaban que no había ninguna razón suficiente para cambiar la ingesta diaria admisible (IDA) previamente establecida de 0 a 40 mg/kg de peso corporal para el aspartamo. Por tanto, el Comité reafirmó que el consumo de una cantidad diaria que esté dentro de este límite es inocuo. Por ejemplo, con una lata de refresco dietético que contenga 200 o 300 mg de aspartamo, un adulto que pesa 70 kg necesitaría consumir más de 9-14 latas al día para exceder la ingesta diaria admisible, si no se consumen otros alimentos.”
Numerosos son los efectos nocivos del aspartamo o las gasesosas dietéticas que se pueden encontrar en publicaciones científicas, además de la advertencia publicada por la OMS. Sólo mencionar algunos de ellos:
1. “Fibromialgia inducida por aspartamo, una causa inusual pero curable de dolor crónico”. Autores R Ciappuccini  1 , T Ansemant, J-F Maillefert, C Tavernier, P Ornetti 
2. “Síntomas neurofisiológicos y aspartamo: ¿cuál es la conexión?” Los Autores revisan estudios que vinculan los síntomas neurofisiológicos con el uso de aspartamo y concluyen que el aspartamo puede ser responsable de resultados adversos de salud neuroconductual.
3. “La ingestión de aspartame y los dolores de cabeza.” “Parece que algunas personas son particularmente susceptibles a los dolores de cabeza causados por el aspartamo y es posible que deseen limitar su consumo” aseguran los autores S. K. Van Den Eeden, PhD, T. D. Koepsell, MD, MPH, W. T. Longstreth, Jr., MD, MPH, G. van Belle, PhD, J. R. Daling, PhD y B. McKnight, PhD
4. “El consumo de refrescos dietéticos está asociado con el síndrome metabólico: una comparación de dos muestras.” https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4446768/
5. “Asociación entre el consumo de refrescos y la obesidad, la depresión y el estado de salud subjetivo de adultos masculinos y femeninos” https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34639714/ Un consumo menos frecuente de refrescos puede prevenir la obesidad y la depresión
6. “Aspartame y sus efectos en salud.” John Briffa asegura que aunque el 100% de los estudios financiados por la industria (ya sea en su totalidad o en parte) concluyen que el aspartamo es seguro, el 92% de los estudios financiados de forma independiente han encontrado que el aspartamo tiene el potencial de provocar efectos adversos. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC548217/
La información anunciada por la OMS, que fue replicada por varios medios, ha hecho que algunos consumidores, que tomaban más de 1 litro por día, intentaran dejar de tomar gaseosas light o reducir su consumo, sin embargo, se encuentran con dificultades, como si se tratara de una sustancia adictiva. Tal es así, que ya existe un grupo en Facebook de más de 4 mil miembros “Diet Soda Drinkers who want to quit” “Bebedores de gaseosas die que quieren abandonar” https://www.facebook.com/groups/1602258263375310 en el cual los participantes intentan darse mutuo aliento o información para no caer en la tentación, luego de comenzar a sufrir diversos síntomas. El grupo está formado por usuarios que han llegado a la conclusión de que el consumo excesivo de gaseosas light les comenzaba a resultar perjudicial para su salud.
 

¿Qué sugiero para aquellos que quieren dejar estas gaseosas?
1. Convencimiento total.
El sujeto debe estar completamente decidido a dejar ese hábito. Para esto, debe informarse y enumerar las razones por las cuales quiere reducir o abandonar el consumo, tomando conciencia de los efectos adversos que sufre o que podría sufrir en el futuro. El nivel de convencimiento debe ser tan elevado, de manera tal que “no dejar o reducir el vicio” ya no sea una opción. Se debe llegar a ese punto, de lo contrario, cualquier esfuerzo será inútil. Algunas preguntas de ayuda son: ¿Estoy completamente convencido de que quiero dejar esta bebida? ¿Por qué quiero dejarla? ¿Qué efectos dañinos me provoca o me podría provocar en el futuro? ¿Por cuál otra bebida saludable puedo reemplazarla? ¿Estoy dispuesto a hacer el esfuerzo?
2. Modificar la asociación mental ligada a la gaseosa: que deje de ser percibida como algo deseado y sea asociado a algo negativo (enfermedad, malestar, dolor). Se recomienda buscar alguna imagen que genere el mismo desagrado/rechazo que se logró a nivel racional. Por ejemplo: veneno.
3. Una vez que la decisión de reducir el consumo o abandonarlo está tomada, se pueden buscar sustitutos: soda con limón, agua con jugos de frutas, té frío, agua helada, mate, caldo casero de verduras, etc.
4. Pensar en un día a la vez. El primer objetivo es pasar tan sólo un día sin tomar la gaseosa. Una vez cumplido ese objetivo, se renueva el desafío a la mañana siguiente y así sucesivamente. Si, en algún momento del día, el sujeto experimenta el deseo de romper el esfuerzo y sentir ese sabor estimulante en el paladar, se debe detener y releer el punto 1 (recordar por qué se ha tomado esta decisión) hasta recuperar el estado de convencimiento total.
5. Después de un par de días sin tomar gaseosas, el sujeto comprobará que no las necesita.
Si bien estas sugerencias a algunos les son útiles, cada cual encontrará la fórmula que mejor le resulte. Hay quienes prefieren permitirse un vaso a la semana y poseen la fuerza de voluntad para mantener consumo cero el resto de los días y hay quienes prefieren abandonar estas bebidas por completo ya que les resulta difícil controlarlas cantidades.


(*) Psicóloga (M.N. 77.199)