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Un triunfo de La Cámpora:­ echaron a Latam del país

El anuncio de la línea aérea Latam que abandonará su filial en Argentina, parece no haber desesperado mucho al Gobierno que no tuvo ni una sola reacción, algo que llama la atención ya que la decisión deja en la calle a 1705 empleados. Curioso porque una de las razones para justificar la expropiación de Vicentin fue la de salvar los puestos de trabajo. Pues parece que estos empleados son diferentes a los ojos del Ejecutivo.­

Sin embargo querido lector, hay una razón que explica dicha no reacción, esta salida repentina de la empresa chilena no es más que otro triunfo de La Cámpora, que comenzó a dificultar su accionar en nuestro país en 2013. Desde que Mariano Recalde, uno de los fundadores de la organización kirchnerista se hizo cargo de Aerolíneas Argentinas durante el gobierno de Cristina Kirchner, la empresa chilena comenzó a sufrir los embates camporistas liderados por el secretario de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), Pablo Biro, un mandado agresivo e intolerante capaz de llevar su accionar a límites insospechados. Cuando los pilotos quisieron organizar un sindicato paralelo que incluía a los miembros de la flota de otras compañías que operaban en el país, Biro los expulsó de su Asociación. El proyecto de La Cámpora es que tiene que haber una sola compañía aérea y debe ser Aerolíneas Argentinas. Para conseguir esto y con el apoyo de Biro, a la compañía chilena le quitaron el único hangar que tenía en Ezeiza, enviaron sus vuelos a El Palomar , quisieron expulsar a los pilotos extranjeros para que no subieran a sus aviones y le quitaron rutas que habían ganado. Finalmente consiguieron que en dos años, Latam en nuestro país perdiera 260 millones de dólares.­

Con el pretexto del planteo ideológico de "nos quedamos con lo nuestro'', en realidad los dirigidos por Máximo Kirchner lo que en verdad pretenden es quedarse solos para controlar el negocio del espacio aéreo. Nacionalizaron Aerolíneas, luego Intercargo, ya lo tenían todo ahora había que limpiar la competencia dentro del territorio nacional. Hay que aplicar la `teoría de país cerrado' como alguna vez explicó la ex presidenta.­

En Chile algunos medios aseguraban que Latam había abandonado nuestro país por temor a ser expropiada y algunos observadores políticos no desestimaron esta posibilidad.­

El propio Biro, pidió ayer que se le retengan los aviones, que no se permita que se los lleven, algo muy parecido a una expropiación para una línea aérea. Como dato de referencia vale destacar que en mayo de 2013, el entonces gerente general de la compañía aérea chilena, Ignacio Cueto había declarado con contundencia: "La Cámpora quiere impedir que operemos en el país''. Allí comenzaron a ceder a las presiones en medio de negociaciones que alcanzaron a los cancilleres de los dos países pero que no tuvieron ninguna injerencia.­

En 2019, el juez Claudio Bonadio, investigó un sobreprecio que habría pagado Latam a Intercargo (manejada por La Cámpora) por la prestación de servicios aeroportuarios. Muchos aseguraron entonces que en verdad se trataría de un `impuesto' para que la dejen seguir funcionando en el país.­

Por todo esto no llama la atención que el Presidente no haya dicho ni una palabra sobre el tema ni se haya mostrado preocupado por estos 1705 puesto de trabajo perdidos. Una vez más la política gana la partida. ­

La pandemia y el estado de cuarentena sirven para apoyar la `doctrina populista' que necesita una sociedad empobrecida para poder manejarla con la dádiva estatal.­

Esa clase media votó en contra del kichnerismo pero ahora deberá demostrar su lealtad si quiere que el Estado la ayude a sobrevivir. Resultado, más caudal de votos para el populismo.­

El caso Vicentin es solo el primer paso de una apuesta mucho más grande y que presagia modelos de país que están demasiado lejos de nuestra idiosincrasia. Es verdad que nunca seremos Venezuela, porque somos productores de alimentos y autosustentables en la mayoría de los rubros y porque ya no estamos dispuestos a tolerar más dictaduras se disfracen de lo que se disfracen. Los argentinos no cederemos ya más nuestra libertad.­

Los políticos siguen en su propia guerra espiándose, organizando campañas de desprestigio y esas cosas, pero no reaccionan ante el desastre económico que se viene, siguen en la lucha chiquita por el poder sin pararse a ver qué hay que hacer para evitar la hambruna y la hecatombe social.­

Seguimos peleando sobre los runners, pero no tenemos en cuenta al ciudadano que hace noventa días que no puede llevar un peso a su casa. Me temo querido lector, que no tengo buenas noticias para darle.­