Un secreto muy bien guardado
‘Patio 378’, el restaurante del hotel Novotel, es un atractivo en sí mismo: conquista con un menú de cocina mediterránea y platos gourmet, con la tranquilidad del ambiente y la calidez de su gente.
Se trata, sin duda, de uno de los secretos mejor guardados del centro porteño. Basta con alejarse unos pasos del bullicio de los teatros y el frenesí del tránsito de la Avenida Corrientes para encontrar la paz en un ambiente de armonía y distensión, donde los sabores y los aromas se potencian y la cordialidad del trato invita a olvidar los compromisos para disfrutar el momento.
En el restaurante Patio 378, del hotel Novotel, la mesa siempre está dispuesta. De día, con vista a la piscina y el verde intenso del jardín vertical. Por la noche, en un salón de tonos claros, amplio y luminoso, intervenido de piso a techo por otro verde, el manzana, como si de la paleta de un pintor se tratara. Portavelas, pequeños floreros y servilletas de tonos rojizos completan el atrayente paisaje.
La propuesta, a cargo del chef ejecutivo Facundo Díaz, es de cocina mediterránea con el agregado de propuestas gourmet. Esto la convierte en una interesante opción para quienes transitan a diario por la zona y quieren darse un respiro disfrutando de la buena mesa.
El pan de pizza con crema de remolacha antecede a la elección de la entrada. Optamos por el menú ejecutivo, que invita a escoger entre unas rabas bien crocantes con mayonesa de wasabi; hummus de garbanzo, remolachas baby y maní tostado; o un gazpacho de tomate, moras y aceite de albahaca, francamente delicioso.
Entre los principales nos inclinamos por la pesca del día (abadejo) con crema de mejillones, liviana y sabrosa a la vez. El bife de chorizo sale con puré de zanahorias y salsa criolla ahumada, y los ñoquis de papa, con crema de puerros y queso parmesano crocante, una novedad. La carta ampliada incluye además salmón rosado con espinaca salteada con lima y salsa de echalottes; risotto de hongos y mascarpone agrio, y ravioles de cabutia ahumado con frutos secos, entre otras propuestas.
A la hora de los postres, el menú del chef, como lo llaman, es más bien acotado: ensalada de frutas, helado o mouse de queso, lima y salsa de mangos y naranjas. No obstante, si el impulso es pasarse de la raya bien vale probar el profiterol con bananas caramelizadas al ron ahumado, mouse de chocolate y crumble de cacao. El húmedo de chocolate al 70 por ciento no le va en zaga, por cierto.
En Patio 378 se sirven tragos de autor a toda hora. Maridan a la perfección con una charla franca en pareja o entre amigos en los cómodos sillones que ambientan el lobby del hotel. Cabe la opción del vino en copa para acompañar almuerzos y cenas, además de varias versiones de espumosos y tardíos en botella cuando la mesa se alarga.
Brunchs, desayunos y meriendas, hamburguesas y tablas de quesos y fiambres para animar cualquier momento del día hacen que la cocina funcione a destajo. Preparan menús a medida para fechas especiales. La atención es diligente y los precios no son descabellados. Descuentos para teatreros. Hay que ir.
‘Patio 378’
Av. Corrientes 1334 (planta baja del Novotel)
Instagram: @patio.378