‘El viento que arrasa’ (Argentina-Uruguay/2023). Dirección: Paula Hernández. Guion: P. Hernández, Leonel D´Agostino, basado en la novela homónima de Selva Almada. Fotografía: Iván Gierasinchuk. Música: Luciano Supervielle. Sonido: Catriel Vildosola. Actores: Alfredo Castro, Sergi López, Almudena González, Joaquín Acebo. Duración: 94 minutos. Clasificación: apta para mayores de 13 años.
Una película distinta, sin antecedentes temáticos en la cinematografía argentina. Se llama ‘El viento que arrasa’. Es una coproducción argentino-uruguaya con un cuarteto de actores de diferentes nacionalidades. Dos conocidos internacionalmente como el chileno Alfredo Castro y el español Sergi Lopez (‘Harry, un amigo que te quiere bien’), y otros dos muy jóvenes y poco conocidos, la argentina Almudena González y el uruguayo Joaquín Acebo.
La historia está protagonizada por Pearson, un predicador evangélico, y Leni. su hija adolescente, que con él recorre el interior profundo de la Argentina. Una suerte de “película de carretera”, de road movie yanqui sin tanta aventura, pero con paisajes áridos, locaciones paupérrimas y alguna que otra feria colorida, donde una chica y su padre agitan la vida tranquila de tanto lugareño con un mensaje divino.
GUERRA DE PODER
Ambientada en zona de frontera, entre Brasil y Uruguay, uno puede imaginar que Leni y el pastor, indudablemente, podrían encontrarse con aquella rica fauna de personajes que poblaba la literatura de Horacio Quiroga. Espacios similares y un calor revulsivo formarían un plano común y fértil para la interacción.
El recorrido que para Pearson significa una misión de fe, para la chiquilina que lo acompaña es sólo una etapa casi molesta ante sus cambios adolescentes sin un espacio propio en que albergarlos. La rutina de grabar casetes de sermones, venderlos a los “fieles” o repetir versículos bíblicos para que su padre no olvide las fuentes, mientras se canturrean himnos divinos, le está pesando a Leni. Más cuando algún otro ritmo profano se filtra entre parada y parada. Ese momento musical que habla con palabras dulzonas a través del walkman la induce a moverse sonriente bajo el sol y la vida parece querer decirle otras cosas.
FATALIDAD
‘El viento que arrasa’, basada en la notable novela de Selva Almada, mantiene esa calma chicha, presagio de tormenta, representada por el encuentro con el mecánico Brauer y el joven Tapioca, su asistente, que reproducen como en espejo la relación paternal de los Pearson. Un accidente los reúne, en la fatalidad en la ruta, y unos como víctimas y otros como impensables antagonistas serán protagonistas de una guerra de poder.
Con una acertada creación de atmósferas y personajes, una fotografía trabajada en el dibujo de contornos y un sonido acechante, la directora Paula Hernández teje una trama que estalla como el trueno que el pastor parece esperar, a la manera de una revelación.
Si el espectador leyó la novela en que se basa el filme verá que el punto de vista varió. El relato se narraba en un desarrollo omnisciente, conocedor de toda la realidad. Aquí, en la película, la mirada de la chica dirige la historia. Se mantienen los sentimientos ambiguos de la adolescente hacia su padre, a veces cómplice, otras enemiga, a veces desafiante o casi admirando el poder de sus palabras ante los grupos que se entrechocan en las sesiones místicas.
PILARES
Es homogénea la tarea interpretativa a pesar de las diferencias entre veteranos y novatos. Notable la composición de Alfredo Castro como Pearson, el predicador que con mano enguantada maneja la pureza de un probable discípulo en la fe (el ‘Chango’Tapioca) y pretende mantener a raya al mecánico de pocas palabras, hasta ahora único mentor del chico de rostro partido.
A su altura los demás: Brauer (un impecable Sergi Lopez), en su controlada animalidad; Joaquín Acebo como el Chango, y la refrescante figura de Almudena González en un final tan feminista como inesperado. Final que los cinéfilos pueden rastrear en otro personaje del cine argentino que Maria Luisa Bemberg recreó en ‘Lo que no se habla’, basada en un cuento de Julio Llinás. Este final de ‘El viento que arrasa’, creado por Paula Hernández y asumido por la joven Leni, es el mismo que la Bemberg eligió para Charlotte, la pequeña protagonista del filme que anticipó un mensaje feminista hace más de treinta años.
Calificación: Muy buena.