Un grito rebelde contra la soledad

No es común que una marquesina logre reunir, en una sola obra, tanta historia del espectáculo argentino. Por eso, encontrar en una misma producción a Raúl Lavié, Osvaldo Santoro, Osvaldo Laport y Antonio Grimau genera una empatía inmediata.

Desde el viernes se subirán al escenario del Multiteatro para protagonizar ‘Vamo’ los pibes’, una historia de lealtad incondicional en la que tres amigos de toda la vida, sin demasiados recursos, están dispuestos a todo para lograr ayudar a otro amigo que ha quedado sordo. “Es una obra que tiene algo que por ahí otras no, que es una ternura muy grande y el reconocimiento de actores mayores con mucha trayectoria, en una obra argentina, que habla de nosotros”, dice Santoro sobre la pieza que dirige Federico Palazzo.

En esta historia, que se verá de miércoles a domingos, no hay un villano sino que el verdadero antagonista es el reloj y la urgencia por cumplir sueños a los ochenta y pico de años. Estos hombres no tienen tiempo para enfrentarse a la burocracia de un sistema cuando lo que quieren es conseguir un audífono para Ernesto Urrutia (Lavié)

“Estamos transitando una sociedad dividida, entonces ver en el escenario gente que se defiende, que lucha por estar mejor, que tiene una mentalidad de admirar el futuro, una obra que sintetiza la amistad de esta manera, creo que es un gran mensaje el que se va a llevar la gente que la vea”, explica Lavié.

PASO DEL TIEMPO

Si bien el humor tiene un papel importante en la obra, los personajes cargan con cierto dolor en sus espaldas. Aunque el foco está puesto en resolver el problema de Urrutia, los demás protagonistas también tienen lo suyo. Osvaldo Laport interpreta a Oscar Barilatti, un pianista “pegote y celoso”, que necesita de sus amigos para poder confesarse.

Antonio Grimau le da vida a Mingo, un personaje que lo enamoró desde la primera lectura: “Mingo es un discapacitado, tiene un problema en una pierna por un accidente y vive una soledad profunda tras perder a su mujer. Sus amigos son su verdadero bastón, por ellos dejaría la vida”.

En tanto, Osvaldo Santoro está convencido de que el Tano es el personaje más cercano que le tocó interpretar en su carrera: “Me retrotrae a mis abuelos, ellos eran del sur de Italia y, de alguna manera, me nutrieron. Ahora tengo la posibilidad, por primera vez, de hacer un personaje que puede representar a mi familia, en su historia, sus dichos, su comportamiento. Está bueno”.

El cuarteto de actores, junto al director Federico Palazzo, en la previa del debut, que será este viernes.

BUEN CLIMA

Aunque la obra está protagonizada por actores de gran trayectoria, el elenco coincide en que no es sólo para “la tercera edad”. “Me parece que los jóvenes deberían verla porque esta generación tiene otros códigos. Está bueno que los más jóvenes se vinculen con estas cosas que no aceptan fecha de vencimiento”, reflexiona Laport.

En esa línea, Grimau espera que “se interesen porque hay un solo misterio a develar y es que, algún día, todos van a llegar a la misma edad y sería bueno que anticipen lo malo y lo bueno de esa etapa. Creo que les haría mucho bien, no les va a cambiar la vida, pero van a tener una mirada distinta a la tercera edad si se acercan con sensibilidad a la obra”.

Casi de manera unánime, los actores destacan el clima humano del equipo: “Nos conocemos hace muchos años, hemos trabajado juntos y eso se nota. Nos juntamos un lindo grupo, con compañeros divinos, que hablan el mismo idioma. En una obra coral y eso es fundamental”, dice Lavié. Entre risas, Laport agrega: “La estamos pasando bien…Y cada tanto se destapa un vinito”.

La obra se apoya en una estructura conjunta donde ninguna figura sobresale por encima de otra. Para Laport, ese equilibrio se logra a partir del texto y de la puesta en escena: “La dramaturgia es muy sensible y muy realista. Estamos buscando que esos personajes sean verdaderos”.

Con humor, ternura y emoción, ‘Vamo’ los pibes’ habla de cuatro hombres que deciden seguir adelante, incluso soñando con armar una banda y salir de gira. “La obra dice que lo importante es tener un mañana, tener proyectos”, concluye Santoro. “Eso es lo que los mantiene vivos. Y ese, quizás, sea el mensaje más poderoso”.