Por Mireille Rebeiz *
Hezbolá, que significa “partido de Dios” en árabe, nació durante la guerra civil libanesa después de la invasión y ocupación del Líbano por Israel en 1982.
Oficialmente, el grupo nació en 1985 con la publicación de un manifiesto que detallaba los objetivos para la región. Esbozaba un plan para reproducir la revolución iraní de 1979 en el Líbano y crear un estado islámico chiíta. Juraba lealtad al Líder Supremo de la Revolución iraní, Ruholá Musavi Jomeini, y se comprometía a luchar contra la ocupación israelí del Líbano y los territorios palestinos.
La guerra civil libanesa terminó en 1991 con la firma del Acuerdo de Taif, en el que las facciones en pugna acordaron que un proceso político y democrático era la única manera de avanzar en el Líbano. En consecuencia, Hezbolá tuvo que desarrollar un ala política y en 1992 entró en el ruedo político, presentándose a las elecciones nacionales y ganando 12 de los 128 escaños parlamentarios.
Pero aunque el acuerdo de paz preveía el desarme de los grupos de milicianos, se permitió a Hezbolá conservar su brazo armado como grupo de resistencia que lucha contra la ocupación israelí en el sur del Líbano.
En ese momento, muchos partidos políticos libaneses se aliaron con Hezbolá. Si bien no necesariamente compartían las opiniones del grupo ni su compromiso con Irán, estaban igualmente comprometidos con la lucha contra la ocupación israelí, y los combatientes de Hezbolá eran la principal fuerza que lo hacía.
La presencia de Hezbolá en el Parlamento y el gobierno libanés, y su alianza con varios partidos políticos, le permiten controlar el país y vetar decisiones que no se ajustan a su agenda o no promueven sus intereses. Esto es particularmente evidente en el recurrente vacío presidencial que hay en el país .
Desde 2005, el Líbano ha tenido tres lapsos presidenciales: de noviembre de 2007 a mayo de 2008, de mayo de 2014 a octubre de 2016 y del 31 de octubre de 2023 hasta hoy. El presidente del parlamento, Nabih Berri , que es chiíta y conocido por su lealtad a Hezbolá, se niega a convocar al parlamento para elecciones presidenciales a menos que el candidato sea aprobado por Hezbolá y sus aliados.
Además de tener un ala política y militar, Hezbolá también proporciona diversos servicios, como bienestar social, atención médica, servicios públicos, educación e incluso seguridad a su comunidad.
AL SERVICIO DE TEHERAN
Hezbolá es principalmente una milicia apoyada por Irán. Existe para servir al régimen iraní y expandir su ideología en la región.
En cuanto a su apoyo financiero y militar, en 2016 Nasralá confirmó : “El presupuesto de Hezbolá, todo lo que come y bebe, sus armas y cohetes, proviene de la República Islámica de Irán”.
Además, con el respaldo de Irán, Hezbolá pudo crear y expandir su propia red financiera ilegal a través del lavado de dinero, el tráfico de drogas y otras actividades ilegales.
Junto con Irán, Siria ha desempeñado un papel importante en el desarrollo de Hezbolá. El Acuerdo de Taif preveía que las Fuerzas Armadas sirias entraran en el Líbano durante un período de dos años para ayudar a restablecer el orden público tras más de una década de guerra civil.
Pero permaneció en el Líbano durante más de 16 años, y la proximidad del gobierno sirio al régimen iraní hizo de Hezbolá un aliado perfecto. Tanto es así que, cuando estalló la guerra civil en Siria en 2011, Hezbolá surgió como un actor importante en ese conflicto, enviando miles de combatientes libaneses a Siria para ayudar a los esfuerzos del gobierno por reprimir un levantamiento popular.
FLUCTUANTE
El apoyo a Hezbolá ha fluctuado a lo largo de los años. Cuando Israel se retiró del Líbano en 2000, muchos libaneses celebraron a Hezbolá como el libertador del país .
Pero otros comenzaron a presionar para que Hezbolá cese sus operaciones militares y para que las Fuerzas Armadas Libanesas asuman la tarea de asegurar las fronteras del Líbano.
Además, el creciente sentimiento antisirio en el Líbano, en parte debido a las graves violaciones de los derechos humanos, también dañó la popularidad de Hezbolá debido a sus estrechos vínculos.
El 14 de febrero de 2005 fue asesinado el primer ministro libanés Rafic Hairi , conocido por su oposición a Hezbolá y Siria. Las pruebas apuntaban a que ambos estaban implicados.
El asesinato desencadenó protestas masivas contra el gobierno , Siria y Hezbolá en las calles de Beirut. La posterior Revolución de los Cedros
provocó la salida de las fuerzas sirias del Líbano y marcó una caída de la popularidad de Hezbolá en general.
Esta caída fue evidente en las elecciones de 2005, en las que una coalición política antisiria y anti-Hezbolá se adjudicó la victoria.
Desde 2005, el Líbano ha vivido una serie de acontecimientos que indican una clara oposición a Hezbolá. Varios periodistas y figuras políticas fueron asesinados por hablar abiertamente contra Hezbolá y Siria. Sus muertes indignaron a muchos libaneses.
En 2019 , nació un movimiento de protesta en el que los libaneses salieron a las calles para expresar su frustración contra la corrupción y la inflación. Bajo el lema "Todos significa todos", los libaneses protestaron contra todos los partidos políticos, incluido Hezbolá.
Una encuesta de 2020 mostró una caída en la popularidad de Hezbolá incluso entre la comunidad chiíta, que representa aproximadamente un tercio de la población.
Las encuestas realizadas durante el casi año de hostilidades que siguió al ataque del 7 de octubre de 2023 de Hamás, aliado de Hezbolá, contra Israel, sugieren que la influencia de Hezbolá sigue superando a su popularidad
. Una encuesta de Arab Barometer realizada a principios de 2024 entre los libaneses reveló que solo el 30% confía en Hezbolá, mientras que el 55% dijo que no confía en absoluto en el grupo. Si bien Hezbolá aún conserva la confianza del 85% de los chiítas, solo el 9% de los sunitas y drusos y el 6% de los cristianos confían en la milicia .
LA ESTRUCTURA
En sus orígenes, la dirección de Hezbolá estaba formada por un consejo religioso de siete miembros creado en los años ochenta, con delegaciones y comités que se encargan de diferentes asuntos, como finanzas, cuestiones sociales, políticas y militares. Este consejo religioso, o Consejo de la Shura, tiene oficinas regionales en Beirut, el valle de Bekaa en la región oriental del país y el sur del Líbano.
Al finalizar la guerra civil libanesa, se añadieron dos órganos más: un consejo ejecutivo y un politburó, u organismo político central. El consejo religioso estaba presidido por Sayyid Muhammad Hussein Fadlalá , que ofrecía orientación religiosa a la comunidad chiíta y a menudo se lo describía como el líder espiritual de Hezbolá.
Tanto el Consejo como Hezbolá juran lealtad al Líder Supremo de Irán. El Consejo también tiene la tarea de elegir al Secretario General de Hezbolá.
Tras el asesinato por parte de Israel del cofundador de Hezbolá, Abbas al-Musawi en 1992, Hassan Nasrallah asumió ese papel y permaneció como Secretario General hasta su muerte en Beirut en la actual campaña israelí
.
EL IMPACTO
Los ataques a los buscapersonas y otros dispositivos inalámbricos de Hezbolá tenían como principal objetivo crear caos y cortar la comunicación entre diferentes líderes y unidades.
Los asesinatos de los comandantes de Hezbolá tienen como objetivo eliminar a los principales responsables de la toma de decisiones. La muerte del secretario general Nasrallah es un golpe definitivo para el grupo, que ya se encontraba en una situación vulnerable tras los ataques de la semana pasada.
Además, estos ataques transmiten un mensaje claro de que Israel ya no aceptará los ataques ojo por ojo en su frontera norte.
Sin embargo, puede que Israel no necesariamente consiga el impacto deseado. Después de que asesinara a Abbas al-Musawi, a su esposa y a su hijo, su muerte no hizo más que reafirmar el compromiso de Hezbolá con su misión. Nasrallah siguió los pasos de Al-Musawi y, bajo su liderazgo, el grupo aumentó su número de reclutas, su arsenal y su alcance dentro y fuera del Líbano.
La situación actual es inestable y es difícil predecir qué ocurrirá a continuación, pero la nueva ola de violencia puede reforzar la determinación de Hezbolá.
Además, podría ver una mayor participación de otros actores alineados en la región, como los Hutíes en Yemen y Kata'ib Hizballah en Irak.
* Experta en Líbano del Dickinson College quien actualmente está escribiendo su segundo libro sobre Hezbolá.