Un centenario olvidado: Cayetano Alberto Silva

El 28 de octubre de 2002 publicamos en La Prensa una nota titulada "Una gloria más que centenaria" donde recordábamos que un siglo antes en Rosario, estrenaba frente al histórico pino del Convento de San Carlos, el músico Cayetano Alberto Silva una marcha en honor el ministro de Guerra general Pablo Ricchieri, quien consideró demasiado honor, y pidió cambiarla por San Lorenzo, su lugar natal y donde el general San Martín había librado su primer y único combate en su tierra natal.

Silva había nacido en San Carlos en el departamento de Maldonado, en la República Oriental del Uruguay, un 7 de agosto de 1868, de ascendencia africana era hijo de Natalia Silva, una antigua esclava de una familia que le dio el apellido. Ese lugar había sido con el párroco Amenedo un sitio de resistencia cuando los ingleses invadieron en octubre de 1806 la Banda Oriental. 

De pequeño su afición a la música hizo que iniciara sus estudios en su ciudad natal, para continuarlos en Montevideo en la Escuela de Artes y Oficios incorporándose a la Banda dirigida por Gerardo Grasso, quien lo inició en el solfeo, como en corno y violín. Por esa época recorrió centros sociales, impregnados de las nuevas ideas, y compuso el himno obrero La Aurora de la Vida en 1886.

EN BUENOS AIRES

Pasó en 1888 a Buenos Aires, donde incursiona en el viejo Teatro Colón y se perfecciona en la escuela de música del maestro Pablo Berutti. Finalmente se traslada a Rosario, donde en 1894 es nombrado maestro de banda del Regimiento 7 de Infantería con asiento en esa ciudad. Casó con Filomena Santanelli el 14 de julio de 1896 matrimonio regalado por una numerosa descendencia. Incursionó como compositor en temas folklóricos, así escribió unas rancheras, y un "minué montonero", a la vez que al ex presidente del Uruguay doctor Francisco Vidal le dedicó en su homenaje una marcha que tituló 18 de julio.

A fines de 1898 abandonó Rosario y a comienzos del siguiente se encontraba en Venado Tuerto, contratado por la Sociedad Italiana local, vinculándose al ambiente musical de esa ciudad, de la que fue promotor y maestro; además a través del Centro Lírico Artesano, donde enseñaba italiano y también música. Como era tradicional las fiestas del Carnaval concitaban la atención de los vecinos, y las de 1900 lo consagraron a Cayetano Alberto Silva, con el aplauso y reconocimiento de los concurrentes. Trabó amistad con su compatriota Florencio Sánchez, y musicalizó sus obras teatrales Canillita y Cédulas de San Antonio estrenadas con gran éxito en Rosario. 

Compuso entre otras obras las marchas Río Negro dedicada al general Roca, San Genaro para la Sociedad Italiana de localidad, Anglo-boers para la colectividad británica de Venado Tuerto, 22 de Julio en honor del general Nicolás Levalle. 

A ello debemos agregar el Marineritas, la mazurca Juanita y Más vale tarde que nunca, tango criollo para piano, dedicado al amigo Juan Croce y editado en Buenos Aires por la casa David Poggi e hijo.

GRAN POPULARIDAD

La marcha se ejecutó dos días después de estrenada en la inauguración del monumento al general San Martín en la ciudad de Santa Fe, y adquirió gran popularidad, no sólo en el país sino en el exterior, a tal punto que fue ejecutada el 22 de junio de 1911 durante la coronación de Jorge V del Reino Unido, con la autorización previa, solicitada a las autoridades argentinas por el gobierno inglés. 

Lo mismo ocurrió para la coronación de la actual soberana la reina Isabel II del Reino Unido. Sus sones acompañan los cambios de guardia del Palacio de Buckingham, y con ella entraron los nazis en París durante la Segunda Guerra Mundial, cuando marcharon por las calles de esa ciudad. El general Einsenhower la hizo ejecutar al ingreso triunfal del Ejército de los Aliados de la Segunda Guerra Mundial que liberara a los franceses. Sin embargo<> acosado por premuras económicas vendió los derechos a un editor de Buenos Aires en la suma de 50 pesos.

En 1906 fue maestro del Regimiento 3 de Infantería, revistó en el regimiento de Río Cuarto y luego en el de 15 de infantería de Mendoza, donde fue dado de baja con el grado de capitán en 1911. Allí fundó la Banda de Música del Cuerpo de Bomberos, y allí también ejerció la docencia. 

Murió en Rosario hace un siglo el 12 de enero de 1920 sostiene Daniel Schavelzon que a pesar de ser empleado policial, ésta le negó sepultura en su Panteón por ser negro, y entonces fue sepultado sin nombre. 

Sus restos fueron trasladados en 1997 al Cementerio Municipal de Venado Tuerto, a través de gestiones efectuadas por la Asociación Amigos de la Casa Histórica Cayetano A. Silva que tuvimos el gusto de visitar en el centenario de la marcha de San Lorenzo, y a la que fui invitado por el reconocido cardiólogo Jorge Vilariño recientemente fallecido y su esposa y también siempre promociona el destacado historiador local Roberto Landaburu.

Es de esperar que el 17 de agosto, cientos de niños se reúnan en las plazas de ciudades y pueblos, frente al monumento al Libertador o de no existir frente al mástil, y juntos con los ciudadanos canten los versos de Carlos Javier Benielli, como el mejor homenaje en su centenario a Cayetano Alberto Silva, ansiando que Febo asome para bien de nuestra Patria.

* Historiador. Vicepresidente de la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación.


Silva nació en Maldonado (Uruguay) y tenía ascendencia africana.