Podemos llamar a este año un año sanmartiniano, porque se dan varias conmemoraciones que vamos a comentar en orden cronológico.
La primera, el bicentenario de las Máximas que el general San Martín en 1825 escribiera en su retiro de Bruselas para la educación de su hija Mercedes Tomasa y la última el 50º aniversario de la inauguración del monumento al general San Martín en dicha ciudad el 21 de junio de 1975.
Como una forma de conmemorarlo la Embajada de Bélgica ha financiado a propuesta del Instituto Nacional Sanmartiniano, unos paneles que se exhibirán (como lo hiciera en su momento con otras conmemoraciones) en las rejas de la residencia. En esta oportunidad se mostrarán varias gigantografías, una de las Máximas y otra de la estatua que es una réplica de la erigida en Buenos Aires, situada en la intersección de la Avenida de Tervueren y del Boulevard de la Woluwe. También del retrato de San Martín, conocido como el de la Bandera ejecutado en Bruselas en 1829, por la profesora de pintura de Merceditas, hija del Libertador, joven que habría tenido algún grado de colaboración en la ejecución. Y la imagen del general San Martín del retrato que en 1825 hiciera el pintor belga que lo muestra de frente, en traje civil. Fue obra del pintor Jean-Joseph Navez, del taller de David. Un magnífico retrato “sin duda ligeramente hermoseado”, dice Bonifacio del Carril, cuyos rasgos “son perfectamente reconocibles e identificables con los demás retratos directos que le fueron tomando”. Una reproducción de dicho retrato fue donada en el 2022 al Instituto Nacional Sanmartiniano por el embajador del reino de Bélgica Karl Daphne, que a pocos días antes de finalizar su misión en nuestro país, ha decidido financiar y auspiciar esta muestra.
SESQUICENTENARIO
El lunes 1º de marzo de 1875 La Nación anunciaba la publicación en folletín de “la Historia del General San Martín, escrita por el General D. Bartolomé Mitre”. Su autor preso en el Cabildo de Luján después de la revolución del año anterior, había reunido bastantes materiales como para redactar los primeros capítulos.
Ese mismo día el diario volvía a aparecer después de una prolongada clausura, y Mitre para aventar cualquier sospecha anunciaba en la Introducción que el libro “fue pensado y escrito en medio de la ardiente lucha electoral, cuyos estremecimientos sentimos todavía” y sobre su conducta personal “ajeno a la lucha por conciencia y por deber… exento de los rencores y de las ambiciones a que ella daba pábulo, decidíme a escribir una obra histórica”.
Aparecieron cuatro capítulos, hasta que el 4 de abril se interrumpió la publicación. La realidad es que lo publicado era lo único que estaba redactado, el resto hasta la campaña de los Andes como se había anunciado sólo eran borradores, faltaba hacer la compulsa documental cosa imposible por la prisión que guardaba el autor ya que “hasta allí no se pueden trasladar archivos y bibliotecas. Este insuperable obstáculo nos obliga, -afirmaba el diario- bien a pesar nuestro a suspender por ahora la publicación de la Historia de San Martín, cuyo capítulo termina hoy”.
Habrían de pasar 12 años hasta la edición definitiva que salió por primera vez de los talleres del diario que fundara y dirigía el autor.
El Museo Mitre ha inaugurado una exposición titulada Escribió e hizo la Historia Argentina que estará abierto en su sede de la San Martín 336, donde exhibe un ejemplar del diario La Nación del 1º de marzo de 1875 y el tomo III de ese libro. También de convenio para la segunda edición del libro con el editor Félix A Lajouane, Bartolomé Mitre, firmado el 29 de septiembre de 1888.
Todos los objetos son de la colección del Museo, según nos informó su directora Gabriela Mirande Lamédica, en una visita especial que realizamos y no hay antecedentes de una igual desde 1950. Como joyas de la casa se muestran algunos de los documentos del Fondo San Martín como la solicitud de ingreso al Regimiento de Murcia como “cadete”, Málaga, España, 1 de julio de 1789; licencia otorgada a San Martín para casarse con María de los Remedios Escalada del 27 de agosto de 1812; la carta a Artigas instándolo a zanjar diferencias y unirse para luchar contra el enemigo común; las famosas Máximas de San Martín para la educación de su hija Mercedes (que ilustran esta nota); el pasaporte del Libertador, Marsella, 17 de noviembre de 1845; las actas de defunción y entierro de San Martín, Boulogne Sur Mer, 20 de agosto de 1850; y el croquis de la zona donde se llevó a cabo la batalla de San Lorenzo, con indicaciones dibujadas a mano por San Martín.
Demás esta decir que se muestran medallas conmemorativas de homenajes y monumentos: la medalla de la jura de la Independencia del Perú del 28 de julio de 1821, acuñada ese año en Lima por orden del Libertador; la Moneda de ocho reales conocida como Peso de San Martín, acuñada también por disposición suya que presenta el primer escudo diseñado por el mismo San Martín; y el Retrato ecuestre considerado la primera representación heroica realizado por el grabador correntino Manuel Núñez de Ibarra en 1818, grabado en cobre. El público podrá visitar el Museo de miércoles a domingos y feriados de 12:00 a 18:00 en principio hasta fines de agosto.
EN LA BIBLIOTECA
A su vez la Biblioteca Nacional que dirige Susana Soto Pérez, dispuso que será escenario en el mes de agosto de una muestra que cuenta con la adhesión del Instituto Nacional Sanmartiniano. En el tercer piso conocido como El Tesoro se exhibirán los ejemplares de las 25 obras que en 109 volúmenes el 7 de marzo de 1856, su yerno, Mariano Balcarce, remitió al director de la Biblioteca en Buenos Aires. En el baúl en que llegaron, certificó que los libros que habían pertenecido a su padre político “cuyo nombre llevan los más de ellos escrito de su puño y letra, junto con el inventario adjunto”. En el documento afirmaba que al realizar “el pequeño donativo creía llenar los deseos e intenciones de mi Sr. Padre quien siempre amigo de las Letras y del Progreso hizo en otra época obsequios de esta especie a Mendoza, Santiago de Chile y Lima”.
La muestra contará también con otros objetos como un documento en el que San Martín envía una cantidad de libros comprados en Bruselas y Londres a su apoderado Miguel de Riglos. Completarán la misma cuya organización está en manos del director de coordinación cultural, Guillermo David, conferencias y una mesa redonda con Mario Tesler y los académicos Carlos A. Vertanessian, Marcos de Estrada, Adela Salas y el autor de estas líneas.
También el Museo y Archivo Histórico del Banco de la Provincia de Buenos Aires Dr. Arturo Jauretche, nos ha informado su directora la Lic. Mariana Zurro ha de adherir el 175º aniversario del fallecimiento del general San Martín, con una muestra no sólo del patrimonio numismático sino también del artístico que posee la entidad.
Finalmente en el mes de agosto se ha programado en el Instituto Nacional Sanmartiniano, obras de Antonio Berni, el artista rosarino fue el autor de dieciséis ilustraciones de El Santo de la Espada una edición de lujo que con motivo del “Año del Libertador” hizo la editorial Losada del exitoso libro de Ricardo Rojas que desde hacía más de una década publicaba. No era la primera oportunidad en la que el plástico entraba en la ilustración, ya había trabajado para otras obras de la editorial Sudamericana y en 1939 en una Historia de San Martín de Julio Rinaldini, de la colección para Childrens.