Trump insiste: Estados Unidos debe tomar el control de Groenlandia
El Presidente de Estados Unidos también anunció la creación de una 'Flota Dorada' con acorazados que portarán misiles teledirigidos.
Washington (Xinhua y AP) — El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reiteró su llamado a tomar el control de Groenlandia, lo que provocó fuertes objeciones de Dinamarca y la Unión Europea.
“Necesitamos a Groenlandia para la seguridad nacional, no para los minerales”, expresó Trump en diálogo a los periodistas en su residencia de Mar-a-Lago, en Palm Beach, Florida.
“Dicen que Dinamarca es propietaria. Dinamarca no ha gastado dinero y no tiene protección militar”, agregó Trump.
Dinamarca es legalmente responsable de la defensa de Groenlandia y mantiene capacidades militares relacionadas con la isla.
El domingo, Trump anunció el nombramiento del gobernador de Luisiana, Jeff Landry, como enviado especial de los Estados Unidos para Groenlandia.
“Tenemos que tenerla (Groenlandia) y él (Landry) quería liderar la ofensiva”, reveló Trump.
LA VUELTA DEL ACORAZADO
Trump anunció un plan audaz para que la Armada construya un nuevo buque de guerra de gran tamaño que él llama un "acorazado", parte de una visión más amplia para crear una Flota Dorada.
"Serán los más rápidos, los más grandes y, por mucho, 100 veces más poderosos que cualquier acorazado jamás construido", manifestó Trump durante el anuncio en su complejo turístico Mar-a-Lago en Florida.
Según Trump, el buque, el primero de los cuales se llamará Defiant, tendrá una mayor eslora y será más grande que los acorazados de la clase Iowa de la era de la Segunda Guerra Mundial, y estará armado con misiles hipersónicos, misiles de crucero nucleares, cañones de riel y láseres de alta potencia. Todas ellas son tecnologías que se encuentran en diversas etapas de desarrollo, el cual está a cargo de la Armada.
El anuncio llega apenas un mes después de que la Armada desechara sus planes para construir un buque de guerra nuevo y pequeño, citando crecientes retrasos y sobrecostos, y en su lugar optara por una versión modificada de un escampavía de la Guardia Costera que se producía hasta hace poco. El servicio armado marítimo tampoco ha logrado construir sus otros barcos de nuevo diseño —tales como el nuevo portaaviones de la clase Ford y los submarinos de la clase Columbia— a tiempo y dentro del presupuesto.
Mientras tanto, la Armada ha tenido dificultades para implementar algunas de las tecnologías que Trump dice estarán a bordo del nuevo buque.
Esa fuerza militar gastó cientos de millones de dólares y dedicó más de 15 años a tratar de implementar un cañón de riel a bordo de un barco antes de finalmente abandonar el empeño en 2021.
La tecnología láser ha tenido más éxito en su incorporación a los barcos de la Armada en los últimos años, pero su uso sigue siendo limitado. Un sistema diseñado para cegar o desactivar sensores de drones está ahora a bordo de ocho destructores después de pasar ocho años en desarrollo.
Desarrollar capacidades de misiles de crucero nucleares o desplegarlos en barcos también podría violar tratados de no proliferación que Estados Unidos ha firmado con Rusia.
Un funcionario estadounidense, que habló a condición de guardar el anonimato para poder declarar sobre planes en curso, le dijo a The Associated Press que las labores de diseño para el nuevo buque ya están en marcha, y se planea que la construcción comience en la década de 2030.
Trump y el secretario de la Armada, John Phelan, se refirieron al nuevo buque de guerra de la clase Trump como un sucesor espiritual de los acorazados del siglo XX, pero históricamente ese término se ha referido a un tipo muy específico de barco: un navío grande, fuertemente blindado, y armado con cañones masivos diseñados para bombardear otros navíos o blancos en tierra.
Este tipo de buque alcanzó su máxima prominencia durante la Segunda Guerra Mundial, y los acorazados más grandes de Estados Unidos —la clase Iowa— pesaban aproximadamente 60.000 toneladas. Después de esa conflagración, el papel del acorazado en las flotas modernas disminuyó rápidamente en favor de los portaaviones y los misiles de largo alcance. La Armada estadounidense modernizó cuatro acorazados de la clase Iowa en la década de 1980, añadiéndoles misiles de crucero y misiles antibuque, junto con radares modernos, pero para la década de 1990 los cuatro fueron dados de baja.
Según un sitio web recién creado para la Flota Dorada, este nuevo "acorazado de misiles teledirigidos" tendrá aproximadamente el mismo tamaño que los acorazados de la clase Iowa, pero sólo pesará aproximadamente la mitad, unas 35.000 toneladas, y tendrá tripulaciones mucho más pequeñas, de entre 650 y 850 marineros.
Sus armas principales también serán misiles, no grandes cañones navales.
