Toda la danza de España en una noche

Antonio Najarro propone un recorrido por los diversos estilos de baile de su país a través de su propia compañía. El coreógrafo y director madrileño regresa a la Argentina con el espectáculo 'Querencia', después de cuatro años.

Cuando en junio de 2019 el Ballet Nacional de España (BNE) hizo pie en nuestro país después de dieciséis años de ausencia, conducido entonces por el bailarín y coreógrafo Antonio Najarro, el público porteño pudo descubrir en este gran creador madrileño la capacidad de combinar tradición y modernidad sin enfadar a los puristas ni aburrir al público de vanguardia.

Han pasado cuatro años desde entonces, el artista ya no dirige la compañía oficial de danzas, pero se mantiene en sus trece, eso sí. Y acaba de regresar a Buenos Aires para presentar a su propio cuerpo de baile, la Compañía Antonio Najarro, con un espectáculo llamado ‘Querencia’, en el que una vez más abreva en la esencia del baile llevándola al escenario con una impronta actual.

“Estoy muy emocionado y recordando la llegada anterior a esta ciudad, cuando con el Ballet Nacional de España nos presentamos en el mismo teatro que ahora, el Coliseo. La recepción del público fue tan increíble aquella vez, la ovación fue tal, y el conocimiento y el amor que demostraron hacia la danza española fue tan grande, que estoy deseando mostrarles ahora mi producto, con mi sello, con mis bailarines: esta ‘Querencia’”, sostiene Najarro en el inicio de un extenso diálogo con La Prensa. Las funciones se desarrollarán el jueves y viernes a las 20.30, y el sábado a las 21.30, en la sala ubicada en Marcelo T. de Alvear 1125.

 

CUATRO ESTILOS
Es su tercera visita al país después de una que nos hiciera como primer bailarín del BNE y la de 2019, ya como responsable máximo de ese elenco. Esta vez lo acompañan catorce bailarines, siete hombres y otras tantas mujeres, a los que considera, sin falsa modestia, “los mejores preparados del mundo”.

“‘Querencia’ -cuenta Najarro con entusiasmo sincero- es una propuesta en la que muestro todos los estilos de la danza española, que van mucho más allá del flamenco. Nosotros tenemos cuatro estilos bien diferenciados: la escuela bolera, la danza estilizada, el folklor español y el flamenco. Todos ellos están muy bien identificados en este espectáculo, en el que he querido volver a las bases, a nuestra tradición y nuestras costumbres, pero presentándolas con la máxima actualidad y vanguardia en lo que a vestuario, iluminación y coreografía se refiere”.

-¿Cómo trabaja desde su rol de director y coreógrafo para atenuar esa preponderancia del flamenco y equilibrar el destaque del resto de los estilos?
-Es una lucha que llevo adelante desde el año 2000, cuando creé mi propia compañía. Fueron diez años en los que aposté a llevar todos los estilos de la danza española por el mundo. No puedo negar que al principio fue muy difícil. Incluso, en los títulos de los primeros tres espectáculos (‘Tango flamenco’, ‘Flamenco oriental’ y ‘Jazzing flamenco’) tuve que incluir la palabra ‘flamenco’ para que el público se sintiera identificado con lo que iba a ver. Recién a partir del cuarto espectáculo pude obviar esa palabra (que de todos modos me encanta y con la cual no tengo nada en contra). Pero a partir de allí el público comenzó a asociar con mi imagen y la de mi compañía todos los estilos de la danza española.

-¿Qué ocurrió en ese sentido durante los ocho años que dirigió el BNE?
-Libré la misma lucha. Y en todos los espectáculos que desarrollamos siempre presenté los cuatro estilos. Lo mismo que en esta nueva etapa con mi compañía, con el primer espectáculo que hicimos, ‘Alento’, y con este. El público ya sabe que cuando va a ver a Antonio Najarro se va a encontrar con la grandiosidad de la danza española en todo su esplendor. Y sobre todo, que va a ver a varios de los mejores bailarines que tenemos en mi país, absolutamente versátiles y capaces de defender todos los estilos, lo que los convierte en los bailarines mejores preparados del mundo.

-¿Por qué lo dice?
-Porque son estilos muy diferentes el uno del otro. Estos bailarines tienen que dominar con virtuosismo el toque de castañuelas, la técnica del ballet clásico, el zapateado flamenco; y elementos como el mantón de Manila, la capa española, el sombrero cordobés. Todos ellos deben ser manejados a la perfección y mis bailarines lo consiguen.

-¿Cuál es el secreto?
-El aprendizaje desde pequeño, y dedicarle muchísimas horas a este arte. Porque no alcanza con dominar sólo la técnica del ballet, que la tienen que dominar como cualquier otro bailarín, sino que tienen que zapatear también, lo que requiere mucho trabajo; y además tocar la castañuela, que es el instrumento que más nos caracteriza. No son sólo dos trozos de madera que se ponen en la mano para acompañar la danza sino que la castañuela es un instrumento por sí mismo, como puede ser un violín o un piano, y como tal necesita muchas horas de ensayo diario. Es todo muy arduo y costoso, y requiere de mucha disciplina.

 

UN RIESGO
‘Querencia’ se estrenó este mismo año en Madrid, en el Teatro Mira de Pozuelo de Alarcón, que es el municipio donde reside la compañía, y ha recorrido ya algunos de los mejores escenarios de la Península Ibérica. Llegó también a Francia, y tras su paso por Chile y la Argentina viajará a Japón, China, México y Colombia.

“Como compañía privada -dice el artista de 47 años- hemos asumido un gran riesgo que es la composición de música original para este espectáculo, escrita para orquesta sinfónica. La grabamos con la Orquesta de Extremadura pero cuando tenemos la posibilidad la presentamos también con los músicos en vivo”. 

La partitura pertenece al pianista y compositor Moisés Sánchez (nominado al Grammy) y “se escuchan en ella los ecos de compositores clásicos españoles como Falla, Turina, Albéniz, Granados, aunque propuestos de una manera completamente vanguardista, algo muy inusual y difícil de ver por el riesgo y el costo que conlleva”. 

“Cualquiera que sea conocedor de la danza española en su raíz -agrega- va a observar que hay un absoluto respeto a nivel musical, de vestuario, coreográfico y lumínico; un respeto a las bases y la tradición de toda la danza española. Pero todo es presentado con una total vanguardia que se observa en el uso de tejidos, en los sonidos que acompañan, en mi coreografía”.

-¿Cuál diría que es el ‘sello Najarro’?
-En mis coreografías hay inclusión de la danza contemporánea, del ballet clásico, son muchas las influencias; pero siempre respetando y sin perder la esencia.

-No ha de ser tan sencillo.
-Lo principal es conocer muy bien las bases. Yo he tenido la gran suerte de ser discípulo de grandes maestros y estrellas de la danza española como Antonio Gades, Antonio Ruiz Soler, Mariemma...De ellos he aprendido esas bases y luego, bueno, yo soy un creador que a lo largo de mi carrera me he unido al patinaje artístico y sobre hielo, la natación sincronizada, la pintura, la poesía, la literatura, el cine. Todo eso me inspira y me influencia a la hora de coreografiar, pero sin forzar, eh. Porque no es que quiero ser innovador, no pienso ‘quiero hacer algo nuevo’, sino que me dejo llevar por todo el arte que consumo a diario.

 

LEGADO
-¿Qué marca cree haber dejado a su paso por el Ballet Nacional de España?

-Creo hacer colaborado en una apertura. Conseguí que el Ballet se conociera en todo el mundo, ya no sólo a través de sus actuaciones sino mediante muchas otras acciones que hemos hecho con el mundo de la moda, con los videojuegos, con la edición de libros. Las redes sociales ardían porque en todo momento quise mostrarles a todos lo que es la danza española. De hecho, una de las cosas que más me han emocionado en los ocho años como director ha sido nuestra visita a Buenos Aires, porque al llegar percibimos que el público conocía perfectamente lo que veníamos haciendo, después de más de quince años de que la compañía no visitara la Argentina. Conocían a los bailarines, las obras, los vestuarios. Fue algo increíble.

-Y en usted, ¿qué huella dejó aquella gestión?
-Fueron años muy intensos en los que me tuve que enfrentar a muchas cosas para cambiarlas. Desde un primer momento quise actualizar al BNE y hacerlo mucho más internacional. Quise hacer lo que finalmente conseguimos: una compañía de estilo única en el mundo, con una impronta de vanguardia. Como la que traigo ahora mismo. Muy elegante, que es un término que me define mucho.