Talento argentino: becada en siete de las mejores universidades del mundo

Con solo 18 años, Martina Basgall Sequeira no solo fue aceptada con beca completa en instituciones como Stanford, Yale y Columbia. Hace poco participó en Alemania de una conferencia de la ONU sobre el clima, siendo la primera argentina en obtener la beca que lo hizo posible.

A sus 18 años, recién egresada del secundario, Martina Basgall Sequeira se ha convertido en un faro de inspiración para su generación. Su historia reciente es una seguidilla de logros extraordinarios ya que, tras un largo y exigente proceso de postulación, fue admitida en siete de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos con una beca del 100%. Instituciones como Stanford, Harvard, Yale y Columbia, con tasas de admisión inferiores al 5%, le abrieron sus puertas.

"Fue un sí bastante energético, porque era desde siete universidades que me decían que sí, que me aceptaban y con beca completa, con todo lo que se incluye, como desde comida, alojamiento, la matrícula, los vuelos, todo eso", contó emocionada a La Prensa Martina. La matrícula anual en una de estas universidades, como Stanford, asciende a 105.000 dólares, una cifra que ella misma califica de "enorme e impagable" para su familia.

La decisión de buscar oportunidades en el exterior surgió de su interés por el sistema educativo estadounidense, que permite una mayor exploración académica durante los primeros años. "Uno puede explorar áreas que le interesan, puede descubrir nuevos intereses antes de decidir bien qué es lo que quieres seguir oficialmente como carrera de grado. Eso me entusiasma un montón”, explicó la joven. Finalmente, su elección fue Stanford, una decisión alineada con su pasión por "todo lo que tenía que ver con tecnología e innovación".

Este camino fue posible gracias a la beca "Oportunidades" de Education USA, que financió los costos de su postulación y le brindó acompañamiento. Cada año, el programa elige a cuatro estudiantes de todo el país para asistirlos en el proceso, aunque sin garantizarles la admisión. El caso de Martina fue excepcional. "Venían de años anteriores donde quizás aceptaban a un chico de Argentina en una universidad, pero que de la nada me aceptasen en siete distintas, fue como 'guau'", comentó, agregando que sus otras tres compañeras becarias no corrieron con la misma suerte.

MÁS ALLÁ DEL AULA

El extraordinario currículum de Martina no se limita a sus logros académicos. Hace tres años, fundó el proyecto "Democratizando Oportunidades", una iniciativa que nació de su propia experiencia. "Arrancó por necesidad porque yo tenía ese sentimiento de que había muchísimas oportunidades, pero que a muchos chicos no les llegaban porque en los colegios no se suelen difundir", explicó la joven becaria. La iniciativa, a través de una cuenta activa en redes sociales, difunde becas, voluntariados, cursos y talleres gratuitos para que más jóvenes de Argentina puedan acceder a ellos.

Su compromiso la ha llevado aún más lejos. Al momento de esta entrevista, Martina se encontraba en Bonn, Alemania, gracias a que fue seleccionada a la "Beca Climática para Jóvenes Latinoamericanos" (LAYCS, por sus siglas en inglés). Este programa financia la participación de jóvenes en conferencias internacionales de la ONU sobre el clima. "Soy la primera becaria argentina del proyecto", revela con orgullo, y agrega un dato no menor: "y la más joven del mundo".

Esta experiencia, que le permite conectar con jóvenes de toda la región en espacios de decisión global, la considera "increíble". "Es un sueño poder acceder a estos espacios y realmente hacerlo con 18 años. Creo que es una situación en que me plantea romper un poco el techo y animarse a probar cosas nuevas", enfatizó la adolescente.

FAMILIA

Martina resaltó el rol fundamental de su familia en cada paso que ha realizado al destacar que "sin ellos no habría podido llegar hasta donde estoy hoy".

Sus padres no son profesionales, y tanto ella como su hermana, recién recibida de abogada en la UBA, son la primera generación de universitarios en su familia. La noticia de su partida en septiembre para iniciar sus estudios en Stanford generó una mezcla de emociones en su entorno familiar, y claro está, en la propia Martina. "Están realmente súper contentos, pero también un poco tristes, por lo que implica el separarnos por tanto tiempo. Será un choque al principio, pero lo vamos a manejar", aseguró la joven.

Sobre el futuro, Martina tiene una idea clara en que su “idea es volver a Argentina y poder aplicar de alguna forma todo lo que voy a aprender. Me ilusiona mucho, definitivamente, poder aprender todo lo que pueda para regresar a mi país en algún momento y poder colaborar desde ese lugar".

A otros jóvenes que ven su ejemplo y sueñan con seguir un camino similar, les dejó un mensaje contundente al destacar que "se animen a soñar en grande, que realmente es posible, aunque sea algo lejano y que uno a veces sienta esto de que no puede. Requiere un montón de esfuerzo y sacrificio en el camino, pero que definitivamente vale la pena".

Su trayectoria es una prueba de que la perseverancia rinde frutos, una oportunidad que nace de otra, aprendiendo tanto de los éxitos como de los fracasos. "Es cuestión de seguir, de perseverar y de no rendirse en el camino ante el primer obstáculo que le aparezca a uno", concluyó Martina.