Ecos de los setenta

Taiana, ante un dilema: permitir o no un acto contra la guerrilla


Luego de la controvertida sanción que impuso al general (r) Rodrigo Soloaga por expresiones que interpretó como un "intolerable" atentado contra la democracia, el ministro de Defensa, Jorge Taiana, recibió ahora un pedido de ex soldados salteños para conmemorar con un acto abierto al público en el predio del Batallón de Ingenieros de Montaña 5 de Salta, el próximo 28 de mayo, un decisivo combate que ellos libraron en 1975 con el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), cuyo desafío al gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón era bien real, con armas de fuego, y no fruto de la imaginación.

El pedido fue formulado en una carta presentada el pasado viernes en la mesa de entradas del Ministerio de Defensa y lleva la firma de cinco de los doce soldados y suboficiales salteños que participaron del llamado Combate de Manchalá, que tuvo lugar el 28 de mayo de 1975. Los soldados, que pertenecían al B. Ing. Mon. 5, habían sido enviados a Tucumán como parte de la Operación Independencia dispuesta por el gobierno peronista. Ese día se encontraban refaccionando una escuela rural cuando una columna de más de un centenar de combatientes del ERP abrió fuego contra ellos. “Dijo usted recientemente que no toleraría pronunciamientos que atenten contra la democracia. De modo que mucho menos tolerará estos que fueron atentados reales contra la democracia, no ya simples ‘pronunciamientos’. Allí había fuego real”, le recuerdan los ex soldados alministro.

La carta, firmada por Luis Arce, Rodolfo Demayo, Luis Peñaranda, Roberto Mamani y José Romero, dice que ellos solo buscan “celebrar” junto a sus compatriotas “aquella victoria que, con la ayuda de Dios, pudimos asegurar para nuestra patria sobre el terrorismo ciego y sus mandantes foráneos”.
“No queremos más formaciones internas a puerta cerrada, como se nos ha ofertado en los últimos años para tranquilizarnos, ni tampoco palmadas en el hombro que se dan fuera de la vista de todos”, manifiestan los ex soldados. “Muchos de nosotros -continúan- ya advertimos que no asistiremos a ese tipo de actos indignos, que se nos ofrecen como una concesión graciosa”.

“Como usted bien sabe -prosigue la nota-, en aquella escuelita rural de Manchalá, a la que estábamos reparando y pintando por orden, insistimos, de un gobierno constitucional, y para más curiosidades, de su mismo signo político, fuimos arteramente atacados por nada menos que 117 combatientes del ERP que se dirigían a realizar un gran atentado contra el puesto de comando táctico de Famaillá. El combate que libramos nosotros, simples soldados, fue para defender las instituciones, para defender la democracia, como gusta usted decir, para defender nuestra patria”.

El escrito culmina diciendo que, como el ministro ha demostrado “depositar su confianza en el arma de Ingenieros al enviar a sus efectivos a Rosario, sacudida por la violencia del narcotráfico”, confían en que “sabrá reconocer también el valor de aquel otro combate librado por ingenieros en 1975”.
Taiana, que fue miembro de la organización Montoneros, es puesto así ante un dilema: ¿llevará su pretendida defensa de la democracia al extremo de autorizar un acto público que reivindica la actuación militar de esos años y en última instancia impugna a los subversivos, o con su silencio convalidará la actuación de una guerrilla que no trepidaba en alzarse en armas durante un gobierno constitucional, dejando en evidencia la deshonestidad de los argumentos que esgrimió para sancionar al general Soloaga?

El general Soloaga fue removido de su cargo de presidente de la Comisión del arma de Caballería luego de que en un discurso público pronunciado el pasado 25 de abril en el predio de Remonta y Veterinaria del Ejército expresó su acompañamiento y apoyo a sus camaradas presos por causas de lesa humanidad y a sus familias por haber cumplido funciones en las filas de la fuerza durante una difícil época para nuestro país, lo que fue interpretado por el ministro como una "intolerable" reivindicación de la última dictadura y una "apología del delito".