Tras la pandemia, regresó con la presencia de renombrados pianistas en el Palacio Paz

Sorpresas del Festival Chopiniana

­Sin lugar a dudas, el Festival Internacional de Piano Chopiniana es uno de los eventos tradicionales del llamado `rey de los instrumentos' y de la música también, en sus propuestas. Producto del empeño y pasión de la prestigiosa pianista Martha Noguera, que preside la entidad, se ha llevado a cabo todos los años desde hace casi dos décadas, quedando paralizado por la pandemia.

De manera que ha sido saludable esta reaparición una vez más en el Palacio Paz (Círculo Militar), que lo albergó en varias ediciones. En esta oportunidad, la programación incluyó a tres pianistas junto con Martha Noguera, la anfitriona, en la apertura, que interpretó la Sonata Nª 2, op.35 del gran músico polaco y la polonesa Nº6 op.53 en la segunda mitad de la velada, que estuvo integrada también con obras de Mozart y Ginastera.

Conocida es la trayectoria pianística de Noguera en nuestro medio y en el exterior, donde recibió galardones en Italia y la Cruz de Caballero de la República de Polonia, otorgada por su interpretación de la obra de Fréderic Chopin. Preside la Fundación Chopiniana en nuestro país como fundadora hace veintiún años.

La segunda jornada del festival convocó nuevamente al pianista italiano Giulio Biddau, nacido en Cagliari, que recibió varios premios y distinciones y que abordó un repertorio pianístico más ecléctico integrado con obras de Brahms, Schumann y Schubert, compatibilizando así realizaciones abarcativas de otros compositores para el instrumento.

NIÑO PRODIGIO

El cierre se produjo precisamente en la función que comentamos, con la primera intervención aquí del pianista polaco Raphael Lustchevsky, de cuarenta y tres años, que empezó con una beca para niños en su país y a los dieciséis debutó junto a la Orquesta Sinfónica de Tokio, en Japón, y recibió galardones en la Sociedad Chopin de Varsovia y en el concurso Dino Lipatti, auspiciado por la Unesco.

Comenzó la velada en el piano Bluthner de la sala, con la presencia de la embajadora de Polonia, con la suite `Desde la época de Holberg', del noruego Edvard Grieg, y la `Chaconne' de Johann Sebastian Bach con un lucido pianismo para centrarse después en Schumann y Franz Liszt con dos paráfrasis de Lieder para piano solo, volviendo enseguida con el homenajeado del ciclo, Fréderic Chopin. Tocando sus célebres Berceuse, op.57, y la Barcarola, op.60, y también en el homenaje chopiniano, el tecladista invitado demostró en todo momento ser dueño de un toucher preciso, enfático con una digitación combinada con delicados acentos.

Para finalizar Lustchevski sorprendió con su arreglo para piano del Concierto de Varsovia, del compositor británico Richard Addinsell, que escribió también música para cine. El pianista, antes de tocarlo, en un español bastante fluido, comentó las características de su arreglo para piano solo de una obra que incluía orquestación. Así concluyó con éxito esta nueva edición de un festival ya tradicional en la ciudad.

Calificación: Muy bueno