Solo dos gremios rompieron con el techo salarial que impuso el Gobierno: aceiteros y municipales de Vicente López
La situación crítica del Hospital Garrahan grafica -tristemente- las penurias económicas por la que atraviesan los profesionales médicos con sus sueldos. Tras haber estudiado largos años y tener que pagar mensualmente su matrícula y seguro, denuncian que están cobrando en promedio 797.000 pesos, número compuesto en gran parte por remuneraciones en negro.
No muy distinto es el panorama que atraviesan los municipios bonaerenses. Un relevamiento en la provincia de Buenos Aires develó los salarios básicos que cobran en 125 de los 135 distritos. La muestra permite comprobar que en muchos lugares estos sueldos están muy por debajo de lo necesario para vivir dignamente.
Uno de los tantos ejemplos es el municipio bonaerense de Saavedra-Pigüé donde se aplicó un recorte del 13% en los sueldos de funcionarios, concejales y trabajadores estatales. En paralelo, el distrito de Guaminí congeló los salarios y redujo al mínimo el pago de horas extras, en el marco de una declaración de emergencia económica. Matías Nebot, jefe comunal de Saavedra, afirmó que la situación se repite en distintos puntos de la provincia: “He mantenido conversaciones con intendentes de la región, y muchos están en una situación similar, con dificultades para pagar proveedores y sueldos”.
Las disposiciones adoptadas incluyen el congelamiento de los salarios de funcionarios, la reducción al mínimo de las horas extras, la suspensión de subsidios institucionales y sociales, o la paralización de ingresos de personal. No obstante, el municipio abonó los sueldos de abril con un incremento del 7,5%.Algunos de los sueldos básicos relevados en los distintos municipios de la provincia de Buenos Aires son: San Isidro $360.747, Pilar $274.887.72, Moreno $327.000, La Matanza $160.000, Merlo $60.000.
Dentro de este panorama desalentador y catastrófico que padece el sector del trabajo -no hay distinción entre empleados públicos o privados-; vapuleado por una ola de cierres de establecimientos, rebajas salariales, reducción horaria y despidos; avasallamientos de inmunidades sindicales (como en Toyota, que de 70 de delegados de SMATA solo quedan 7), dos gremios han logrado romper el techo de aumentos salariales impuesto por el Gobierno.
Por un lado, el gremio de la actividad privada de Aceiteros, con un 21% de aumento salarial y, por el otro, una organización del segmento público, como es el Sindicato de Trabajadores Municipales de Vicente López, que lidera Victorio Pirillo, que consiguió un 22% de aumento salarial al básico.
Otros poderosos sindicatos como Camioneros, UOM, Comercio, Sanidad, no han podido romper el techo impuesto por el gobierno de Javier Milei, y muchos de ellos, en el mejor de los casos, han recibido un 1% de aumento salarial.
Así las cosas, es más que evidente que se vienen momentos difíciles para los trabajadores y sus organizaciones gremiales como para las centrales obreras, tanto la CGT como las dos CTA que, hasta la fecha y pese a reclamos, movilizaciones y medidas de fuerza fallidas, no logran torcer el rumbo de la política impuesta por el Gobierno nacional.