‘Skincare’ en niñas: una moda que lejos de ser inofensiva entraña serios peligros para la salud

El uso generalizado de productos diseñados para la piel de los adultos, o publicitados para niños pero sin adecuadas formulaciones, introduce riesgos como alteraciones hormonales, reacciones alérgicas y exposición a largo plazo a sustancias químicas capaces incluso de aumentar el riesgo de cáncer.

La piel, las uñas y el cabello de los niños están en continuo desarrollo, lo que los hace especialmente vulnerables a los efectos nocivos de los productos formulados para adultos. Es por ello que el uso de estos productos por parte de las niñas -impulsado por las tendencias y el marketing dirigidos a un público más joven- entraña importantes riesgos para la salud que merecen atención. “Los potenciales daños asociados con el uso de productos de belleza de adultos a temprana edad van desde causar sensibilidad y daños en la piel hasta alteraciones hormonales y aumento del riesgo de cáncer”, alerta un equipo de científicos de la Facultad de Medicina de Harvard.
En un artículo de investigación publicado en “Clinical Medicine and Health Research Journal” (CMHRJ), los autores ponen de manifiesto que el uso generalizado de productos diseñados originalmente para la piel de los adultos introduce riesgos como alteraciones hormonales, reacciones alérgicas y exposición a largo plazo a sustancias químicas nocivas como parabenos, ftalatos, sulfatos y formaldehído.  
“Las estrategias de marketing empleadas por la industria de la belleza a menudo difuminan los límites entre el público adulto y el infantil, dejando a padres y tutores ante el reto de distinguir los productos seguros de los perjudiciales”, enfatizan. 
Según apuntan estos investigadores, en los últimos años, el cuidado de la piel se ha convertido en un fenómeno cultural, con la Generación Alfa a la cabeza de la adopción de regímenes de belleza a edades notablemente tempranas. “Lo que antes era dominio de adolescentes y adultos ha captado ahora la atención de los niños, convirtiendo las visitas a locales de belleza en oportunidades para darse algún gusto”, señalan, para luego añadir: “Este cambio ha sido impulsado en gran medida por la omnipresente influencia de plataformas de redes sociales como TikTok e Instagram, donde las personas influyentes en el mundo de la belleza y las tendencias virales animan incluso al público más joven a experimentar con el cuidado de la piel y los cosméticos”. 
En esa línea, advierten que aunque pueda parecer que este entusiasmo fomenta hábitos precoces de autocuidado, en realidad suscita importantes preocupaciones sobre las posibles implicancias de estas prácticas para la salud. 
En su artículo titulado “Niños obsesionados con el cuidado de la piel: riesgos ocultos y alternativas saludables que todos los padres deberían conocer”, los autores del Global Health Institute de la facultad de Medicina de Harvard explican que “conociendo los riesgos y fomentando la concientización, los padres, los educadores y la industria de la belleza pueden colaborar para promover prácticas más seguras, dar prioridad a las alternativas adaptadas a los niños y fomentar una cultura de autocuidado adecuada a la edad, que proteja la salud y el futuro de los consumidores más jóvenes”
RIESGOS A LARGO PLAZO
Entre los principales riesgos para la salud a largo plazo del uso de los productos de belleza para adultos en la población infantil, los investigadores enumeran: 
*Alteración hormonal: muchos productos de belleza para adultos contienen ingredientes como parabenos, ftalatos y fragancias sintéticas, que pueden imitar a las hormonas o interferir con ellas. Estos disruptores endocrinos pueden afectar al desarrollo físico normal, lo que puede tener consecuencias a largo plazo, como una pubertad precoz o problemas de fertilidad más adelante.

*Sensibilidad y daños cutáneos: la piel de los niños es más fina y delicada, lo que la hace susceptible a la irritación y la hipersensibilidad. Los productos para adultos con altas concentraciones de ingredientes activos, como retinoides o ácidos exfoliantes, pueden causar sobreexfoliación, enrojecimiento y sensibilidades crónicas al alterar la barrera natural de la piel. 

* Aumento del riesgo de cáncer: la exposición prolongada a sustancias químicas nocivas, como la oxibenzona de los protectores solares, se ha asociado a un elevado riesgo de cáncer. Estos riesgos se acumulan con el tiempo, sobre todo cuando estos productos se utilizan regularmente durante los años de formación.

*Daños en las uñas y el cabello: el uso frecuente de productos para las uñas y fórmulas para el cuidado del cabello en adultos puede debilitar la estructura natural de las uñas y el cabello. Las sustancias químicas agresivas de los esmaltes, adhesivos y productos para alisar las uñas eliminan las capas protectoras, lo que con el tiempo provoca uñas quebradizas y folículos pilosos debilitados. 

INGREDIENTES NOCIVOS A TENER EN CUENTA 
Según detallan los autores del trabajo, para mitigar los riesgos, es esencial estar atentos a las etiquetas de los ingredientes y evitar los productos que contengan los siguientes componentes nocivos: 
1. Productos para el cuidado de la piel
* Parabenos y ftalatos: comúnmente encontrados en lociones, sprays y maquillaje, estos químicos actúan como disruptores endocrinos, potencialmente llevando a desequilibrios hormonales. 
*Fragancias (sintéticas y naturales): utilizadas con frecuencia para perfumar productos, las fragancias son una de las principales causas de irritación cutánea, alergias y dermatitis, especialmente en pieles sensibles. 
*Retinoides (retinol, palmitato de retinol): populares en los productos antienvejecimiento, los retinoides son demasiado agresivos para la piel de los niños, provocando enrojecimiento, descamación y daños a largo plazo. 
*AHA y BHA (ácido glicólico, ácido salicílico): estos exfoliantes pueden agredir en exceso la piel, provocando un compromiso de la barrera cutánea y una mayor sensibilidad.

2. Productos para el cuidado del cabello 
* Sulfatos (SLS/SLES): presentes en muchos champús, los sulfatos eliminan los aceites naturales, provocando sequedad e irritación del cuero cabelludo. 
*Siliconas: a menudo utilizadas para suavizar el cabello, las siliconas crean una acumulación con el tiempo, debilitando la estructura natural del cabello y provocando su rotura. 
* Liberadores de formaldehído: presente en algunos tratamientos de alisado, el formaldehído es un conocido carcinógeno que plantea graves riesgos para la salud a largo plazo. 

3. Productos para el cuidado de las uñas
*Tolueno, formaldehído y ftalato de dibutilo (DBP):
estas sustancias químicas, que se encuentran habitualmente en los esmaltes y tratamientos de uñas, se han relacionado con problemas respiratorios, alteraciones hormonales y riesgos cancerígenos. 
*Uñas acrílicas y de gel: los adhesivos y productos químicos utilizados en estas uñas pueden debilitar el lecho ungueal, causar daños permanentes y aumentar la susceptibilidad a las infecciones por hongos. 

EFECTOS DEL ‘NAIL ART’ 

Los investigadores también apuntan que el ‘nail art’ (arte en las uñas) ha ganado mucha popularidad entre la Generación Alfa, con tendencias como los esmaltes de gel, las uñas acrílicas y los diseños con pegamento, que se han convertido en un elemento básico de sus rutinas de belleza. “Aunque el nail art es una forma creativa de autoexpresión, es esencial reconocer los riesgos potenciales para la salud asociados a estas prácticas”, subrayan. En ese sentido, mencionan los principales peligros derivados de esta práctica:
1.Exposición a los rayos UV: los esmaltes de gel requieren luz UV para secarse, lo que expone la piel joven a una radiación ultravioleta potencialmente dañina.  Esta exposición aumenta el riesgo de envejecimiento prematuro, quemaduras solares y, con el tiempo, cáncer de piel.  Un estudio sobre lámparas UV para uñas demostró que incluso una exposición moderada podría causar daños celulares cuando se utiliza repetidamente. 
2. Exposición química: los productos para uñas suelen contener sustancias químicas agresivas, entre ellas: 
* Acetona: utilizada para eliminar el esmalte o el gel, deshidrata la lámina ungueal, lo que provoca fragilidad. 
*Tolueno, formaldehído y ftalato de dibutilo (DBP): comunes en los esmaltes, estas sustancias químicas están relacionadas con problemas respiratorios y alteraciones hormonales.
3. Daños en el lecho ungueal: la aplicación y limpieza repetida de acrílicos o uñas postizas puede debilitar el lecho ungueal. El uso de adhesivos y herramientas de raspado daña la matriz ungueal, provocando a veces deformidades permanentes de las uñas.

INGREDIENTES SANOS Y NATURALES PARA NIÑOS 
Como alternativa, los autores del artículo de investigación comentan que los padres pueden apoyar el interés de sus hijas por la belleza al tiempo que garantizan la seguridad, eligiendo alternativas naturales y no tóxicas. 
Para el cuidado de la piel: 
* Aceite de semilla de zanahoria: 
Proporciona un FPS natural y protección antioxidante. 
* Aloe Vera: Hidrata y calma la piel sensible o irritada.
* Extracto de caléndula: Reduce la inflamación y es ideal para la piel propensa a los eczemas. 
* Aceite de coco: Fortalece la barrera cutánea, pero debe utilizarse con moderación para evitar la obstrucción de los poros.

Para el cuidado de las uñas: 
* Esmaltes de uñas a base de agua: Libres de productos químicos nocivos como el tolueno y el formaldehído. 
* Aceite de jojoba: Hidrata y nutre uñas y cutículas. 
* Vitamina E: Fortalece las uñas y previene la fragilidad. 

Para la protección solar 
* Óxido de zinc y dióxido de titanio:
Ingredientes de protección solar seguros y de base mineral. 
* Manteca de Karité y Cera de Abejas: Hidratantes naturales que crean una ligera barrera protectora cuando se combinan con el óxido de zinc. 

Para el cuidado del cabello 
* Aceite de Argán: Un aceite ligero y nutritivo que fortalece e hidrata el cabello.
* Proteína de avena:  Repara las hebras dañadas y proporciona resiliencia natural. 
* Vinagre de sidra de manzana (diluido):  Equilibra el pH del cuero cabelludo y evita la acumulación de producto.

GARANTIZAR LA SALUD A LARGO PLAZO
Entre los principales consejos para padres, con el objetivo de cuidar la salud a largo plazo, los investigadores incluyen:
1. Limitar el uso de productos:  Mantenga rutinas simples con limpieza suave, hidratación y protección solar. Evitar sobrecargar la piel joven con productos innecesarios. 
2. Fomentar la belleza natural:  Reforzar el valor de los rasgos naturales, enseñando a los niños a abrazar su piel, cabello y uñas sin depender excesivamente de las tendencias de belleza. 
3. Elegir alternativas seguras: Optar por opciones recomendadas por dermatólogos, hipoalergénicas y sin perfume. 
4. Controlar los ingredientes: Leer las etiquetas para evitar los productos químicos nocivos, especialmente los disruptores endocrinos y los alérgenos. 
5. Evitar las compras impulsadas por las tendencias:  Enseñar a los niños a priorizar la seguridad y la calidad sobre las tendencias virales o los avales de influencers. 
6. Prueba los nuevos productos: Probara siempre en una pequeña zona de la piel antes de la aplicación completa para evitar reacciones adversas. 

En opinión de los autores, la creciente obsesión por el cuidado de la piel y la belleza entre los niños es un arma de doble filo. “Por un lado, introduce la conciencia del autocuidado a una edad temprana, animando a los niños a desarrollar hábitos de aseo y confianza. Por otro, los expone a productos que pueden contener sustancias químicas nocivas y fomentar prácticas de belleza insostenibles”, remarcan, para luego añadir: “Manteniéndonos informados, dando prioridad a las alternativas naturales y no tóxicas, y abogando por la transparencia en la industria de la belleza, podemos fomentar hábitos saludables al tiempo que salvaguardamos la salud de los niños a largo plazo”.
“El atractivo de los productos de belleza para adultos para los niños es innegable, especialmente dada la omnipresente influencia de las redes sociales y las tendencias entre las compañeras.  Sin embargo, los padres y cuidadores deben reconocer los riesgos potenciales para la salud a largo plazo que plantean estos productos”, insisten los autores del artículo, quienes para finalizar aseguran: “Si conocemos los ingredientes nocivos y optamos por alternativas más seguras y adecuadas a la edad, podemos proteger la salud de los niños y fomentar su interés por el cuidado personal.”