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Sexo químico ‘regenteado’

La clínica de las adicciones varía diariamente al ritmo de los cambios culturales de la oferta de drogas; uno de esos cambios está ligado a la transacción de sexo y a mujeres con las diversas drogas como intermediario en cantidad, según los pagos que se ofrezcan. No hay dudas que hoy tratar adicciones es entender una nueva forma de esclavitud.
No solo el sexo es motivo de transacción, sino que el sujeto que somos atado a compulsiones -lo contrario del sujeto de acción que necesitamos ser- lleva al intercambio de objetos varios por drogas; desde celulares, coches, casas. Todo esto parece un “cuento” raro y extraño, pero es lo que observamos con sorpresa en esta nueva clínica de la compulsión, o sea de la esclavitud contemporánea.
Transacciones en donde participan abogados, escribanos, compradores de muebles, coches, celulares; todo sirve en esta venta del sujeto que lucha no para ser sino para llegar a la nada misma como ser humano.
Vienen chicas al tratamiento que han formado parte de transacciones y tienen ‘dueños’ que manejan sus vidas a cambio de drogas y dinero con ofertas varias, según los medios sociales. Vencidas, enfermas y con distintas enfermedades de transmisión sexual.
Así, surge un nuevo fenómeno que se denomina “chem(chemical) sex”, o sea sexo químico. El prostíbulo antiguo se ha transformado con una variedad de ofertas que incluyen desde aplicaciones (app que en algunos casos son un ‘caza bobos’) para engañar, extorsionar, robar o generar fiestas sexuales de varios con una sola mujer llegando incluso a la muerte del objeto de placer buscado.
La oferta de sexo a través de Instagram en sitios especiales con fotos eróticas que se pagan para clientes que se masturban con un ‘patrón’ que regentea mujeres que se fotografían con el pago de drogas por esa actividad. Nuevas esclavitudes: surgen casas de sauna, clubes sexuales, departamentos gerenciados por ‘empresarios’ con varias mujeres adentro en donde hay para todos los gustos desde sexo lésbico, poliamor, en grupo, etc.
No es casual entonces que aumenten las enfermedades de transmisión sexual (aumento de VIH, sífilis, blenorragia, hepatitis B y C, HPV y diversas complicaciones derivadas de la cantidad de voraz de drogas que se consumen: infartos masivos, accidentes cerebrovasculares, etc.
Los datos sobre enfermedades de transmisión sexual surgen de la clínica de grandes instituciones como el Hospital Muñiz y de la consulta cotidiana pero sugestivamente, desde 2017, en donde se nota un aumento exponencial de las enfermedades de este tipo. No aparecen más datos desde el Ministerio de Salud.

DROGAS QUE SE UTILIZAN
Los efectos en algunos casos se dan con pequeños microgramos como el LSD. El LSD es parte de un tipo de droga alucinógena que provoca alucinaciones; estas nos permiten ver, escuchar o sentir estando despierto situaciones que parecen reales, pero en lugar de serlo, han sido creadas por la mente y ahí surgen delirios persecutorios. Muchos crímenes surgen de estas alucinaciones en donde el otro es visto en forma persecutoria como un enemigo a exterminar.
Algunos pocos miligramos de metanfetamina (esta droga puede causar como poderoso estimulante el aumento del ritmo cardíaco, subida de la presión arterial y daño a los pequeños vasos sanguíneos del cerebro, lo que puede conducir a un derrame cerebral). A su vez, el uso crónico de la droga puede producir inflamación del revestimiento del corazón.
También se utiliza la ketamina que funciona como un importante disociador de la personalidad y permite el uso del otro como objeto para cualquier fin.
Según sus efectos sobre el sistema nervioso central, las drogas pueden clasificarse en depresoras/estimulantes/psicodélicas. Algunas drogas tienen efectos estimulantes a dosis bajas (alcohol, ketamina), pero depresores (alcohol) o psicodélicos (ketamina) a dosis más elevadas. Combinar sustancias de grupos distintos contrarresta los efectos de ambas y puede enmascarar intoxicaciones y efectos no deseados.
El infaltable viagra siempre aparece complicando aún más el panorama clínico y psiquiátrico. La combinación con el GHB (es una droga de abuso de reciente aparición cuyos principales efectos buscados son relajación, euforia y desinhibición y cuyos principales efectos adversos están relacionados con su efecto como depresor del sistema nervioso central) puede ser letal. Incluyendo dosis moderadas de alcohol, es particularmente peligrosa y multiplica el riesgo de pérdida de conciencia que puede llegar al coma. Es llamada la droga de la violación siendo utilizada como afrodisiaco en ambientes nocturnos durando su efecto de una a tres horas.
El GHB tiene un margen de seguridad menor al de otras sustancias. Pequeños incrementos en la dosis pueden dar lugar a efectos desproporcionadamente elevados y la diferencia entre la dosis recreativa y la dosis tóxica es estrecha.
La intoxicación por GHB se caracteriza por la disminución del nivel de conciencia (sueño), que puede llegar al coma profundo El uso simultáneo de otros depresores (alcohol incluso en pequeñas dosis, comprimidos para dormir) facilita la aparición de este tipo de problemas. Las intoxicaciones son más frecuentes si el usuario no conoce la concentración exacta y la cantidad de producto que está utilizando.
El efecto anestésico de la ketamina puede facilitar prácticas sexuales que impliquen dolor, como la penetración anal, el uso de objetos de gran tamaño que pueden producir heridas o desgarros que pasen inadvertidos.
Los popper (otra droga alucinógena) deben manejarse con cuidado; su uso puede ser especialmente peligroso en personas con problemas cardiovasculares, de tensión arterial o glaucoma. Algunos estudios han vinculado el uso de Popper con un mayor riesgo para la transmisión del VIH .
Aunque la relación causa-efecto no está clara, es posible que tenga que ver con una mayor probabilidad de sangrado por la dilatación de las venas del ano o la asociación con prácticas sexuales de mayor riesgo.

LUGARES DE ENCUENTRO
Hay hoy multitud de lugares de encuentro que fomentan sesiones de sexo múltiple, fiestas en casas particulares, en saunas o locales de sexo y cruising (sexo en lugares públicos como modo de orgullo y desafío sexual).
Hay sitios en donde cada empresario establece sus normas de acceso, horarios, política de drogas, precio de las consumiciones etc. En el caso de las fiestas privadas en casas particulares la mayor parte de las reglas no están escritas. El tipo de interacciones y situaciones que se pueden producir durante una sesión son muy variadas.
En ocasiones el anfitrión puede haber invitado a algunos amigos o contactos, pero también pueden utilizarse aplicaciones para invitar a nuevos participantes.
En un piso en el que entran y salen muchas personas durante varios días, el tono del encuentro puede variar notablemente durante ese periodo de tiempo. Durante una sesión puede darse una alta rotación de participantes, lo que implica que algunos de ellos utilicen sustancias distintas o que tengan preferencias por distintos tipos de prácticas sexuales y, una vez bajo los efectos de las sustancias, hay situaciones que “pueden irse de las manos”, generándose situaciones incómodas o fuera de control.
También están los saunas y clubes de sexo en donde para una persona que se encuentre bajo los efectos de sustancias psicoactivas, las instalaciones y equipamientos de estos lugares, representan un riesgo añadido para su salud e integridad.
Con frecuencia, estas instalaciones cuentan con importantes barreras arquitectónicas, salas de vapor o saunas finlandesas donde se alcanzan temperaturas muy altas, zonas con escasa o nula iluminación, pasillos estrechos y áreas de laberinto, cabinas con cierre interior, suelos mojados o resbaladizos, etc. Los denominados cuartos oscuros, son además un tipo de espacio donde se pueden producir robos, situaciones de presión física por aglomeración, y agresiones sexuales.
Todo esto surge de narraciones clínicas en un clima expansivo de consumo de drogas y sexo controlado por ‘patrones’ del negocio en donde la cocaína y el viagra también hacen su juego.