Cuando un camino no nos lleva a la meta que buscamos sino todo lo contrario, la opción más razonable sería cambiar de ruta; la más necia, redoblar la apuesta e insistir en el mismo sentido.
La Agenda 2030 fue un fracaso autoadmitido “En 2015 resolvimos liberar a la humanidad de la tiranía de la pobreza, el hambre y las privaciones y sanar y proteger nuestro planeta. Prometimos que no dejaríamos a nadie atrás. Aunque hemos avanzado, el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible corre peligro. En la mayoría de los Objetivos se avanza con demasiada lentitud o se ha retrocedido por debajo de la base de referencia de 2015. Se están esfumando avances en materia de desarrollo sostenible que costó años conseguir. Han aumentado la pobreza, el hambre y la desigualdad. Los derechos humanos se ven amenazados y corremos el riesgo de dejar atrás a millones de personas”. Tal es lo que se afirma en el Pacto para el Futuro aprobado hace unos días en la Asamblea General de la ONU, una versión recargada de la Agenda 2030 que se extiende a 2045.
EL PACTO DEL FUTURO
Es paradójico que se ensalce de forma tan grandilocuente la democracia mientras organismos internacionales hacen acuerdos intergubernamentales a espaldas del pueblo. Los documentos se vinieron trabajando desde 2022 en absoluto silencio mediático.
El Pacto del futuro promete “el inicio de una nueva era para el multilateralismo” y desde allí brinda algo así como un plan con 56 acciones para que los países puedan afrontar los "riesgos catastróficos existenciales crecientes" como las guerras, el cambio climático y la creciente pobreza. Las respuestas que ofrece vienen con más control y más socialismo.
Por eso, Argentina avisó al mundo que no está de acuerdo con los principios y valores implícitos en el Pacto y en la agenda 2030, que nuestro país no comparte lo referido a sus núcleos centrales: cambio climático, desarrollo sostenible y género. Hay tantas objeciones que no alcanzaría con plantear reservas.
LA CANCILLER
La licenciada Diana Mondino abrió el juego el primer día de la Cumbre y adelantó la posición de nuestro país: Argentina se disoció del Pacto del Futuro.
"Nuestras reservas y objeciones al Pacto del Futuro no son, sin embargo, un obstáculo para la Argentina. Al contrario, queremos tener alas para nuestro crecimiento en libertad. … Queremos mostrar que la única batalla que vale la pena dar es la cultural…”
MILEI EN LA ONU
Impactante, conmovedor, corajudo, todos estos adjetivos pueden servir para calificar el discurso del presidente Milei en la 79° Asamblea General de la ONU.
Hasta hace poco, no hubiéramos imaginado escuchar algo así. Hay párrafos de su discurso que merecen ser destacados y analizados porque implican un posicionamiento tan claro y contundente que asombra. La política nos tenía acostumbrados a la tibieza y a las ambigüedades.
La ONU que supuestamente nació para proteger a la humanidad, se transformó en un Leviatán que pretende decidir lo que tiene que hacer cada Estado y cómo deben vivir sus ciudadanos. Pasó de perseguir la paz a imponer una agenda ideológica a sus miembros. Se reemplazó la cooperación de los Estados por un gobierno supranacional de burócratas.
“La Agenda 2030, aunque bien intencionada en sus metas, no es otra cosa que un programa de gobierno supranacional, de corte socialista, que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estados Nación y violentan el derecho a la vida, la libertad y la propiedad de las personas”.
También calificó a la ONU de ser una de las principales propulsoras de la violación sistemática de la libertad, como ocurrió con las cuarentenas a nivel global en 2020 subrayando que debería ser considerada un delito de lesa humanidad.
“Se ha promovido, además, una relación tóxica entre las políticas de gobernanza global y los organismos de crédito internacional, exigiendo a los países más relegados que comprometan recursos que no tienen en programas que no necesitan, convirtiéndolos en deudores perpetuos para promover la agenda de las elites globales”. Es un claro ejemplo la agenda de género financiada, promovida e impulsada por los “grandes filántropos” y entidades crediticias globales.
También criticó al Foro Económico Mundial y sus políticas malthusianas: “Emisión cero” y las vinculadas con los derechos sexuales y reproductivos. Mientras “la tasa de natalidad de los países occidentales se está desplomando, anunciando un futuro sombrío para todos”, el Pacto del Futuro ofrece en la Acción 8 “Asegurar el acceso universal a la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos según lo acordado de conformidad con el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, la Plataforma de Acción de Beijing y los documentos finales de sus conferencias de examen”. Léase aborto libre.
En alusión a nuestra soberanía territorial, afirmó que “Tampoco la organización ha cumplido satisfactoriamente su misión de defender la soberanía territorial de sus integrantes, como sabemos los argentinos de primera mano, en la relación con las Islas Malvinas”.
Más adelante expresó que Argentina ha decidido abrazar las ideas de la libertad, que cree en la defensa de la vida, la propiedad, la libertad de expresión, la libertad de culto y de comercio y en los gobiernos limitados. Cree en el respeto a los derechos inalienables que fueron otorgados por el Creador a todos los seres humanos. Afirmó que ahora Argentina estará a la vanguardia de la lucha en defensa de la libertad.
Como en otras ocasiones, cerró su presentación pidiendo: “Que Dios bendiga a los argentinos y a todos los ciudadanos del mundo, y que las fuerzas del cielo nos acompañen”. Así sea.
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