Sensatez y desaciertos

El nuevo presidente ha dado, en distintos rubros y con distinto tono, muestras de una sensatez que no había exhibido durante su campaña. Pero también de desaciertos que ponen en duda su promesa de renovar la política de nuestro país.
Entre las primeras, computamos como positivo que haya pospuesto -o abandonado- la idea de hacer del dólar nuestra moneda. En sintonía con ello, también lo es haber conferido la cartera económica a Luis Caputo, que ofrece un perfil razonable, y no a Emilio Ocampo, tan vehemente como lo era el Milei preelectoral.

Otra muestra de madurez ha sido el dejar de lado su tono arrebatado y responder, en entrevistas recientes, con equilibrio y prudencia. La cercanía al lugar presidencial ha limado sus exageraciones proselitistas.

Es otro acierto haber confiado el Ministerio de Seguridad a Patricia Bullrich, cuya anterior gestión en ese cargo fue muy positiva. Por su parte, el Ministro de Defensa, Luis Petri, radical y ex diputado por ese partido, demostró, a lo largo de su campaña como candidato a vicepresidente de Bullrich, seriedad y aplomo en sus opiniones. Lo cual permite imaginar su buen desempeño en un cargo de tanta responsabilidad.
Diana Mondino es una economista de prestigio, a la cual hubiera sido mejor ver en un puesto acorde a su profesión. Aun creyendo que debió ser alguien de la carrera diplomática quien se hiciera cargo de la Cancillería –o un reconocido experto en relaciones internacionales– su presencia en ese ministerio implica, sin dudas, un salto de calidad con respecto a la pésima gestión del ministro actual, Santiago Cafiero.

Veamos el rubro desaciertos. Por mucho que visite a la Corte Suprema y cuente con el beneplácito de ciertos magistrados, Mariano Cuneo Libarona, en Justicia, es un serio error. Juegan en su contra la frivolidad televisiva de la que hizo gala y alguna actividad profesional que, siendo legítima, lo desluce para el cargo.

No se ha olvidado su actuación en el famoso “caso Coppola”, ni su pasajera fuga a Brasil con Samantha, una de las libélulas nocturnas involucradas en él. A regreso de la cual, proclamó, a los cuatro vientos televisivos, su famoso “sorry a mi mujer”, una de las frases más frívolas que se recuerdan de ese mundillo que zigzaguea entre la política y el show.

Lo otro, tiene que ver con una reciente defensa penal. Que, como actividad propia de su profesión, nada tiene de reprochable. Pero que se tiñe de un tono K cuando se la ejerce a favor de un juez de esa línea, Walter Bento, destituido como tal y procesado por cohecho pasivo, lavado de activos y prevaricato entre otras lindezas. La ruptura con la casta exige personalidades distintas de la que luce este profesional.

Otro yerro es que se proponga a Rodolfo Barra para ocupar la Procuración del Tesoro. Este sujeto fue viceministro de Obras Públicas de Carlos Menem, cuando tuvo lugar un proceso de privatizaciones transido de corrupción. Y se desempeñó luego como juez de la Corte Suprema adicta a ese presidente y, más tarde, en el Ministerio de Justicia siendo uno de los adalides de la re-reelección del caudillo riojano.

Por otra parte, es pésima la idea de candidatear a un portador de ese apellido – sobrino y admirador de quien fue presidente –a presidir la Cámara de Diputados. Otra mala señal es que se piense en Gustavo Werthein como embajador en Estados Unidos. Este sujeto que no sólo no es diplomático, sino que fue presidente del Comité Olímpico Argentino durante la administración saliente, al tiempo que el grupo empresario que lleva su apellido se beneficiaba con la turbia venta del Tiro Federal Argentino.

Admitimos que Milei debe negociar en un Congreso en el que es débil. Que debe hacerlo, también, con políticos que no son del gusto de sus votantes. Pero una cosa es negociar con ellos y otra incorporarlos a sus cuadros. La gente que lo votó quiere algo nuevo, no el regreso de los muertos vivos de la casta.

Si el cambio de rumbo no es moral, nada cambiará, aunque algún recorte administrativo alivie lo que nos cuesta este Estado elefantiásico e ineficaz. Cosa que estos nombramientos ponen seriamente en duda.