Se cumplen 30 años de la muerte de Frank Zappa, el músico que se animó a todo con sus partituras

El excepcional compositor falleció poco antes de cumplir 53 años , el 4 de diciembre de 1993. Su obra se caracterizó por la abundante cantidad de piezas experimentales en las que predominaron la libre improvización y la fusión de varios estilos.

Eso es rock. No, es jazz… o más bien blues, o tal vez pop. O todo eso junto y nada de eso, a la vez.

Así de inclasificable, original e innovadora fue la música de Frank Zappa, el excepcional músico que fallecía hace 30 años en Los Angeles, California, el 4 de diciembre de 1993, cuando le faltaban 17 días para cumplir 53 años.

La obra de este músico estadounidense transitó los sinuosos y experimentales caminos de la libre improvisación y la fusión. Ente sus composiciones se pueden encontrar operas rock, canciones instrumentales, relatos musicalizados, en los que el hilo conductor no pasaba por un estilo, sino por una forma de ser.

No se puede catalogar a Frank Zappa, no es fácil entender su música y es imposible  no indagar entre todo el material que conformaban la estructura de sus temas, irrespetuosos de cualquier molde preexistente.

Es que el humor político tomó mucha más fuerza cuando fueron acompañados por los acordes de la guitarra de este músico infinito.

Frank Vincent Zappa Jr. había nacido en Baltimore, Maryland, el 21 de diciembre de 1940. Hijo de inmigrantes italianos, con ascendencia griega y árabe. Tal vez esta mezcla étnica es comparable a su excéntrica música en la que se puede encontrar el sonido distorsionado de un violín combinado con una marimba, gemidos, estornudos, eructos, gruñidos de cerdo o frases de políticos. Impredecible, pero prolija. Siempre meticulosa. Siempre brillante.

Su carrera comenzó cuando apenas tenía 15 años y ya mostraba rasgos de irreverencia. Su idea no era respetar los parámetros preestablecidos. Sus canciones no durarían 3 minutos ni tendrían letras pegajosas vacías de contenido. El tenía mucho para decir y esto explotó  en su juventud.

A principios de los años ´60, Zappa componía bandas sonoras para películas de bajo presupuesto y para artistas del underground. Esto le permitió ganar un poco de dinero y, así, grabó sus primeros discos.

Pero es en vano repasar cada uno de sus casi 60 álbumes. Porque cada uno tiene una identidad distinta y cada uno requiere una predisposición única para escucharlo. Todos ellos rompieron el molde que separa a los discos de estudio con los grabados en vivo. No se puede escuchar a Frank Zappa sin planificación. No se puede hacer un “grandes éxitos” de Zappa.

A medida que él ganaba respeto en la escena musical, su compromiso político iba en aumento.

El "sueño americano", los hippies, la Casa Blanca, el negocio alrededor del rock, los telepredicadores y los medios comunicación, entre otras cosas, cayeron en la licuadora musical de los versos de Zappa. Los mensajes no parecían metáforas o proclamas políticas, sino una parodia que, en ocasiones era la supuesta mirada en primera persona de los protagonistas, quienes, incluso con lenguaje soez, manifestaban sus deseos más inconfesables.

Esto provocó en muchas ocasiones duras críticas que lo ubicaban como misógino, racista, homofóbico, antisemita, entre otras linduras; basadas en las líricas que ponían al descubierto a los personajes que buscaba poner en ridículo.

Pero el mundo no estaba preparado para Zappa y hubo que digerir su propuesta de a poco. Y el sarcasmo y su genialidad musical fueron su espada y su escudo contra las críticas.

Zappa era tan irreverente que no titubeó en cuestionar y criticar a consagrados músicos como Los Beatles y Bob Dylan.

En 1985, Zappa debió enfrentar, junto con otros músicos, a un enemigo inusual: el Parents Music Resource Center (PMRC, un comité conservador norteamericano), encabezado por Tipper Gore, en ese entonces esposa del senador Al Gore, quien más tarde fuera candidato a presidente de los Estados Unidos.

Esta entidad pretendía censurar letras de canciones de diferentes bandas y cantantes.

Zappa fue a declarar. En su elocuente discurso no se limitó a defender la Primera Enmienda (esa que garantiza la libertad de expresión, de culto y de prensa), sino que realizó un lúcido análisis de las condiciones materiales bajo las cuales los músicos realizan su trabajo.

Zappa sostuvo que el PMRC estaba intentando resolver un problema que en realidad no existía. “Si las señoras están preocupadas por la influencia del porn rock sobre sus hijos, las tiendas de discos están llenas de maravillosa música instrumental”, ironizó el compositor.

El debate terminó con la conclusión de que los discos serían remarcados con la ya conocida etiqueta “Parents Advisory”, un aviso cuando las letras podían ser consideradas ofensivas o con contenido sensible.

A Frank Zappa le etiqueraron uno de sus discos. Se trataba de “Jazz from Hell”, que irónicamente, es instrumental.

Frank Zappa dejó el mundo terrenal hace 30 años, pero tuvo el detalle de encadenar un legado conceptual que muchos conocen, pero muy pocos pueden disfrutar.