Se agitaron las aguas del escenario político en Canadá
Canadá es, políticamente, uno de los países más estables del mundo. Tiene un sistema que, en los hechos, podría calificarse de bipartidista
El actual primer ministro, Justin Trudeau, es el líder de los liberales. Su contraparte, Erin O'Tool, de 48 años, piloto militar de helicópteros y poseedor de una gran simpatía personal, encabezó a los conservadores.
El Primer Ministro llamó a elecciones anticipadas, las que se llevaron a cabo el 20 de septiembre pasado. En ellas se eligieron los miembros de la Cámara de los Comunes (la Cámara Baja). El Primer Ministro solicitó -previamente- la disolución del Parlamento, ocurrida el 15 de agosto de 2021.
A estar a las encuestas de opinión, los dos principales contendores tenían posibilidades ciertas de consagrarse ganadores. En la puja -reñida- compitieron también el líder del block de Quebec, Ives François Blanchet, así como los líderes de otros partidos, de bastante menor envergadura.
La convocatoria a elecciones anticipadas
La discusión política se centró a lo largo de 35 días de campaña en los temas sanitarios y en aquellos que tienen fundamentalmente que ver con el cambio climático.
Al primer ministro Trudeau la oposición lo acusó de haber hablado mucho y hecho poco respecto del tema que tiene que ver con los cambios climáticos. Haciendo así las cosas más dramáticas.
Canadá atraviesa un momento caracterizado por olas inusuales de fuerte calor, incendios forestales y una sequía también fuera de lo habitual. No obstante, lo cierto es que las discusiones electorales incluyeron asimismo los temas tradicionales: el costo de vida y la necesidad de acelerar la recuperación de un nivel de actividad económica que ha sido claramente dañado por la pandemia del coronavirus.
Como característica inusual, el proceso electoral canadiense que, como otros, prevé debates entre los principales candidatos, dispone que uno de ellos sea en francés y un segundo, en inglés. Esto claramente refleja la pluralidad de naciones que conforman a Canadá, como uno de los países más ordenadamente diversos del planeta.
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Camino a la fecha de las elecciones, el Primer Ministro y su partido liberal perdieron, paso a paso, el apoyo mayoritario. Por esto, su victoria el 20 de septiembre estuvo lejos de considerarse asegurada. La intención de voto a su favor se estimó en un orden del 33%, no muy lejano a la cantidad de votos obtenida en las elecciones anteriores pasadas más recientes. Un 39% de los canadienses sostuvo tener una `buena imagen` de Justin Trudeau. Por el contrario, un 42% de ellos manifestó contar con una `mala impresión' del Primer Ministro.
Si se toman en cuenta los diversos sondeos electorales previos publicados puede sostenerse que
La tendencia del apoyo a los liberales fue, más bien, a la baja. Los conservadores, en cambio, fueron aumentando muy lentamente,su caudal de votos. En Canadá el sufragio es -recordemos- directo.
Un factor que pareció haber impactado duro en la campaña es que los liberales no pudieron justificar la "necesidad'' de disolver el Parlamento y convocar a costosas elecciones anticipadas en medio de una pandemia que sigue golpeando duro al país. Esto tuvo un impacto adverso en las encuestas de opinión previas a los comicios.
HECHOS VIOLENTOS
En un país en el que la violencia está alejada de las pujas políticas, la campaña electoral registró, esta vez, hechos inéditos. Por ejemplo, mientras Trudeau regresaba de un acto político en Ontario, el vehículo en el que viajaba fue apedreado. A lo que cabe agregar que debió también cancelar otro masivo acto electoral cuando una multitud enardecida interrumpió a los gritos el evento al que Trudeau había convocado.
Está claro que el Primer Ministro afrontó un panorama más complejo que el que había previsto al tiempo de convocar las elecciones anticipadas. No obstante, se impuso en ellas.
En los hechos, el 74% de la población canadiense ha recibido por lo menos una dosis de la vacuna contra el covid 19. Un 66,5%, en cambio (esto es, dos tercios de los canadienses), ha recibido ya las dos dosis de la vacunación. Pese a lo antedicho, muchos canadienses se preguntaron, en medio de la campaña, cuál era la razón verdadera para convocar a y celebrar elecciones. Esto es, si ellas debieron realizarse en función de la pandemia, o si ello no era necesariamente así.
El líder de la oposición, Erin O'Tool, mantuvo una incansable presencia mediática cuyo resultado es el de haber difundido su imagen de candidato muy trabajador. Casi incansable. Lo que es importante para su propio futuro.
La controvertida cuestión del aborto quedó casi fuera del debate electoral, como también la que tiene que ver con el aumento y el consumo de drogas, que preocupa a muchos en Canadá.
Esta vez, los conservadores no postularon recortes presupuestarios. Reconocieron, en cambio, que hay cuestiones sanitarias urgentes que exigen respuestas eficaces, con los recursos presupuestarios consiguientes. Por esto hablaron de "recuperar Canadá'' y convocaron a "salir a votar'', o sea a dejar de lado la apatía. Sólo el 58% de los canadienses fue a votar.
Los conservadores mostraron su reconocida fortaleza en el ámbito rural canadiense, el de las grandes praderas. Los liberales prevalecieron en los centros urbanos. Trudeau obtuvo 157 bancas en un Parlamento que tiene 338 miembros, de los cuales 128 estarán en manos conservadoras. El populismo canadiense, liderado por Maxime Bernier, no obtuvo banca alguna, lo que ciertamente es para celebrar.
Como resultado de los recientes comicios, la política exterior canadiense seguirá presumiblemente pareciéndose más a la europea que a la de su vecino inmediato del sur.