Buena Data en La Prensa

Se acerca el 'Día D'


El expresidente uruguayo José Mujica, expresó en estos días: "Hay una economía para el resto del mundo y para la Argentina hay otra, porque siempre nos sorprende. Argentina es una cosa indescifrable. Porque es un país que tiene una mitología. ¿Cómo se explica Ud. que el Ministro de Economía con una inflación como tiene la Argentina va a pelear la presidencia? Sabe por qué, porque tiene el respaldo de una cosa que no está conforme con él, pero que lo van a votar que se llama peronismo. Porque ese animal existe. Es una mitología que tiene el pueblo argentino."

Es cierto, el peronismo es inexplicable como sus insistentes votantes. Como siempre lo hicieron siguen al líder, o al que indicó o aceptó la líder. Este puede tener los peores antecedentes, pero no pasa nada.

Desgraciadamente hay una parte importante de la población que todavía sigue actuando así. Para ellos pasan desapercibidos los actos de corrupción, la calamitosa situación económico social, el 140% de inflación anual en ascenso y que más del 40% de la población es pobre. Lo que el candidato expresaba hace apenas unos años y las opiniones maleables según la conveniencia, también se hacen transparentes o se les encuentra una excusa.
Las hoy devaluadas encuestas de opinión, siguen colocando al ministro candidato, en el segundo lugar en intención de voto y alguna lo coloca en el primer puesto.

Hace poco tiempo detallamos en esta columna, que cuando este 10 de diciembre se cumplan 40 años de gobiernos elegidos constitucionalmente, habremos acumulado 28 años y cinco meses de gobiernos peronistas, o sea el 71% de estas cuatro décadas fuimos gobernados por ellos y el 29% restante por la UCR, Juntos por el Cambio y la Alianza.

COMPROMISO

En períodos de incertidumbre la desesperanza está al acecho, pero desentenderse de los deberes cívicos no es el camino. Nos guste o no, saldrá elegido el que logre mayor cantidad de adhesiones. Aunque el voto en blanco sea una posibilidad aceptable de expresión, “blanco” no nos gobernará los próximos cuatro años, por más que sea mayoría.

Hay también quienes deciden ausentarse como si de esa forma evadieran la responsabilidad.

En su último libro, el politólogo argentino Agustín Laje, recuerda que en la antigua Grecia la participación política era considerada fuente de libertad y por lo tanto de felicidad. En esta línea, describe la idea que los griegos tenían sobre aquellos que se desentendían de la vida pública: “La palabra griega que usa Platón para decir “tontos” es, en realidad anoeta, que a menudo se traduce también como “necios” porque no participan en la polis…”, continúa diciendo “Existe una relación evidente entre esta palabra griega y el término idiotes. La raiz idio significa lo que es “propio” mientras que el sufijo -tes indica el agente. Por eso, idiotoi son aquellos que viven su vida privada sin mayor contacto con la realidad externa al estrecho espacio que habitan. Al carecer de los recursos intelectuales que le permitirían participar en el àgora y discutir de política con sus semejantes, el idiota griego queda condenado a mirarse el ombligo de esta forma, los idiotes y los anoeta son prácticamente los mismos.”

PERFECTO NO EXISTE

Ante una situación tan desconcertante e impredecible como la presente, urge que nos tomemos el tiempo que sea necesario para informarnos sobre los candidatos y reflexionar sobre lo que realmente queremos para nuestro país.

Es un momento para actuar con responsabilidad. Sabemos que nuestro sistema político deja mucho que desear y que quizás en un futuro podamos mejorarlo o cambiarlo. Pero hoy tenemos esto.

Es necesario que nos fijemos en el camino que dice elegir el candidato en cuestión y sus antecedentes. Si es alguien genuino con lo que dice o solo expresa lo que le recomiendan sus asesores y el resultado de los focus group.

Seguramente no vamos a encontrar el candidato perfecto, el que encaje exactamente con todo lo que pensamos, lo sepa decir a nuestro gusto y con nuestros modos, pero es necesario aceptar que cada uno viene con su “combo” (su personalidad, su historia, sus fortalezas y debilidades) y si queremos hamburguesa, muy probablemente tengamos que comprar las papas fritas a disgusto.

A pesar de eso, deberíamos encontrar cierta coherencia entre nuestros valores y los del postulante. En nuestro caso, por ejemplo, si esa persona sostiene ciertos valores que son innegociables, como el derecho a la vida y la libertad, o si va a oponerse al adoctrinamiento en las escuelas, a la ideología de género y a la agenda globalista.

Votar con odio y resentimiento nunca nos llevó a buen puerto. Y si bien siempre se dice que se vota con el corazón y luego el cerebro encuentra la justificación, es imprescindible que esta vuelta pongamos corazón y cabeza a trabajar al unísono. Porque el declive de Argentina es grande y las posibilidades de resurgir, humanamente, se van acabando.

Es cierto que podemos saltar al vacío. La esperanza es escasa y se cotiza caro. Quizás tengamos que comprar esperanza a un precio alto, pero no se consigue por menos.

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