Santa demolición

Hace 45 años y un puñado de días, el 2 de diciembre de 1979, se bajaba el telón por última vez en el Viejo Gasómetro. San Lorenzo y Boca empataban sin goles, Teodoro Niti era el árbitro y el legendario arquero xeneize Hugo Gatti le atajaba un penal a Hugo Coscia. El DT del local era Carlos Bilardo… Los datos, para los más nostálgicos, son todos atractivos. Pero para los hinchas azulgranas, quienes esta semana se enteraron que el club dio un paso más para concretar el sueño de la Vuelta a Boedo, no son simples efemérides.

Los casi 75 mil hinchas que fueron testigos aquella vez de la pálida igualdad en el clásico no imaginaban que en esa cancha emblemática ya no se iba a jugar nunca más al fútbol… Para los más veteranos, la historia es conocida: San Lorenzo fue obligado a ceder su espacio al gobierno militar de turno. Osvaldo Cacciatore era el intendente de la Ciudad y se decía que, por entonces, existían demasiados estadios en Buenos Aires. Esas teorías pedían que San Lorenzo, Huracán y Vélez tuvieran un único escenario. El Viejo Gasómetro era antiguo, de madera y tenía accesos complejos. Encima, estaba enclavado en medio de un barrio que crecía y seducía a jugosos capitales.

Los dirigentes del Ciclón de entonces recibieron fuertes presiones, el club estaba acosado por numerosas deudas y afrontaba pedidos de quiebra. Conclusión: San Lorenzo debió entregar su casa. La institución, como en muchas épocas de su historia, la pasaba mal. Primero el gobierno porteño expropió la pintoresca cancha y aprobó la venta del predio al banco Mariva en ocho millones de dólares. La idea era construir departamentos allí… Pero apareció el hipermercado francés Carrefour y mejoró la oferta. San Lorenzo debió conformarse con los terrenos que tenía su Ciudad Deportiva, sitio en el que después construyó el Nuevo Gasómetro, en 1994. Pero la nostalgia de los hinchas nunca encontró paz. Sintieron que les habían arrancado parte de su esencia para mandarlos al exilio, al Bajo Flores.

El sueño azulgrana anida en La Plata al 1700.

Esta semana hubo novedades en la lucha que emprendió hace años un numeroso grupo de socios con el sueño de la Vuelta a Boedo. Se dio otro paso que marcó la continuidad de la larga caminata que se puso en marcha el 15 de noviembre 2012 con la aprobación de la Ley de Restitución Histórica, por la cual el club recuperó los terrenos que ocupaba Carrefour.

Esa movida, que a muchos les parece imposible, avanzó un casillero más. El martes comenzó la demolición de la estructura del supermercado en avenida La Plata, con el objetivo de construir el nuevo estadio en ese lugar sagrado.

VIEJO GASÓMETRO

El Viejo Gasómetro fue inaugurado el 7 de mayo de 1916. Ese día San Lorenzo le ganó a Estudiantes 2-1. La silueta de la cancha era similar a los enormes artefactos que almacenaban los depósitos de gas en las fábricas de la época. Por eso lo de Gasómetro… Ahí vivió desde el amateurismo hasta 1979 San Lorenzo.

Después llegaron las disputas legales, las sospechas, el predio quedó en manos de la Municipalidad que decidió su expropiación y los antiguos tablones de madera fueron subastados. Algunos sirvieron de tribunas para viejos clubes del Ascenso y hasta José Sanfilippo, el máximo goleador de la historia del club con 207 conquistas, compró algunos y se los llevó a una quinta de su propiedad.

El antiguo Gasómetro en sus días de esplendor.

Ahora, después de más de una década de lucha incansable, el club finalmente está en condiciones de avanzar con las obras. La demolición del supermercado, a cargo del Grupo Masdex S.A., demorará cerca de dos meses y fue aprobada luego de la inspección realizada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Pero el camino tiene varios desafíos. La dirigencia, cuestionada por los magros resultados deportivos y económicos de los últimos tiempos, sigue trabajando para cerrar un acuerdo con Carrefour con el objetivo de adquirir los 8 mil metros cuadrados que aún pertenecen a la compañía. Al mismo tiempo, se enfrenta a la ardua tarea de conseguir el financiamiento necesario para construir el estadio.

Entre las propuestas se destaca la promesa de inversión de la firma Kioshi, que aportaría 20 millones de dólares y las gestiones, en Colombia, para sumar a una multinacional como inversor clave…

El presidente Marcelo Moretti visitó al papa Francisco y logró la autorización para que el futuro estadio lleve el nombre del Santo Padre.

El año que se va no fue fácil para el Ciclón. Sin embargo, el nuevo paso hacia la reconstrucción representa un motivo de esperanza y orgullo para los fanáticos. San Lorenzo está más cerca de materializar un sueño que trasciende lo deportivo: regresar al barrio que lo vio nacer. Con el avance, el club reafirma el compromiso con su historia y se prepara para brindar por un 2025 con proyectos y esperanzas renovadas. Quizá el año que viene se ponga la piedra basal de la nueva cancha.

Al cabo, esa fue una de las promesas que les hizo a los socios para ganar las elecciones de diciembre de 2023 el presidente Marcelo Moretti, para quien volver a Boedo es una obsesión. Por eso, a pesar de la crisis que atraviesa, el proyecto del estadio que llevará el nombre del papa Francisco enciende una luz al final del túnel. De la mano de la empresa internacional de ingeniería y arquitectura IDOM, según el presidente, “tenemos muchísimas condiciones para hacerlo”. Moretti cuenta que “después de mi visita al Papa nos ha llamado mucha gente. Hasta el vicepresidente de la UEFA, Gabriele Gravina nos ofreció su colaboración”. El hombre fuerte del Ciclón visitó a Jorge Bergoglio en septiembre para pedirle que la nueva cancha lleve su nombre. El Papa aceptó de buen gusto. Quizá se produzca el milagro.