BUENA DATA EN LA PRENSA

Santa Fe olvida su nombre

En estos días se está debatiendo la reforma de la Constitución de la provincia de Santa Fe. Existen distintas razones políticas y sociales por las cuales emprender las modificaciones: resolver contradicciones jurídicas para que se adapte a las necesidades cambiantes de la sociedad o para mejorar la gobernanza y la organización del Estado (en el mejor de los casos) cuando no, para obtener privilegios para cierta clase dirigente o para perpetuarse en el poder. No es la cuestión que nos interesa hoy. Nos abocamos directamente al debate sobre el artículo tercero de dicha Carta Magna Provincial.

ESTADO CONFESIONAL, LAICO Y LAICISTA

A veces las palabras suenan parecidas, pero como “parecido no es lo mismo” conviene definir para comprender mejor qué es lo que está en juego. 

Según la Doctrina Social de la Iglesia, un estado confesional es aquel que reconoce oficialmente una religión y la protege especialmente. Hay Estados que aceptan la libertad de cultos y otros que no. Sin embargo, la Iglesia Católica, en el documento Dignitatis Humanae, del Concilio Vaticano II indica que siempre es importante respetar la libertad religiosa porque un Estado puede reconocer el valor social de la fe católica, pero nunca imponerla coercitivamente. O sea que el Estado confesional es admisible, siempre y cuando no pretenda que su religión sea obligatoria.   

Un estado laico es el que no se adhiere a ninguna religión, pero garantiza y respeta la libertad de culto de sus ciudadanos, es decir que reconoce la legítima autonomía entre el orden político y el orden religioso. Es admisible siempre y cuando no tienda encubiertamente al laicismo.

El estado laicista, es el que excluye lo religioso del ámbito público relegándolo a lo privado. El laicismo es una ideología que discrimina lo religioso, es contraria a la dignidad humana y al bien común porque la fe es parte de la identidad de las personas y de los pueblos. 

EL ARTÍCULO TERCERO

El artículo tercero de la mencionada Constitución afirma: “La religión de la Provincia es la Católica, Apostólica y Romana, a la que le prestará su protección más decidida, sin perjuicio de la libertad religiosa que gozan sus habitantes”. Según lo definido anteriormente encuadraría en un Estado provincial confesional admisible, pero poco frecuente. De allí el debate…

Recordemos lo que expresaba el destacado constitucionalista Dr. Bidart Campos en la Argentina hay libertad de cultos, pero no igualdad de cultos, refiriéndose a la Constitución Nacional. Es lisa y llanamente el reconocimiento del origen y cultura de nuestros pueblos.  

LA VOZ DE LOS OBISPOS

En diciembre del año pasado los obispos santafesinos emitieron un documento “Reconocer a la Iglesia dentro de la pluralidad, sin privilegios. Reflexiones en torno a la reforma constitucional”, en el que más allá de condenar el laicismo (obvio) afirmaban categóricamente que: “El artículo 3, por ejemplo, podría generar encendidos debates. La Constitución vigente declara que: (cita del artículo).  Es prácticamente una profesión de fe. Sin pretender entrar en las motivaciones que impulsaron a aquellos constituyentes, o en la coyuntura histórica que los habrá conducido, lo cierto es que hoy semejante párrafo es inadmisible desde todo punto de vista”. Y más adelante se preguntan: “¿Podríamos los católicos aceptar la idea de “paridad o igualdad de cultos”? También, y sin ningún problema. Tal vez, incluso, nos daría más libertad de expresión, más audacia en la tarea evangelizadora, menos dependencia del poder de turno. Pero eso no quita la injusticia que se cometería y la contradicción jurídica en la que se incurriría, habida cuenta de que la Constitución Nacional y el Código de Derecho Civil y Comercial prevén lo contrario. En consecuencia, la redacción de la próxima Constitución en su artículo 3, o aquel que lo reemplace, debería reflejar el respeto a la pluralidad de una sociedad que es precisamente plural en sus distintas expresiones religiosas.”

EL CONTEXTO

La realidad es que en la práctica esa confesionalidad es más simbólica que efectiva porque el gobierno provincial no consulta a la Iglesia ni depende de ella para tomar decisiones políticas. Muy por el contrario. Tomemos en cuenta que la provincia viene siendo gobernada desde 1983 por peronistas, socialistas y el actual gobernador pertenece a la UCR, lo cual muestra una notoria impronta laicista desde hace años. Además de una influencia abierta de la masonería.

El diputado Nacional Nicolás Mayoraz en una entrevista para “Tejiendo hilos” (Radio Grote) comentó que “desde que asumió Puyaro hay una persecución velada a la iglesia católica”. Dirigida a los colegios confesionales católicos, a la Pastoral Carcelaria y a organizaciones que se ocupan de mitigar el flagelo de la droga, entre otras. 

NUEVA DECLARACIÓN DE LOS OBISPOS  

El debate entre los constituyentes siguió avanzando y ya se está próximo al texto final. Hace unos días los obispos de Santa fe vuelven a hacer oír su voz solicitando que la nueva Constitución de la Provincia mencione explícitamente a la Iglesia Católica porque: “La omisión de la Iglesia —presente desde los orígenes de nuestra historia y comprometida activamente en la vida educativa, social, comunitaria y espiritual de cada rincón de la Provincia— constituiría una ausencia difícil de justificar, especialmente en un texto que pretende reflejar integralmente la identidad del pueblo santafesino”.
Además, se invita a instituciones, organizaciones y movimientos a adherir públicamente al comunicado.

Viendo el desarrollo de los acontecimientos, nos preguntamos si teniendo en cuenta el contexto político, las reflexiones en torno a la reforma constitucional vertidas por los obispos en diciembre no han sido un pecado de ingenuidad e imprudencia. 

 

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