Sampaoli no tiene códigos

El técnico de la Selección prescindió de Gonzalo Higuaín y citó en su lugar a Mauro Icardi, un delantero despreciado sólo por haberse quedado con la mujer de Maxi López. Una decisión fuerte de un DT que siempre redobla la apuesta.

La Selección argentina está haciendo equilibrio en la cornisa. Si consigue mantenerse en pie, la esperanza de ser uno de los protagonistas del Mundial de Rusia 2018 volverá a tener el verde que dicen que la identifica; de lo contrario, caerá al abismo profundo y negro del fracaso. No tiene demasiado margen de acción el técnico Jorge Sampaoli, quien tomó las riendas con gran aceptación de aquellos que lo ven como un revolucionario del fútbol. Y en una de sus primeras determinaciones demostró que tampoco tiene códigos... al menos los códigos que hacen a la prehistórica y machista concepción de las relaciones humanas que pululan en el ámbito del más popular de los deportes. 

Sampa hizo lo que muchos críticos venían demandándole a sus antecesores en el cargo: prescindir de Gonzalo Higuaín, el delantero que se muestra temible en las ligas más competitivas del mundo pero que parece un pibito inexperto que tiembla como un pollito mojado cuando se viste de celeste y blanco. La decisión del entrenador es lo suficientemente fuerte como para tener entidad por su propio peso, pero habrá que acostumbrarse a que el actual DT del Seleccionado siempre redobla la apuesta.
Para ocupar el lugar que perdió el Pipita, Sampaoli recurrió a Mauro Icardi. Sí, a Mauro Icardi, el bastardeado hombre que anda por la vida cargando la cruz de haber seducido a Wanda Nara, la mujer que antes compartía sus días con Maximiliano López. Para el universo futbolístico, al menos para el argentino, el capitán del Inter cometió un pecado mortal digno de excomunión y confinamiento en una isla desierta en la que no tenga agua, comida ni acceso a a las redes sociales.

Icardi es, para las mentes pequeñas que ingresan en una cancha, el responsable de haber hundido en la humillación a un colega que, para colmo, era uno de sus mejores amigos. Claro, nadie parece reparar en el hecho de que para que sucediera eso era preciso que Wanda también estuviera dispuesta a tirar por la borda su vida de pareja y se arrojara a los brazos del joven delantero. Pero no: el culpable es Icardi. Icardi es un asesino serial, un depredador sexual, un narcotraficante que arruina a los niños comercializando los estupefacientes más dañinos jamás inventados... Es la personificación del mismo demonio.

Resulta que ahora Icardi es también el atacante preferido de Sampaoli para acompañar a Lionel Messi y Paulo Dybala en la ofensiva albiceleste. Hasta hace un tiempo esto se antojaba imposible. Nunca se sabrá si no estuvo antes porque los integrantes del plantel no le perdonaban la afrenta al buen nombre y honor de Maxi López o si Alejandro Sabella, Gerardo Martino y Edgardo Bauza eran quienes no le veían condiciones para ser parte del equipo.

Siempre se dijo que en el seno del plantel no era bien vista su presencia. De ser cierto eso, las convicciones de los futbolistas argentinos poseen la misma solidez que un castillo de naipes, porque Icardi vuelve (jugó diez minutos en un partido de 2013 a las órdenes de Sabella) y la mayoría de ellos sigue estando en la Selección. La culpa de su ausencia debe haber sido entonces culpa de los DT que precedieron a Sampaoli...

La polémica cobró tanta fuerza que pocos se han tomado el tiempo para evaluar si este rosarino de 24 años posee o no los atributos necesarios para ser tenido en cuenta. Su actuación en el Inter es muy buena, quizás no tan llamativa como puede resultar la del propio Higuaín en Juventus o la de Sergio Agüero (otro atacante en discusión por sus rendimientos en el Seleccionado) en el Manchester City, pero si desde hace mucho tiempo a los entrenadores jamás les tembló el pulso para anotar en la lista de convocados a cualquier futbolista que actuara en casi cualquier punto del planeta, por qué no tomarse el tiempo para evaluar a alguien que lleva bastante tiempo como referente de un equipo como el Inter. Sí, el conjunto milanés no pasa por su mejor momento, pero eso no opaca la labor de Icardi. 

El nuevo DT amenaza con meter mano a fondo para que Argentina deje de penar en su camino hacia Rusia. Recorrió el mundo explicándoles a sus futbolistas qué pretende de ellos y cómo desea que funcione su Selección. El técnico piensa en distintos esquemas tácticos que poco o nada tienen que ver con los que habitualmente se han usado en el representativo nacional. Tiene métodos de trabajo que recuerdan a Marcelo Bielsa, pero el propio Loco dice que Sampa es mejor que él. 

Lo cierto es que Sampaoli no tiene códigos. Y lo bueno es que eso le permite formar un equipo sin ataduras.