Salvar vidas con el gesto más simple y poderoso

Sólo el 55% de las donaciones de sangre en la Argentina provienen de personas voluntarias y habituales. El resto se realiza por reposición, es decir, que un paciente o su entorno deben buscar donantes para cubrir una necesidad urgente y en un país donde cada tres minutos un paciente necesita una transfusión es de vital importancia motivar a personas sanas a convertirse en donantes habituales.
Desde hace años se intenta fomentar un cambio cultural: que las personas donen sin esperar a conocer a quien lo necesita. Que donar sangre sea un acto cotidiano de empatía. Este año el lema elegido lo resume todo: “Doná sangre, da esperanza: juntos salvamos vidas”.
“Donar sangre es un gesto profundamente humano. En el Hospital Alemán promovemos desde hace años la donación voluntaria, segura y habitual, como parte de nuestro compromiso con la salud. Gracias a miles de donantes, a diario podemos asistir a quienes más lo necesitan, con sangre disponible en el momento justo”, afirma la doctora Miriam María Méndez, jefa del servicio de Hemoterapia del Hospital Alemán.
“En el país se realizan más de 1,4 millones de transfusiones por año. Cada unidad de sangre puede contribuir al bienestar y la salud de hasta tres o cuatro vidas. Y no solo en emergencias: personas con enfermedades oncohematológicas, pacientes trasplantados o con intervenciones complejas, embarazadas con complicaciones, niños con inmunodeficiencias o víctimas de accidentes dependen a diario de la solidaridad anónima” agrega la especialista.
Durante la pandemia, muchos países vieron una caída del 30 al 50% en las donaciones, lo que dejó en evidencia la necesidad de contar con donantes habituales. Se estima que cada año se donan en el mundo alrededor de 120 millones de unidades de sangre, pero casi la mitad proviene de países de altos ingresos, que concentran solo el 16% de la población. La recomendación global es clara: avanzar hacia un sistema 100% basado en donaciones voluntarias y no remuneradas.
“Al ser la salud un derecho humano, se debe tener acceso a transfusiones de sangre seguras, cuándo y dónde se las necesite. Contar con sangre y productos sanguíneos es una parte integral de la cobertura de salud universal y un componente clave de los sistemas de salud eficaces. Este compromiso del sistema sanitario se potencia con el compromiso de toda la comunidad. Por eso, a quienes puedan donar sangre, se los invita a considerar convertirse en donantes para garantizar que se cuente con suministros suficientes y seguros”, enfatiza Méndez, para luego añadir: “Algunos países ya están innovando: por ejemplo, implementan sistemas de notificación por SMS que informan al donante cuándo y dónde fue utilizada su sangre. Esta estrategia de “feedback emocional” ha logrado aumentar la tasa de retorno de donantes hasta en un 40%”.
En Europa, países como España, Dinamarca o Reino Unido ya superan el 90% de donaciones voluntarias, comenta la especialista en Hemoterapia.
En la Argentina contamos sólo con un 55% de donantes voluntarios lo que es totalmente insuficiente. Para mantener un stock seguro, se estima que si el 3 y 5% de la población sana, donara 2 veces al año, se abastecería el total de los requerimientos del país. Aún estamos por debajo de esa meta. 
¿Quién puede donar? 
Personas entre 16 y 65 años, con buen estado de salud y más de 50 kg. No se necesita estar en ayunas, y todo el procedimiento dura menos de una hora.
ROL DE LOS MEDICOS
Por su parte, para el doctor Pablo Camino, médico especialista en hemoterapia e inmunohematología y responsable del proyecto “Lazos de Sangre", impulsado por la Universidad Hospital Italiano, los profesionales de la salud cumplen un rol clave en el desafío de transformar la cultura de la donación. Ya sea comunicando o dando el ejemplo, su compromiso va más allá del consultorio: también son agentes fundamentales para promover hábitos solidarios en la sociedad.
Un ejemplo concreto de esta visión es el proyecto “Lazos de Sangre”, una iniciativa que desde hace cuatro años impulsa la educación y la concientización sobre la donación voluntaria, en el marco del Programa de Estudiantes Extensionistas del Departamento de Extensión Universitaria del Italiano. La propuesta busca articular la formación académica con acciones concretas en la comunidad e invita a conocer, reflexionar, participar y actuar frente a esta necesidad.
Camino sostiene que los docentes tienen la responsabilidad de formar a los futuros profesionales no solo en lo técnico, sino también en su rol como promotores activos de salud en cada entorno donde les toque actuar. A través de charlas, colectas externas y visitas al Banco de Sangre del Hospital, los estudiantes no solo incorporan conocimientos técnicos: también descubren el valor humano y social que implica su profesión.