IRENE VALLEJO ANTICIPA EL BOSQUEJO DE SU PROXIMA OBRA

Salud, humanidades y una historia posible de la fragilidad

La filóloga española retomará la escritura de largo aliento después del éxito descomunal que cosechó en todo el mundo con ‘El infinito en un junco’. El proyecto nació tras la pandemia.

Hace cinco años que la española Irene Vallejo publicó el exitoso ensayo El infinito en un junco, que para ella fue "un insólito cúmulo de causas perdidas". Ahora detendrá la promoción de ese trabajo extraordinario para acometer otra obra que tiene "bastante perfilada" y que versará sobre "la relación entre creatividad, salud y humanidades".

Embarcada todavía en “una experiencia que nadie me garantiza que pueda tener en otra ocasión en la vida", Vallejo (Zaragoza, 1979) insiste en que ya acumuló "muchas notas y la idea bastante perfilada" del que será su próximo trabajo.

"Me interesa la relación entre creatividad, salud y humanidades, un terreno que desde la pandemia ha tomado mucho cuerpo", expresó la filóloga.

Su intención es frenar los viajes y concentrarse en la escritura a partir del año que viene para analizar "cómo se conectan las ideas con la forma en la que afrontamos las fragilidades".

EL GRAN EXITO

Este nuevo proyecto macará el regreso de Irene Vallejo a este tipo de escritura, tras varios años volcada a la redacción de artículos y giras de promoción después de El Infinito en un junco, aquel ensayo sobre la historia del libro que terminó convertido en un éxito descomunal: fue traducido a 25 idiomas y cuenta, solo en su editorial española, con 51 ediciones, y 1,2 millón de ejemplares vendidos en el mundo.

Para la escritora, se trata de un libro "insensato" que escribió como "despedida" a un mundo que amaba y casi sin esperanza de publicarlo.

Lo empezó cuando su hijo nació con graves problemas y durante cinco años estuvo en la incubadora. "Mi vida se había hecho añicos y yo trataba de afianzar cada día una salud mental tambaleante", recordó.

Este niño está en el centro de la creación literaria de Vallejo. A él estaba destinado otro libro que acaba de salir por el sello Siruela, El inventor de viajes, basado en las Historias verdaderas, de Luciano de Samósata.

La escritora le regaló la obra a su hijo, que ahora tiene diez años, cuando nació. "Fue una manera de darle una bienvenida al mundo de la mejor forma que sé hacer", argumentó.

Gracias a ese trabajo Vallejo pudo reencontrarse con la literatura infantil y juvenil, y recrear su pasión por la tradición oral y el cuento.

"Quería darle el tono de los cuentos que me contaba mi madre antes de dormir. Eran las mil y una noches de los libros, tejidas con personajes que no eran normalmente los protagonistas de la historia", puntualizó.

Vallejo también quiso dejar en claro que "este libro no habría existido en otro contexto, y sobre todo sin la sanidad pública que cuidó de mi hijo".

Como lectora "omnívora" que de pequeña leía "hasta los prospectos de los medicamentos", la autora también tiene un ojo puesto en la literatura contemporánea, especialmente en la argentina.

Mariana Enríquez, Hernán Díaz, Dolores Reyes, María Gainza, Tamara Tenenbaum y César Aira figuran entre los escritores favoritos de nuestro país, cuya producción literaria exhibe una "profunda vitalidad".

"Lo que lamento es no tener más tiempo para leer, porque me interesa mucho lo que se está haciendo ahora mismo y cuáles son los caminos por los que avanza la literatura contemporánea; también para hacer estos libros híbridos, que son los que a mí me fascinan", manifestó el año pasado cuando visitó la Feria del Libro de Buenos Aires.

Ese interés se extendía también a las tradiciones y los mitos latinoamericanos, pese a que, por cuestiones de concreción, no pudieron estar presentes en El infinito en un junco.

"Ese es uno de los aspectos en los que ahora, personalmente, hago autocrítica; no porque no me interesaran, sino porque mi especialidad académica es el mundo grecorromano y mis propios editores me pidieron que no me dispersara excesivamente -aclaró-. Ahora siento no haberlo puesto en comunicación con otras civilizaciones en las que también se inventó la escritura y el libro".

CON VIRGILIO

En la Feria del año pasado Vallejo presentó su segunda novela, El silbido del arquero, una recreación de un pasaje de la Eneida de Virgilio que, como sus libros favoritos, es "inclasificable".

"Siempre he tenido debilidad por los libros inclasificables (...). Tiendo a no tomarme muy en serio las divisiones y las etiquetas, porque yo me muevo siempre en territorios fronterizos", indicó entonces.

Publicada por primera vez en 2015, y reeditada por Random House en 2022 en nuestro país, El silbido del arquero arranca con un naufragio, el del héroe Eneas, que huye de Troya tras diez años de guerra y desembarca en Cartago en compañía de sus más leales hombres.

Aventuras, romances, conflictos bélicos y leyendas conviven en esta reinterpretación del clásico de Virgilio. En sus páginas se reflexiona sobre el desarraigo, sobre ese "fenómeno misterioso" de la memoria como relato individual y colectivo; y sobre la vigencia absoluta de unos personajes que ayudan a comprender los grandes temas del presente.

"Me interesa volver a ese pasado que engarza con nuestro presente e insistir en que contemplemos a los clásicos bajándolos de ese pedestal y pensando que fueron seres humanos, con las debilidades, las pasiones y los miedos que nosotros seguimos teniendo y que son universales e intemporales", aseguró Vallejo durante aquella visita a la Argentina.