Una película de origen finlandés,
El 30 de noviembre de 1939, más de 400.000 soldados soviéticos, miles de tanques, aviones de guerra y artillería pesada, cumplieron el mandamiento del líder de la URSS, Iósif Stalin: entrar y aplastar a Finlandia. Comienza la
Stalin, repetía a sus camaradas, riéndose: "Como no podemos mover Leningrado (situada a 40 km de Finlandia), tenemos que mover la frontera''. Paranoia y sarcasmo de un dictador.
Ese día, a las 9 en punto, la población de Helsinki, se despertó con el clamor de las bombas, que caían sobre la ciudad; la guerra había comenzado.
Desde lo militar, la diferencia era abismal, Rusia disponía de 500.000 hombres y reservas, 2.500 tanques, 4.000 aviones y 1.000 piezas de artillería pesada.
Finlandia, 200.000 hombres, 32 tanques, 100 aviones y 200 piezas de artillería.
Como en Ucrania hoy, David contra Goliat.
El invierno, en el que transcurrió esta guerra, fue uno de los más duros, con temperaturas cercanas a los 40° bajo cero; cualquier soldado herido, estaba sentenciado a morir congelado.
Esto constituyo, uno de los tantos errores del Ejército Rojo, como también el desconocimiento de la geografía del país, marcada por lagos, terrenos irregulares, carreteras pequeñas, mal pavimentadas, rodeada de frondosa arboleda.
Se movían en largas y lentas columnas, sus uniformes oscuros sobresalían en la nieve y, seguros de una pronta victoria, ni siquiera llevaron ropa de invierno apropiada.
El color de sus uniformes, los hacia presa fácil de los francotiradores, uno de ellos considerado el más letal de la historia, Simo Häyhä, apodado
Su oficialidad estaba pobremente entrenada y cualificada, producto también de las purgas que realizaba Stalin.
Los soldados finlandeses eran expertos en esquí de fondo, camuflados en blanco y tremendamente hábiles en sus esquíes, se desplazaban rápidamente, usaban su conocimiento del terreno accidentado, y constantemente derrotaban a las tropas enemigas.
Utilizaron, una táctica, que fue vital, cortaron las líneas de suministros, con lo cual, los tanques se quedaban sin combustible, y las tropas sin alimentos.
Como en Ucrania hoy, David contra Goliat.
Tras 105 días de lucha, el 12 de marzo de 1940, Finlandia firma un tratado de paz,
La invasión de Ucrania por parte de Putin recuerda los enfrentamientos del Ejército Rojo, con las fuerzas finlandesas en el siglo pasado, en los que Helsinki no cedió al autoritarismo de Stalin, y logró preservar su soberanía pese a perder más del 10% de su territorio.