A MEDIO SIGLO DEL ASESINATO DEL ESCRITOR SALVADOREÑO

Roque Dalton, memoria y justicia

El poeta fue ultimado en 1975 por sus compañeros en la banda guerrillera izquierdista de la que formaba parte. Su familia pide que el hecho sea declarado crimen de lesa humanidad.

Se cumplieron cincuenta años desde que el poeta salvadoreño Roque Dalton (1935-1975), un de los más reconocidos en la América hispana de su tiempo, fue asesinado por sus propios compañeros guerrilleros, un crimen que sigue impune y que su familia reclama que sea calificado de lesa humanidad.

Dalton fue asesinado el 10 de mayo de 1975 por integrantes del marxista Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), uno de los cinco grupos que en 1980 pasaron a integrar la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Hasta el día de hoy sus restos siguen sin ser localizados.

"Todavía no hay justicia para el caso de mi padre y de Armando Arteaga, a quienes asesinaron juntos. Mi padre, el intelectual, y Armando Arteaga, un obrero y dirigente militar de la guerrilla", precisó Juan José Dalton, uno de los hijos del escritor, en un diálogo reciente con la agencia EFE.

El menor de los hijos de Dalton subrayó que "el que haya justicia tiene que ver con la localización de los restos de estas dos personalidades, tanto de mi padre y de Armando Arteaga, que le decían Pancho".

Nacido en el seno de una familia burguesa, Dalton compaginó la militancia política con su pasión por la literatura.

Miembro del Partido Comunista Salvadoreño desde 1958, sufrió persecuciones y encarcelamientos que lo llevaron al exilio en diversos países como Guatemala, México, Checoslovaquia y Cuba. También fue uno de los niños mimados de la izquierda guevarista en la década de 1960, y no dudó en llevar esa adhesión hasta el extremo de tomar las armas y convertirse él mismo en guerrillero.

Regresó a El Salvador en 1973 para unirse al Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Tenía 39 años cuando fue ejecutado.

DENUNCIA

En mayo de 2010 los hermanos Dalton, Juan José y Jorge, acudieron a la Fiscalía General para denunciar por el crimen de su padre a los exguerrilleros Joaquín Villalobos, quien ha sido asesor en materia de seguridad de diferentes gobiernos de Latinoamérica, y a Jorge Meléndez, exdirector de Protección Civil de El Salvador entre 2009 y 2019.

La familia del poeta, un hombre de la izquierda revolucionaria que en 1969 ganó el premio Casa de las Américas de Cuba, acusa a estas personas de "detención arbitraria, tortura física y psicológica, ejecución extrajudicial y desaparición del cadáver".

Sin embargo, el juez Romeo Giammattei, del Juzgado Noveno de Paz y quien fue condenado en 2022 por cargos de corrupción, dictó el sobreseimiento de la causa, fallo que fue ratificado por la Cámara Tercera de lo Penal de San Salvador.

"Sin duda, el asesinato de Roque Dalton y de Armando Arteaga fueron crímenes de lesa humanidad y esos son imprescriptibles, no se pueden amnistiar y tiene que haber justicia", sostuvo Juan José.

En El Salvador, hasta antes de 2016, los crímenes de guerra cometidos en el contexto de la guerra civil, que oficialmente se dio por iniciada en 1980, habían quedado congelados por una ley de amnistía de 1993. Pero la anulación de esta norma por un fallo de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia permitió reabrir varios casos.

Esa misma sala, cuya composición ha ido variando con los años, tiene en sus manos un amparo presentado por la familia contra el juzgado y la cámara que tramitaron el proceso y también contra la Fiscalía. El pedido fue admitido el 10 de julio de 2018.

"Nosotros como familia decidimos llevar esto a los tribunales, (...) y tuvimos que pedir un amparo por la impunidad", informó el hijo de Dalton, que también es narrador y ensayista.

Juan José, que ha sido periodista para distintos medios internacionales y fundó y dirige el medio digital ContraPunto, advirtió que "la impunidad es la madre de todos los males de este país".

"La comunicación que tenemos es que los magistrados lo siguen estudiando. Desde que presentamos el amparo ha cambiado la composición de la sala, ya van por la tercera. Es un caso bien complejo", explicó.

FRUSTRACION

Juan José contó que en 2009, tras la llegada del FMLN al poder convertido en partido político una vez finalizada la guerra civil de la mano del periodista Mauricio Funes, y en 2014, conducidos por el exguerrillero Salvador Sánchez Cerén, la familia esperaba que comenzara "un proceso de reivindicación a la memoria y la búsqueda de justicia" por Dalton.

"Ninguno de los dos gobiernos hicieron nada por eso. Al contrario, los dos gobiernos contrataron a uno de los presuntos asesinos de Dalton (Meléndez) y protegieron al asesino principal vivo, que es Joaquín Villalobos", subrayó.

"Las investigaciones que nosotros hemos llevado en privado con nuestros abogados nos dan cuenta que Joaquín Villalobos fue el que asesinó a mi padre", añadió, pero "los gobiernos lo protegieron".

En una entrevista que concedió a Juan José y que publicó el medio mexicano Excélsior en mayo de 1993 Villalobos, conocido durante la guerra salvadoreña (1980-1992) como Comandante Atilio, reconoció que el asesinato de Dalton fue su "más grande error".

Dalton, según la narración de Villalobos, fue "fusilado" tras ser acusado de "insubordinación y deserción" y de ser "agente enemigo" de la estadounidense Agencia Central de Inteligencia (ClA, en inglés).

"Ya voy a cumplir el doble de la edad que mi papá cuando fue asesinado y todavía no encontramos justicia", se lamenta hoy el hijo del poeta.

"Mi mamá tiene 92 años y nosotros cada vez más viejos y no logramos justicia, pero ahí están mis hijos también. Mis hijos van a pedir justicia cuando nosotros no estemos", aseguró Juan José.

LEGADO EN MADRID

Al margen de las demoras en la Justicia, la literatura sí ha reconocido a Roque Dalton. Un ejemplo ha sido la incorporación el 14 de mayo de su legado al Instituto Cervantes de Madrid.

En un acto presidido por el director del Instituto, Luis García Montero, Jorge Dalton, cineasta y otro de los hijos del poeta, hizo entrega de varios objetos personales como una camisa, un cepillo, primeras ediciones de algunas de sus obras o fotografías que fueron guardados en la Caja de las Letras.

García Montero recordó al poeta como una encarnación de “verdad humana y poética” cuyo asesinato fue “un ejemplo de injusticia, falsedad política y mezquindad”.

El Salvador, definido como “el pulgarcito de América” por la poetisa chilena Gabriela Mistral, estuvo ampliamente presente en la obra de Dalton, autor que “sufría amargamente el desconocimiento del país donde había nacido”, declaró luego Jorge Dalton.

“Por suerte, mi padre fue parte de toda una conspiración literaria que se hizo en Cuba en los años 60, donde se juntaron todos los grandes escritores del boom latinoamericano”, añadió.

Dalton está considerado uno de más importantes escritores centroamericanos, con obras como Taberna y otros lugares.

Durante su vida académica fue miembro fundador del Círculo Literario Universitario y representó a El Salvador en encuentros internacionales. Recibió múltiples premios y se consolidó como una de las voces más prometedoras de la literatura hispanoamericana de los años ‘50 y ‘60.

Su poesía se destacó por su lirismo, ironía y fuerte contenido social, con influencias del surrealismo, las vanguardias y poetas contemporáneos como Nicanor Parra y Ernesto Cardenal.

Entre sus títulos hay escritos emblemáticos como El turno del ofendido (1963) o Las historias prohibidas de Pulgarcito (1975).

Además, exploró el ensayo, el teatro y el relato en prosa, con un legado que aún resuena como símbolo de lucha y expresión en la literatura latinoamericana.