Riesgos que acechan tras una aparente normalidad
La entrega
Por Perla Suez
Edhasa. 190 páginas
Focos de infección laten debajo de la epidermis social. No los vemos y la aparente normalidad de la vida cotidiana no hace más que ocultarlos. Pero, en lo profundo del inconsciente, cada uno sabe que los riesgos acechan. La fatalidad que toca al otro bien podría ser nuestra.
Esa es la sensación que deja, como un amargo sabor de boca, la lectura de La entrega, última novela de la escritora Perla Suez. La trama es simple, su efecto, lacerante. A cualquiera podría ocurrirle la pesadilla hecha carne en Evelin.
La historia destierra también la idea de que las ciudades pequeñas aún conservan como un tesoro cierto halo de paz y bondad. En Villaguay, escenario del relato, la tranquilidad de todos los días detona en un puñado de segundos. El reloj se detiene para siempre.
De regreso del club, Evelin, una adolescente como tantas en el pueblo, es secuestrada por una red de trata de mujeres. Lo que sigue a este acto es lógico, esperable: la desesperación de los padres, la búsqueda sin pausa, las sospechas, la desconfianza.
Pero la trama esconde también una serie de tenebrosas razones. La elección no fue casual. Estaba marcada. ¿Por qué ella? La pregunta tiene una respuesta tan cruel como inesperada.
Será su madre, Mirta, quien encabece la búsqueda. Moverá cielo y tierra para encontrarla, tocará viejos contactos, dejará jirones de su ser en la empresa. Habrá a lo largo del tiempo idas y vueltas, esperanza y desazón. Tomará también una o varias decisiones drásticas. No se arrepentirá de ellas.
¿Puede una mujer cautiva escapar de esa telaraña de prostitución y esclavitud? ¿Hay margen para empezar de nuevo? Huir, escurrir el cuerpo de entre esas garras, es sólo una parte del asunto. Hay algo que permanecerá en lo profundo, un daño irreparable, el terror de vivir mirando hacia los costados. Evelin deberá afrontar el desafío.