Protagoniza un espectáculo con 40 músicos, actores y coro
Raúl Lavié y los clásicos de la Navidad en un show familiar
A los 88 años, el gran actor y cantante se pone al frente de ‘Navidad en las películas’, propuesta que llega completamente renovada al Gran Rex este fin de semana.
‘Navidad en las películas’ abrirá oficialmente, este sábado y domingo en el Gran Rex, la temporada alta de espectáculos dedicados a Papá Noel y el espíritu de las Fiestas. Se trata de una versión renovada del espectáculo que se vio en años anteriores, que recrea las bandas de sonido de los títulos más emblemáticos del cine navideño. Como novedades se cuentan esta vez la incorporación de Raúl Lavié al frente del elenco, y del universo de ‘Un cuento de Navidad’, de Charles Dickens, en el guion, a la vez que se mantienen las referencias a historias clásicas como ‘Mi pobre angelito’, ‘El Grinch’ y ‘El Expreso Polar’.
“Feliz a los 88, porque estoy con muchas cosas”, se confiesa Lavié, el gran actor y cantante rosarino, de envidiable vitalidad, ante La Prensa. “Estoy estudiando esta obra y a la vez una comedia que voy a hacer en el verano (‘Vamo’ los pibes’, que protagonizará con Osvaldo Laport, Antonio Grimau y Osvaldo Santoro en el Multiteatro)”. En tanto que el próximo jueves 11, el Día Nacional del Tango, encabezará el concierto ‘Piazzolla sinfónico’ en el Coliseo, junto a la Orquesta Académica del Teatro Colón. “Pero esta obra -retoma-, esta ‘Navidad en las películas’ tiene otro sabor”.
-¿Por qué lo dice?
-De entrada nomás, me atrajo el hecho de hacer un espectáculo pensado para toda la familia. Cuando me llamaron creí que me propondrían hacer de Papá Noel, pero no. Me querían para Scrooge (el personaje principal de la novela de Dickens), que al principio es un hombre avaro y malhumorado que odia la Navidad. Te imaginarás que es la antítesis mía, yo amo la Navidad y a los chicos, en cambio Scrooge la odia, y no soporta a los niños. Es frío, egoísta, lo peor de lo peor. Sin embargo, a través de la historia logra redimirse como ser humano.
-¿Qué fibras toca en usted un personaje así?
-Personalmente, considero que los seres humanos debemos agradecer primero que Dios nos haya dado la vida, y luego honrarla, como dice Eladia Blázquez, porque es un don. Todos podemos ser felices siendo simplemente buenas personas, humildes, generosos. Es muy sencillo vivir como se debe, como corresponde, siguiendo estas cuestiones que son básicas, y que a mí me han servido muchísimo a lo largo de la vida.
-Comenzó a cantar a los quince. ¡Ya son 73 años de carrera!
-Y no te das una idea de cómo me han servido estas cosas. Ser buena persona me hizo ser alguien triunfador. Nunca tuve un equipo detrás que me dijera qué tenía que hacer en el espectáculo, todo lo fui incorporando intuitivamente. Y creo que no me equivoqué. Si algo aprendí fue a no hacer determinadas cosas. Por muy bueno que fuera un proyecto, aprendí a decir “no, esto no lo voy a hacer porque no le encuentro un valor que me haga sentir feliz”. Y mirá que a veces me han ofrecido cualquier plata, eh. Pero he dicho “no, mejor no”.
CUESTIONAMIENTOS
-Los personajes más distantes de sí mismo deben ser los más atractivos para un actor, ¿verdad?
-Totalmente. Yo comencé a actuar en el ‘75 en el San Martín con ‘Locos de verano’. Tengo una larga historia ligada con la comedia musical y con el teatro en sí. He hecho cine también. Y me ha tocado encarnar personajes bien diferentes entre sí: hice a Don Quijote en ‘El hombre de La Mancha’, hice un judío en ‘El violinista en la tejado’, hice ‘Zorba, el griego’, ‘La jaula de las locas’...Cada personaje fue rompiendo esa barrera que la gente crea a veces. Cuando (Leopoldo) Torre Nilson me eligió para ‘Boquitas pintadas’ en el ‘73 surgieron un montón de cuestionamientos: “¿cómo Torre Nilson va a llamar a un cantor que no tiene una formación actoral”. Y yo, medio en broma, les decía: “yo no tengo la culpa”. Pero no se equivocó Torre Nilson: me fue muy bien con esa película, me dio un impulso enorme. Y muchos profesionales se convencieron de que era algo que yo podía hacer bien.
-¿Y cómo es, a esta altura de su recorrido, trabajar rodeado de niños y jóvenes?
-Maravilloso. Hay que ver lo que son, como aman lo que hacen, es algo increíble. Yo los respeto mucho porque son un embrión que está en pleno desarrollo, y si siguen en esto y hacen las cosas bien pueden llegar a tener un camino fantástico por delante. Tienen unas ganas contagiosas, estudian un montón, es muy grato acompañarlos. (Vicente) Forte, que fue mi maestro de pintura en algún momento, me decía hay que mirar cómo pintan los chicos, la síntesis que logran. Esa es la meta del pintor, que siendo adulto le cuesta mucho alcanzar. Por eso hay que prestarles atención a ellos.

“Trabajar rodeado de niños y jóvenes es maravilloso”, sostiene el actor, que elogia su energía y dedicación al trabajo.
TAMBIEN ABUELO
Con cuarenta músicos, decenas de bailarines, un coro de niños y actores de todas las edades, bajo la dirección musical de Joel Villagra y Florencia Battista, y con dirección de actores de Nicolás Alan Medina, la experiencia de ‘Navidad en las películas’ promete ser inolvidable.
Sobre Scrooge, personaje para el que ha ensayado una postura corporal y una voz cascada que, junto con el inquietante vestuario, lo convierten en un ser verdaderamente desagradable, cuenta Lavié que “es quien lleva adelante el relato”. Pero no es la única criatura a la que le dará vida en el show: también será un tierno abuelo en algunos de los pasajes. Sobre el final de la obra, anticipa sin estar seguro de poder decirlo, cantará ‘El sueño imposible’, el leitmotiv de ‘El hombre de La Mancha’ y uno de sus caballitos de batalla.
-Este tipo de superproducción en una sala como el Gran Rex, ¿le genera algún nervio especial?
-Para nada, al contrario. Este espectáculo va a tener todo lo que se imaginen y más, lo cual es fantástico para quienes estaremos contando esta historia desde el escenario.
