"Que el Gobierno pierda mayoría en el Senado, tranquiliza a todos"

"El problema central de la Argentina es la decadencia de la política que va más allá del peronismo. Incluye al peronismo, al radicalismo, al liberalismo y al conservadurismo. El pensamiento político argentino está degradado. Somos una sociedad que hace 45 años teníamos 4% de pobres y 6.000 millones de dólares de deuda. En cambio, hoy la deuda está rondando el infinito, y la mitad de la sociedad se encuentra en la pobreza. Es una sociedad destruida por su clase dirigente", manifestó a "La Prensa" el histórico intelectual del peronismo, Julio Bárbaro.

A continuación, el diálogo mantenido:

-La degradación de la cual Ud. habla ¿a qué sectores políticos incluye?

-A todos. Cuando hace unos días Nelson Castro le hacía una entrevista al ex presidente uruguayo José "Pepe" Mujica, yo sentía vergüenza, porque de ese nivel de razonamiento, la política argentina no tiene a nadie. La dirigencia argentina abarca a la política, al sindicalismo y al empresariado. La dirigencia es una sola, pero tiene tres caras. En la Argentina las tres caras son decadentes.

-¿Cómo calificaría la gestión de Alberto Fernández en materia de política exterior?

-Perón decía que la política exterior es la "verdadera política". Y el actual Gobierno no solo no tiene una política exterior, sino que es una política exterior suicida. Alberto Fernández asume y convoca al "Grupo de Puebla" (un foro político y académico integrado por representantes de la izquierda política latinoamericana, fundado el 12 de julio de 2019 en la ciudad mexicana de Puebla). La política exterior tiene que tener intereses, no ideología. A raíz del "Grupo de Puebla" nos peleamos con todos los países hermanos. Y la política nuestra con Nicaragua, Cuba y Venezuela, además de suicida es estéril. Entonces hoy no tenemos la capacidad de alinearnos con Occidente y negociar con Oriente.

EL SENADO

¿Qué escenario se presenta al no tener ninguno de los dos partidos mayoritarios quórum propio en el Senado?

-En una sociedad dividida como la Argentina, que ninguno de los dos (partidos mayoritarios) tenga mayoría en las Cámaras, es una ayuda del sistema electoral. Que el Gobierno pierda mayoría en el Senado, tranquiliza a todos, porque el riesgo de un intento de modificación de la Justicia a favor del Gobierno hubiera sido horrible. Por eso cuando Alberto dice que "no tuvimos suerte" con la Justicia argentina, olvida que el doctor Horacio Rosatti (actual presidente de la Corte Suprema de Justicia), fue ministro de Néstor Kirchner y uno de los pocos caballeros capaces de renunciar para no firmar algo oscuro.

-¿En qué medida influyó en estas elecciones legislativas el flagelo de la inseguridad?

-Yo me he criado en un país donde la inseguridad no existía. Se podía esperar un tren en una estación del conurbano a la 1 de la mañana. Había ferrocarril y había seguridad. Nosotros tenemos un proceso de destrucción de la Argentina, que empieza con (José) Martínez de Hoz cuando pasa la deuda de 6.000 a 50.000 millones de dólares, y destruye la industria. Nosotros tuvimos un país que sustituyó importaciones desde la década del 30 hasta 1976. En el 76 decidimos destruir la industria. La destrucción de la industria tiene dos consecuencias: endeudamiento y desocupación. Y esas, a su vez, dan marginación social e inseguridad.

-La corrupción pasa de un Gobierno a otro. ¿Qué medidas propondría para erradicarla?

-Nosotros tuvimos tres oligarquías. La primera era agropecuaria. La segunda fue industrial. Y la tercera es la corrupción existencial: las empresas privatizadas. Cuando Mauricio Macri era jefe de Gobierno de la Ciudad me dijo -delante de Federico Pinedo, Gabriela Michetti y (Jaime) Durán Barba-: ¿Qué pedís para entrar al PRO? Y yo le contesté: Si le devolvés el "juego" (juegos de azar y apuestas) a las instituciones de bien público, para que levanten a los caídos de la calle, yo me hago del PRO hoy mismo. ¿Mi concepto cuál era? Si le devolvés a la sociedad uno de los "robos", sería un comienzo para hacer un país. Si Usted privatiza las empresas que dan pérdida, es para institucionalizar el "retorno". O sea, la Argentina no tiene una corrupción de personas, tiene una "corrupción institucional". Las empresas privatizadas están para que "retornen" al Gobierno de turno, la corrupción acordada. Punto. Eso lo sabemos todos. Y hablamos de unos y otros sin asumir que la corrupción pasa de un Gobierno a otro. El "juego", por ejemplo, está hecho para la corrupción. ¡No hay una sola sala de juego sin un retorno al político de turno! Hablamos de la corrupción como haciéndonos los distraídos. Mientras las empresas privatizadas sigan privatizadas dando pérdida, y reciben subsidios es porque está instalado el "retorno". Nosotros tenemos hoy una oligarquía de empresas privatizadas, que no producen. O sea, roban. Somos el tercer país del mundo en fuga de capitales.

PROYECTO DE SOCIEDAD

-En la Argentina, ¿hay un proyecto de sociedad?

-Suelo decir que el peronismo es un recuerdo que da votos. La Argentina no tiene política. No tiene peronismo, ni radicalismo, ni conservadores, ni liberales. El tema en la Argentina es recuperar la política en todas sus versiones. La política como proyecto de sociedad futura. Eso no existe. En la Argentina no hay proyecto de sociedad. No sabemos qué le vamos a vender al mundo, cómo vamos a dar trabajo, y cómo vamos a pagar la deuda. No hay proyecto. Cuando no hay un proyecto, hablar de peronismo, radicalismo o liberalismo es hablar de frivolidades. Yo he discutido con Mauricio Macri cuál era su proyecto, y él me ha dicho que su proyecto "lo hacían las empresas". Ahora bien: las empresas no hacen países. Las empresas saquean países. El capitalismo, cuando se concentra, como en la Argentina, termina siendo una fuente de injusticia, no de riqueza.

-La justicia social, ¿sigue siendo, con exclusividad, un valor raigal del peronismo?

-Más allá de Perón, la Argentina tuvo justicia distributiva del 55 al 75. El peronismo tuvo 18 años de proscripción, y la sociedad igual fue integrada. Le damos al peronismo un nombre que a veces es el nombre de la política. Yo sacaría el nombre del peronismo y diría: la "política" tiene que integrar la sociedad. Existió, Frondizi, existió Illia. Hasta existió la dictadura de (Juan Carlos) Onganía y (Agustín) Lanusse), pero todos esos sectores tenían una idea de la Argentina productiva. Luego vino (José) Martínez de Hoz, (Carlos) Menem, los Kirchner, que tienen una idea de la Argentina improductiva. Todos los gobiernos fueron "productivistas" hasta el 76, y fueron "destructores" del 76 para acá.

EDAD DE IMPUTABILIDAD

-¿Le parece razonable bajar la edad de imputabilidad de los menores para disminuir el delito juvenil?

-Hay que bajar la edad de la imputabilidad. Lo sabemos todos. Lo que pasa es que en la Argentina con Raúl Zaffaroni y Horacio Verbitsky vino una destrucción del orden. Yo digo que la mezcla del progresismo con la miseria da disolución social. El orden es imprescindible y no tiene ideología. Si Usted corta una calle en La Habana o en Miami va preso en los dos lugares. Eso es así en todos los lugares. La Argentina necesita recuperar la idea del orden, y salir del enamoramiento con el caos que tiene hoy.

ASCENSO DE JAVIER MILEI

-¿Cómo califica el ascenso político de Javier Milei?

-El Gobierno fue invadido por la izquierda. La izquierda siempre se llevó peor con los pobres que la derecha. Esto es históricamente así. Cada vez que el izquierdismo invade el peronismo, el peronismo es derrotado porque la derecha tiene mejor relación. Yo escucho el discurso de Victoria Villarruel (que acompaña en la lista de "La Libertad Avanza" a Milei) y tiene una lógica y una coherencia que no tienen los defensores de la "cuestión de género". Cuando Usted lo ve a José "Pepe" Mujica dice: "De esos dirigentes no tenemos". Es muy triste una Argentina en cuya decadencia no hay pensadores. Milei es lo que ayer era Elisa "Lilita" Carrió. Lo que ayer era versión de la ética, hoy es versión de la economía. Pero la rebeldía es el espacio de la ausencia de la política. El tema esencial de la Argentina es la carencia de patriotismo. Usted va a Brasil, Chile o Uruguay, y el amor a la patria es anterior a la ideología. En la Argentina la ideología es más importante que la patria. Si soy primero peronista, y luego argentino, o antiperonista, y después argentino, soy un grotesco. No tengo patria. Por eso desnacionalizamos, perdemos las empresas, y compramos todo lo que tiene marca importada, La Argentina corre el riesgo de haber sido patria y estar convirtiéndose en "colonia". Nuestro país tiene que modificar su estructura política. Esta estructura nos lleva a la miseria, donde la política es para enriquecer bolsillos y empobrecer ciudadanos.