Pullaro y la revolución radical de Santa Fe

El rotundo triunfo de Maximiliano Pullaro elegido gobernador de la provincia de Santa Fe por casi el 60 por ciento de los sufragios ha traído a colación en comentarios y editoriales que se trata del primer gobernador radical de esa provincia en sesenta años, ya que el último mandatario provincial de esa extracción política (más precisamente de la UCR del Pueblo) fue el doctor Aldo Tessio que se desempeñó entre 1963 y 1966, cuando fue destituido al igual que el presidente Illia y todos los poderes constitucionales por el golpe militar conocido como Revolución Argentina.

Otro dato a tener en consideración es que el radicalismo santafecino obtiene así su primer gobernador en este período ininterrumpido de cuarenta años de democracia que iniciamos en 1983 con la inauguración de la presidencia de Raúl Alfonsín.

No obstante, ello el partido fundado por Alem ha desarrollado a través de estas cuatro décadas una potente estrategia frentista que le ha permitido coparticipar de administraciones provinciales encabezadas por los gobernadores socialistas Binner, Bonfati y Lifschitz desarrollando paralelamente notables intendencias o presidencias comunales en importantes ciudades y pueblos de la provincia y contar simultáneamente con nutridas bancadas en la Legislatura provincial y concejos municipales.

La circunstancia señalada encuentra también fundamento y razón en que el radicalismo, como hemos dicho en esta columna, es una cultura política que supera la mera estructura partidaria y posee tradición y arraigo en la vida de la sociedad en este caso santafecina.

REVOLUCION DE 1893

La llegada de Pullaro al gobierno provincial se produce en el año del 130° aniversario de la revolución radical de 1893 que fue además la primera ocasión en que el radicalismo provincial se hizo cargo de la administración en la persona de su jefe político de entonces el doctor Mariano Candioti, a la sazón primer gobernador radical de la provincia. Conviene repasar los acontecimientos de lo que constituyó la primera y breve experiencia de veintiún (21) días de gestión.

Hacia fines de 1891 la instauración de un impuesto de diez centavos moneda nacional por cada cien kilogramos de trigo o lino que se negociara en la provincia, recayó por decretos sucesivos en el vendedor, comprador, productor o tenedor del cereal. La imposición de este gravamen constituyó el origen de un enfrentamiento entre los productores agrarios y el gobierno provincial. El primer afectado fue el productor, mientras que las casas exportadoras (Bunge & Born, Otto Bemberg, etc.), que monopolizaban la comercialización del cereal, quedaban obligadas en segundo término. En Santa Fe, la UCR reunió a profesionales de las ciudades de Santa Fe y Rosario, así como colonos y productores rurales insatisfechos contra el poder político, por el impuesto a los cereales.

El año 1893 fue de gran inestabilidad política producto de la falta de liderazgo del presidente Luis Sáenz Peña, muy cuestionado por su origen ilegítimo quien para dotar de consistencia política su débil gobierno convocó a opositores a integrarse al mismo. Ello ocurrió con Aristóbulo del Valle que asumió las carteras del Interior y de Guerra con una actitud proclive hacia los proyectos revolucionarios en ciernes. La respuesta de los radicales no se hizo esperar: de inmediato se desencadenaron estallidos revolucionarios en varias provincias: San Luis, Buenos Aires y Santa Fe, donde se produce la primera revolución radical de ese año. Desde Rosario se extendió hasta Santa Fe. Gran parte de las colonias se levantaron: Esperanza, Humboldt, Rafaela, Helvecia, Reconquista; siendo el aporte más significativo el suizo-alemán y luego el italiano.

Del triunfo de la revolución resultó el abandono de Juan M. Cafferata del cargo de gobernador de la provincia, y la constitución de un gobierno revolucionario encabezado por Mariano Candioti como gobernador, el que duró solamente 21 días. Un dato de color: Lisandro de la Torre joven e inteligente dirigente radical de la revolución integra el gabinete revolucionario como ministro. La contrarrevolución vino de la mano de la intervención nacional del Dr. Baldomero Llerena. Pero entre el 24 y el 26 de septiembre volvió a producirse un segundo estallido más violento aún, Leandro Alem, jefe del radicalismo nacional viaja a Rosario es aclamado como presidente provisional de la Nación.

El general Roca designado jefe de las fuerzas de represión de la revolución y una vez más salvó el orden con una mezcla de astucia y diligencia que lo caracterizó siempre. El general Bosch a cargo de las fuerzas represivas llevó las mismas en ferrocarril al Litoral venciendo a las fuerzas de Candioti en Santa Fe y luego en Rosario terminó con los restos del movimiento. El 1° de octubre Roca entró triunfante en la segunda ciudad de la República. Detuvieron a Alem (no obstante ser senador de la Nación y gozar en teoría de inmunidad de arresto) y a los principales jefes radicales. La revolución radical de Santa Fe fue así finalmente derrotada.